Por Juan Carlos Villamizar
Prensa/VUC/Jabeando/Deportivas/31-10-2017.- Hace cuatro años Gregory Jiménez tuvo que tomar una decisión muy trascendental en su vida. Después de mucho tiempo practicando beisbol, con el sueño de llegar algún día al profesional, su aspiración se iba reduciendo con el transcurrir del calendario. En vista de que la oportunidad se iba esfumando, lo único que quedaba claro en la mente de este joven, era seguir vinculado, de una u otra manera en este deporte.
Jiménez recibió en el 2012 una invitación por parte de Raúl Moreno y Edwin Moscoso, a que diera el salto de jugador a árbitro, y que arrancara de cero en esta profesión, pues ya tenía los conocimientos del juego y además, siempre fue un fiel amante de las reglas. La motivación de sus compañeros lo dejó dubitativo, pero fue su esposa, quién hizo tomar le decisión final.
“Ella (su esposa) un día me terminó de abrir los ojos. Me dijo que ya mi momento en el beisbol estaba pasado y que debía aprovechar esta oportunidad que me estaban brindado”, aclaró Jiménez.
Aquellas palabras retumbaron en la mente del joven que aún soñaba con llegar a las Grandes Ligas como pelotero profesional. Sin embargo, después de meditarlo, Gregory accedió a la propuesta de sus compañeros, quienes habían sido insistentes y entendió que debía cerrar una puerta para poder abrir otras.
“Fue ahí cuando entonces acudí a mi primer Venezuelan Umpire Camp, y conocí al señor Miguel Hernández, Jairo Martínez y muchos otros instructores que condujeron hacia el éxito”, acotó.
En el 2013 empezó su transitar en aquel campamento, y rápidamente se ganó elogios que lo llevaron a la Liga Paralela y posteriormente a la Venezuelan Summer League. Pero después de vivir momentos únicos, en el que incluso le permitió llegar al exterior como árbitro de la Liga Colombiana de Beisbol Profesional, a Gregory Jiménez le llegó el acto de grado.
El pasado 11 de octubre, un día después de iniciar la temporada 2017-2018 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, Jiménez hizo su debut en el circuito, impartiendo sentencia desde la segunda almohadilla, en el encuentro que sostuvieron las novena de Tigres de Aragua y Cardenales de Lara en el José Pérez Colmenares de Maracay.
“Es una emoción indescriptible, pero es otra meta alcanzada, es simplemente un paso más al máximo sueño que es llegar a las Grandes Ligas, tal y como es el mismo deseo de mis otros compañeros”, dijo el juez que tuvo el privilegio de hacer su debut en su tierra natal y ante la mirada de sus más allegados.
Para este joven, promesa del arbitraje venezolano, no ha alcanzado ninguna meta. Su afán por seguir trabajando y aprendiendo de su profesión va de la mano con la humildad que maneja su novel y prominente carrera.
En casi un mes de temporada, Gregory se nutre de los compañeros con más experiencia y busca cada día aprender más de ellos, tal y como lo hizo desde un principio, aceptando la invitación de dos de ellos, y absorbiendo lo máximo de quienes hoy son leyendas del arbitraje en la pelota criolla y lo guiaron en su primer campamento.