Futuro incierto para el boxeador cubano Guillermo Rigondeaux

Por Luis Rangel

**El experimentado púgil cubano, de 37 años, afronta un destino complicado tras perder su invicto ante el ucraniano Vasyl Lomachenko y poner en peligro su título de las 122 libras

Miami/DAL/Jabeando/11-12-2017.- La mano izquierda traicionó a Guillermo Rigondeaux en el momento más importante de su carrera. Pero se pudiera decir que también la otra, la derecha, no hizo mucho para ayudarlo. Porque si bien el cubano sufrió daños en la siniestra, la realidad es que la otra –la sana– tampoco la empleó ante Vasyl Lomachenko, la noche del sábado en el Theater del Madison Square Garden de Nueva York.

Apenas 15 golpes conectó “El Chacal” antes de decir no más cuando iba a sonar la campana para empezar el séptimo asalto.

“Me duele mucho la mano”, se lamentó el estilista de Santiago, quien se retiró cabizbajo por última vez de un ring en 2003, cuando todavía era boxeador amateur.

Fue el peor final posible en lo que pudiera catalogarse como la noche más aciaga en la trayectoria para Rigondeaux. Porque esta vez no sólo no lució, sino que terminó con el revés y encima lo hizo tirando la toalla. A sus 37 años, y con la reputación bastante golpeada, el abanico de oportunidades se le cierra peligrosamente al que ha sido catalogado como uno de los mejores en la historia del boxeo antillano.

SIN NADA

La noche empezó de la misma manera en que terminó para Rigondeaux. Sólo en el primer asalto, el “Chacal” se vio, si bien no dominante, al menos no incómodo. De hecho, dos de los tres jueces vieron al caribeño imponerse en el round inicial.

Pero a partir del segundo todo cambió. Lomachenko empezó a hilvanar sus combinaciones y mientras arreciaba su ofensiva, Rigondeaux comenzó a ahorrar más sus golpes. Lo que vino fue una copia de lo mismo, salpicada por el excesivo deseo del veterano de tratar de amarrar al rival. El combate se ensució, se trabó, hasta que el árbitro decidió restarle un punto en el sexto asalto al “Chacal”.

Fue el preludio de lo que vendría. Sin nada más que ofrecer, Rigondeaux y su esquina hicieron lo inesperado, tirar la toalla.

Lo demás fueron críticas y abucheos. “¿Dónde se lesionó, en el vestidor?”, aseveró Bob Arum, promotor de Lomachenko, quien debió haber sido probablemente el que más haya disfrutado la victoria de su pupilo, quien de alguna forma vengó –al menos en los ojos del ejecutivo- la derrota que sufrió Nonito Donaire en 2013 a manos de Rigondeaux.

El mismo Lomachenko quedó impresionado. “Yo también he peleado con la mano lesionada, y no me retiro por eso”, apuntó.

MÁS TALENTO

Rigondeaux citó en varias ocasiones que la diferencia de peso –el cubano tuvo que subir de 122 libras a 130– no iba a tener un impacto en el resultado. Y en ese sentido tuvo razón. La diferencia no fue el peso, sino el talento, sencillamente Lomachenko probó ser mejor.

“Lomachenko es todo lo que ellos dicen que es y me gustaría felicitarlo por su victoria”, dijo Rigondeaux en su cuenta de Twitter, aunque poco después el comentario fue retirado.

Lo cierto es que Rigondeaux se sumó a la lista de víctimas del ucraniano, que además hilvanó a cuatro su cadena de victorias en las que su rival se retira. “Quizás voy a tener que cambiar el nombre y ponerme NoMasChenko”, bromeó.

COMPLICADO PRONÓSTICO

La derrota llegó en el peor momento posible para Rigondeaux. Porque esta pelea parecía definir muchas cosas para él. Un triunfo le hubiese abierto puertas para una carrera en la que se ha la dificultado encontrar rivales. Incluso un revés, con buena imagen, habría tenido un impacto positivo. Pero la manera en que decidió retirarse es un indicativo de que el final adentro de los cuadriláteros pudiera estar cerca para él.

Porque si antes le costaba encontrar rivales, hacerlo ahora será más cuesta arriba que nunca, especialmente si la Asociación Mundial de Boxeo confirma su amenaza de retirarle el cinturón de las 122 libras. “Quedamos en conversar al respecto, a ver si podemos convencer a Gilberto Mendoza [presidente de la AMB] de que Rigo retenga su título”, expresó Dino Duva, de Roc Nation.

De acuerdo con reportes, Rigondeaux obtuvo 400,000 dólares por este combate. Está claro, y aunque ni en el boxeo ni en la vida misma se pueden hacer pronósticos con la certeza de un 100 por ciento, el sábado en la noche debe ser la última gran bolsa y la última presentación en televisión nacional en la carrera del cubano. Toca esperar para ver si también será la final.

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