Betulio entre “Los Moscas de Vuelo Alto”

Licenciado Orlando Bohórquez escritor y presidente de la fundación «Ídolos del Boxeo Venezolano»

Por José Camejo Suárez

Caracas/Jabeando/14-11-2017.- Un relato muy completo sobre la vida del gran Betulio González se consigue en la obra, “Moscas en Vuelo Alto” recientemente editada y publicada por el periodista Orlando Bohórquez, presidente de la Fundación “Ídolos del Boxeo Venezolano”.

El autor describe algunos detalles de la vida del zuliano que, despejan algunas dudas que se han venido dando como el producto de publicaciones en diferentes medios.  A este respecto copiamos lo siguiente:

Betulio González …Viene de una familia conformada por su padre Emilio Salas y Berta González, quienes tuvieron siete hijos, cuatro varones y tres hembras. El papá los abandonó cuando Betulio apenas tenía ocho años de edad (era el menor). Nunca quiso colocarse el nombre del papá. Su interés por el boxeo surge, como él mismo lo ha confesado, porque se motivó en este deporte de las “narices chatas”, cuando vio en el cine una película mexicana titulada “Pepe El Toro”, protagonizada por el legendario actor y cantante azteca, Pedro Infante. Entre sus recuerdos de la niñez cuenta que en La Concepción, municipio Jesús Enrique Lossada, del estado Zulia, donde nació, estudió primaria en el Colegio “América Andrade” del sector Los Lirios. De ahí se mudaron al municipio San Francisco, luego a Puntica de Piedras, sector Santa Rosa, Santa Bárbara del Zulia, para regresar a San Francisco, donde ha echado sus raíces familiares para siempre. Cuando esto ocurrió, el pequeño hijo del Zulia abandonó sus estudios en la primaria, para dedicarse de lleno a buscar fortuna en el boxeo. Sus primeros pasos fueron con un barbero de nombre José Pirela, en el sector Altos de Jalisco de Puntica de Piedras, Santa Rosa de Agua. Este peluquero improvisaba un ring con mecates y ponía a los muchachitos a boxear, algunas veces con guantes y otras sin guantes. Recuerda Betulio que cuando eso él tenía apenas diez años de edad y no llegaba a pesar treinta kilos. La recompensa que recibían los que peleaban eran refrescos y galletas, además de cortarles el cabello gratis. Su mamá no quería que fuera boxeador, pero él insistía y lo que le pagaban, es decir le daban maltas, leche pan, todo eso lo llevaba para su casa donde era pobres. Luego cuando ya empezó formalmente en un gimnasio, su primer entrenador en amateur, fue un exboxeador a quien apodaban “El PalomoBohórquez (2017) Moscas En Vuelo Alto. P/30.

Esto y mucho más podrá leer en esta obra, que con el rigor meticuloso de una investigación relativa a la vida, no sólo del tricampeón zuliano, sino de los que han hecho historia en los ensogados nacionales e internacionales. Así podríamos asegurar que, con este significativo aporte se cuenta con una aproximación a la información veraz que demanda este deporte.

 

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