Por Jesús Milano
Prensa/AMB/Jabeando/03-12-2017.- Cuando se habla de Miguel Ángel Cotto, se habla de uno de los mejores boxeadores en la historia de Puerto Rico y de Latinoamérica. La carrera del peleador boricua llegará a su fin este fin de semana cuando se enfrente a Sadam Ali en Nueva York, pero su legado perdurará en el tiempo.
Aunque nació en Estados Unidos, su familia regresó a Puerto Rico cuando apenas tenía dos años, por lo cual la totalidad de su crianza se llevó a cabo en La Isla del Encanto. Cotto creció en el seno de una familia de boxeadores y entrenadores. Desde su padre Miguel Cotto Sr., su tío y ex entrenador Evangelista, hasta su hermano José Miguel y su primo Abner, el apellido ha sido referente del pugilismo por años.
“Junito”, como es apodado el hombre que pondrá fin a su carrera a los 37 años de edad, demostró sus grandes habilidades desde muy temprano. Participó en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 y un año después dio el salto al profesional, donde lograría grandes hazañas.
El peleador de guardia derecha, pero zurdo natural, obtuvo campeonatos en cuatro categorías, desde súper ligero hasta mediano. Fue campeón welter y súper welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). El primero lo obtuvo en 2006 al vencer a Carlos Quintana y el siguiente lo consiguió con una victoria ante Yuri Foreman en 2010.
Su boxeo ordenado sus precisas combinaciones y su potente gancho de izquierda lo llevaron a lo más alto. Cotto ha ganado 41 peleas, 33 de ellas por nocaut, mientras que sólo ha caído en cinco ocasiones. Se midió a todos los grandes de su era, entre ellos Shane Mosley, Manny Pacquiao y Floyd Mayweather, siempre poniendo la bandera de su país en alto y demostrando el orgullo latino sobre el ring.
La AMB quiere agradecer a un gigante del boxeo, que, desde ya, pone su nombre al lado de grandes compatriotas suyos como Wilfredo Benítez, Héctor Camacho y Félix Trinidad. Éxitos a Miguel Cotto en todos los proyectos que emprenda de ahora en adelante.