Caracas, 08-03-2016.- Nueva York y el mundo del Boxeo ardían de excitación. Por fin, había llegado el día de la gran Pelea, la confrontación definitiva, la “Pelea del Siglo”. Muhammad Alí había regresado de su retiro involuntario hacía unos meses y prometió someter al nuevo Campeón de los Pesos Completos, Joe Frazier, y recuperar la corona que arrebató al gran pegador Sonny Liston el 25 de febrero de 1964 en Miami Beach. Efectuó dos peleas en su regreso. En la primera noqueó en tres asaltos al valiente rubio Jerry Quarry y en la segunda, bregó 14 rounds y medio para poder noquear al pétreo argentino Oscar “Ringo” Bonavena.
PERO FRAZIER ERA UN CAMPEÓN DE VERDAD
El gran detalle fue ese; que Frazier era un Fuera de Serie, también. Se preparó como nunca para este combate y durante la pelea rebosaba seguridad en sí mismo y un ansia de superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su carrera de Campeón. El obstáculo era, nada menos, que Muhammad Alí, apodado por sí mismo y por muchos como “El Más Grande”. Pero Frazier estaba determinado esa noche del 8 de marzo del 71 y se desempeñó a la perfección. Atacó con rapidez y voracidad, penduleó la cintura con rapidez para evitar los directos de Alí y así pasar por encima su feroz gancho de izquierda.
Era tan rápido y bien coordinado el movimiento de Frazier que, aunque Alí sabía que por ahí venía la izquierda, fue incapaz de evitarla. Así pasaron los rounds. Daba la impresión que Alí, en cualquiera, se quedaba. Frazier lucía imparable, pese a que Alí peleó valientemente y respondió “Palo a Palo” en muchas ocasiones. El round 11 fue de Terror. Frazier zarandeó a Alí por todo el ring en una escalofriante demostración de agresividad y boxeo ofensivo. Alí trató de mofarse para confundir, pero se estaba cayendo de verdad. El olor a Ko era intenso.
MUHAMMAD ALÍ EN LA LONA
Para el último round, ambos contendores lucían golpeados. La pelea había sido salvaje, siempre con Frazier dominando. El Campeón, Frazier, lucía una fea hematoma en el parietal izquierdo y ese ojo también estaba magullado. Alí tenía una gran hinchazón en la mejilla derecha producto de los reiterados y demoledores ganchos de izquierda que le propinó “Smokin Joe”.
A los 35 segundos del último round, Frazier atacó en el centro del ring. Amagó con un gancho de izquierda al cuerpo, pero detuvo el puño y entonces palanqueó su mano izquierda con toda la potencia y alcanzó a Alí en la mandíbula. Este había bajado su mano derecha para bloquear el fingido golpe al cuerpo y dejó la cara descubierta. El rostro de Alí se estremeció y sus ojos se blanquearon. Se fue a la lona, aparentemente fulminado.
Permaneció como dos segundos, totalmente acostado en la lona, pero inmediatamente empezó a incorporarse con lentitud. El público se sorprendió ante tal demostración de valentía. Pararse luego de ese gancho a la mandíbula. Y a esas alturas. Imposible. Pero Alí se paró. La cosa es que faltaban todavía más de dos minutos para el final del round y de la pelea. En aquellas condiciones, dos minutos, era una eternidad. Que terror. El Madison y la afición televisiva, tenían el corazón en la boca. Cuantas taquicardias. Frazier se vino al ataque; Alí se agarraba. Frazier también estaba cansado y golpeado, pero era un verdadero Toro de Lidia. La campana los sorprendió en aquella agonía. Había finalizado la auténtica “Pelea del Siglo”.
DECISIÓN UNÁNIME
La decisión de los jueces fue así: Artie Aidala 9-6; Bill Recht 11-4 y el árbitro Arthur Mercante 8-6 y un round empate. Todos a favor de Joe Frazier. Luego de esta pelea, ambos continuaron sus famosas carreras y se volvieron a enfrentar dos veces. Pero esta pelea en Nueva York, con ambos invictos, con uno de los mejores árbitros del mundo para entonces, Arthur Mercante y con records de sintonía al comienzo de las grandes transmisiones Via Satélite, además de las espectaculares acciones y lances en el ring, acumula los mérito para clasificar como la verdadera “Pelea del Siglo”.