DEDICATORIA:
A mi amigo Ugo La Barbera y a su hermosa familia, amigos hasta la eternidad. Gracias a él y a su hija Lory, aprendí a conocer a Primo Carnera, el primer Campeón Mundial de los Pesos Pesados que tuvo Italia.
El propósito de esta serie de artículos consiste en revisar, analizar y demostrar el acercamiento de algunos mandatarios mundiales hacia púgiles de la talla de campeones con la finalidad de posicionar su respectivo gobierno y obtener poder político.
En la entrega anterior se hizo referencia al interés de Hitler por acercarse al boxeador Max Schmeling. Esta vez revisaremos algunos documentos para evidenciar la motivación de Benito Mussolini por aproximarse al boxeador Primo Carnera y a través de su figura pretender consolidar su poder.
BENITO MUSSOLINI Y PRIMO CARNERA
EL HOMBRE DE LOS APODOS
Primo Carnera, fue el primer italiano campeón mundial de los pesos pesados. Durante su carrera pugilística, recibió numerosos sobrenombres debido a su aspecto físico. Entre los más conocidos figuran; “El gigante de los Alpes”, “El gigante bueno”, “El hombre montaña”, “La montaña errante”, “Mamut”, y/o “El gigante de Sequals”, entre otros. En el declinar de su carrera pugilística también le llamaron “El gigante con los pies de barro”, apodo que acompañó una película acerca de su vida, esta vez no para exaltarlo, sino para hablar mal acerca de él y amplificar los rumores que se corrían donde se manifestaba que sus triunfos en el ring fueron “arreglados”. Estas acusaciones siempre fueron rechazadas por este púgil.
NACIMIENTO, PRIMERA INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Primo Carnera, nació siendo muy pobre el 25 de octubre de 1906 en Sequals, un pueblito de la provincia del Pordenone, en la Región Friuli Venezia Giulia. Nació pesando 8 kg. Cuando era muy niño, su padre emigró hacia Alemania para poder trabajar y así enviarle dinero a la familia, sin embargo, producto de la primera guerra mundial tuvo que regresar a Italia para alistarse en el ejército y acudir al combate. La grave crisis económica de la familia hizo que Carnera ejerciera la mendicidad durante un tiempo, junto con el resto de sus hermanos. Cuando tenía 12 años, emigró a Francia a casa de sus tíos, quienes vivían cerca de la ciudad de Le Mans. Al completar su desarrollo, Carnera medía aproximadamente 2,16 metros de altura, pesaba 125 kilos y calzaba número 52. Aunque su imagen y estos números asombran a primera vista, Carnera carecía de un físico atlético, más bien era de musculatura fofa y atrofiada, de extremidades abultadas, con grandes varices en sus piernas y pies planos que le sirvieron de pretexto para evadir en un principio el servicio militar.
Durante su estancia en Francia, un circo que estaba de paso por la ciudad observó su grotesca figura. Los dueños quedaron admirados por su aspecto físico e inmediatamente le contrataron para hacer el papel de forzudo. Su rol consistía en desafiar a los valientes de cada pueblo a cambio de un premio para aquel que lograra derrotarlo. Las voces dicen que jamás fue derrotado en la lucha y durante cierto tiempo se convirtió en el espectáculo más exitoso del circo.
SUS PASOS EN EL BOXEO
Primo Carnera, se inició en el boxeo de la mano de su tío, durante una visita que el púgil le hizo en Francia. Ese primer combate aficionado lo perdió. Posteriormente después de tener tres años trabajando en el circo, el ex campeón de boxeo francés Paul Journée lo vio durante uno de sus espectáculos y le convenció de que su futuro estaba en el boxeo. En un principio esta idea no le agradó a Carnera, quien quería ser carpintero, pero lo repensó y racionalizó que a través de este deporte podía obtener dinero para mantener a su familia.
Panella (2017), afirma que Primo Carnera llegó pasado de edad para asumir el boxeo como deporte profesional, sumándole que además, no sabía boxear, sin embargo fue asesorado por su apoderado Léon See, un sujeto sin escrúpulos, ligado a la mafia, quien vio en aquella mole una oportunidad para explotarlo y convertirlo en una máquina para producir dinero. A Carnera se le exprimió como deportista. Basta observar que en el año 1930 compitió 26 veces, al igual que en 1932, en ambos años tuvo un exceso de actividad boxística, con un promedio de 2.16 peleas por mes.
Viana (2014), alega que Carnera ganó muchos combates enfrentándose a boxeadores de baja calidad pugilística y compensaba su falta de técnica con su gran tamaño. El primer combate profesional de Carnera lo disputó en Paris en septiembre de 1928 y lo ganó por nocaut en el segundo round. No obstante se sospecha que le pusieron por delante un adversario flojo, “una papita” y que fue “una pelea comprada”. Existe otro punto de vista de quien alega que a un boxeador en sus inicios hay que conducirlo poco a poco, con cautela, lo cual exige que la selección de sus contrincantes lleve un ritmo de exigencia de menos a más.
Con varias peleas realizadas, se presenta la oportunidad de dar el gran salto, Carnera cruza el océano y llega a los Estados Unidos, coincidiendo con salir de las manos de su manager Léon See y lograr entrar a los bajos fondos de ese país. La llegada de Carnera a Norteamérica se combina infelizmente con la crisis del año 29 y la depresión norteamericana, donde estaba de moda la vida frívola del “Cotton Blue”, el prohibicionismo que reforzaba la ilegalidad de algunas cosas, como los alambiques de alcohol controlados por la mafia. Sumergido en los bajos fondos de ese país, Carnera conoce a Billy Duffy, un fuera de ley y hombre leal a Al Capone, con quienes se relaciona para poder aspirar a una oportunidad por el título mundial, nada más y nada menos que contra el lituano Jack Sharkey.
EL AMBIENTE PREVIO A LA PELEA ESPERADA
Transcurría el año de 1933, se había pautado la pelea esperada por toda la afición, la cual corría el riesgo de no efectuarse, debido a la muerte de Ernie Shaaf, boxeador que murió tres días después de un combate, al recibir un golpe de Primo Carnera, que lo llevó a la lona.
Primo Carnera era un gran ser humano. Acompañó a Shaaf convalesciente y a su familia hasta su último minuto en el hospital. Cuando Shaff murió, el médico que le atendía salió de su cuarto y colocando su mano sobre la espalda de Carnera le dijo: “ha muerto”. Carnera miró al Dr. a la cara y le dijo en voz baja… “Soy un asesino”, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. El Dr. para consolar a Carnera le dijo: esperemos a tener el informe de la autopsia, porque todo el mundo tendrá la prueba de que tú no asesinaste a Ernie Shaaf. “Si hay responsables, en este caso son aquellos que le permitieron combatir”. Posterior a la autopsia, se confirmó que Shaaf subió al ring lesionado. Los cronistas deportivos de la época manifestaron que Shaaf había subido durante ese encuentro al ring con una contusión cerebral producto de los golpes recibidos en un combate previo ante el boxeador Max Baer.
Carnera aparentaba físicamente ser un duro, sin embargo siempre hizo honor a uno de sus apodos, “El gigante bueno”, con unos ojos de mirada dulce y conducta apacible, llegó al punto de pensar su retiro expresando sentimientos de culpa. Casi cuando se aproxima el momento de despedirse del boxeo a raíz de ese incidente, Carnera toma un segundo aire en su carrera deportiva, gracias a una carta escrita por la misma madre de Ernie Shaaf, quien le pide no abandonar el boxeo. Carnera era un hombre demasiado ingenuo y bueno, esos calificativos se convirtieron en su propio adversario, ya que le trajo problemas a nivel económico y deportivo. Quienes lo conocieron muy de cerca, decían que Primo Carnera “no sabía subir al ring”, le obsesionaba la idea de hacerle daño a su oponente con su excesiva fuerza y eso lo limitaba a lanzar sus puños durante el combate. La muerte de Ernie Shaaf en sus manos, fue una sombra que le acompañó durante toda su vida.
El combate con Jack Sharkey casi no se produce, debido a la tragedia sucedida con Ernie Shaaf. La Comisión de Boxeo estudió la posibilidad de crear otra categoría denominada “Peso Super Pesado”, para poder confrontar a boxeadores del peso de Primo Carnera.
LA PELEA ESPERADA
Primo Carnera ganó el campeonato mundial de los Pesos Pesados el 29 de julio de 1933 en el Madison Square Garden de New York a expensas de Jack Sharkey, a quien nockeó en el round número seis. Este evento lo graduó de boxeador, lo convirtió en un héroe nacional italiano, con sus puños convenció a los fascistas para convertirlo en su personaje símbolo. Al terminar la pelea de esa noche, Carnera hizo el siguiente comentario a los medios de comunicación: “ofrezco esta victoria, al mundo deportivo italiano, me siento contento y orgulloso de haber mantenido la promesa hecha al Duce”.
EL ACERCAMIENTO DE BENITO MUSSOLINI Y EL FASCISMO
Coincidencialmente, Primo Carnera alcanza la cima de su carrera, justo en el momento cuando el fascismo italiano estaba en su máximo esplendor.
Para Mussolini, el deporte y por supuesto el boxeo, formaban parte de su política de estado. Consideraba que el deporte mejoraba el estado físico de la raza italiana. Este gobernante decía que “el puño es una expresión exquisitamente fascista”.
Mussolini se comportó de manera astuta acercándose a Primo Carnera. Llegó el momento en que el boxeador itálico defendiera el título de campeón Europeo contra el campeón vasco Paulino Uzcudun, apodado “El leñador”, a quien ya venía de ganarle por puntos en Barcelona, España, en 1930, pelea que lo legitimó como boxeador y tapó muchas bocas en el ambiente deportivo, sobre todo la de los periodistas que constantemente le criticaban. “El Duce” con su interés fascista eligió un escenario inolvidable para montar la pelea, el corazón de Roma, en un parque jardín, pulmón verde de la ciudad llamado “Villa Borghese”, exactamente en la plaza de Siena, teniendo como fin ulterior exaltar la raza itálica. Carnera, durante ese evento no perdió la oportunidad para saludar al público como otras tantas veces con el tradicional saludo Romano que fue profanado por el fascismo. Esa noche de la revancha, el 22 de octubre de 1933 toda Italia se paralizó. Benito Mussolini asistió a la pelea sentado en primera fila. Ese combate también fue ganado por decisión unánime por Primo Carnera.
Posteriormente Mussolini insiste en reforzar la imagen del fascismo, enrola a Carnera en el ejército en la 55 Legión Alpina “Friulana” de Gemona, le endosó una camisa negra que para la época era el símbolo fascista y se hizo fotografiar públicamente para demostrar que el logro de Carnera formaba parte de su revolución. Mussolini, llegó al extremo de expresar que Carnera era un modelo digno a imitar y hasta lo invitó a asomarse durante sus maratónicos, incendiarios y míticos discursos en el famoso balcón ubicado al oeste de la Plaza Venecia de Roma. Ambas figuras, nunca coincidieron juntas en el mismo palco, porque Mussolini en su superstición pensaba que la figura enorme de Primo Carnera lo opacaría delante de su público, “El Duce” temía perder el poder de la escena.
LA POPULARIDAD
Durante la época de campeón, la popularidad de Carnera hizo que se convirtiera en la imagen de muchas marcas famosas en Italia. Hizo numerosas campañas publicitarias. De las marcas reconocidas que representó se recuerda; Punt e mes, los electrodomésticos Zanussi y la Necchi, entre otras.
Por lo que se refiere a la campaña publicitaria fascista, en aquella época no existía el Photoshop, sin embargo cuando se pintaban cuadros del boxeador, se delineaban bien los músculos y hasta se exageraban, se evitaba evidenciar la desproporcionalidad de sus miembros superiores e inferiores. Por lo general las imágenes eran de medio busto para no evidenciar las varices. Las fotografías se hacían con la boca cerrada para no mostrar el tamaño enorme de su dentadura, ni su irregularidad. Carnera debía aparecer perfecto, impecable. Debía dar la impresión de tener un vigor físico representando la fuerza de la raza italiana.
A la par de las imágenes, Carnera sabía cómo agradar a Mussolini, antes del combate con el vasco Uzcodun, subió al ring llevando puesta una camisa negra. También expresaba palabras edulcoradas como; “Yo quise ganar por Italia y por el Duce”. “Mussolini era el único que podía impedirme de ganarle a Sharkey”.
En el mismo orden de ideas, la propaganda fascista agregaba lo suyo cuando después del combate contra Uzcudun, dice: “Primo Carnera tuvo el honor de combatir delante del Duce. Ni la riqueza, ni la celebridad seguramente conquistada pudieron haberle dado la más grande satisfacción al corazón del rudo montañés Friulano. El militar de la 55 Legión Alpina, bajo la mirada del Jefe tenía que ganar y ganó”.
Entre finales de 1933 e inicios de 1934 Carnera fue insistentemente descrito y representado por un lado como militar y soldado fascista ejemplar, y por el otro lado como el invencible coloso portador de un físico perfecto.
La popularidad de Primo Carnera llegó a las alturas, su figura aparece en numerosos contextos de periodistas, políticos y simples ciudadanos que aprovechan cualquier ocasión para representar su fuerza. El pueblo bautizó con su nombre la maquinaria pesada producida por la Fiat. Producciones cinematográficas y obras teatrales, se disputan la presencia de este ídolo. De los “Mussolini’s boys”, clan integrado por futbolistas ganadores del mundial de fútbol, representantes del atletismo, de la equitación, la aviación, canotaje, entre otros, Primo Carnera era el preferido de la prensa fascista.
En son de sátira, la prensa deportiva dijo que Charles Chaplin fue el boxeador más serio al que se enfrentó Carnera durante una visita que este cómico y director de cine hizo a los Estados Unidos, momento aprovechado para tomarse una foto juntos, simulando un combate deportivo.
SU ÚLTIMA PELEA POR EL CAMPEONATO
El 14 de julio de 1934 se pautó una pelea por el campeonato mundial entre Primo Carnera y el norteamericano Max Baer, apodado el “Apolo Judío”, quien combatió con una llamativa estrella hebrea cocida en la pierna de su pantalón. La pelea prometía ser una verdadera carnicería, ya que ambos púgiles contaban con varios muertos en su palmarés. Carnera venia de dar muerte a Ernie Schaaf, mientras que Baer tenía dos muertes en su cuenta. Durante el careo, Carnera fue derribado a la lona dos veces en el primer round y hasta 10 veces más en el transcurrir del combate. Quienes presenciaron la pelea expresan que en una de las caídas, Carnera arrastró a Baer con su gigantesco cuerpo, los dos cayeron al cuadrilátero y desde la lona continuaron lanzándose golpes. Registros periodísticos osan manifestar que en la lona, Baer le dijo a Carnera, “el primero que se levante es marica…”, Carnera perdió por nocaut técnico al tener que detener el réferi la pelea.
EL OCASO DE UN SÍMBOLO ITALIANO
El prototipo fascista había sido derrotado por el norteamericano Max Baer. Inmediatamente después de ese evento Mussolini, aplicó la censura periodística, llegó al extremo de prohibir a los medios de comunicación italianos publicar fotografías de Carnera tendido en la lona. Carnera tenía que aparentar ser un hombre invencible como el régimen. Los críticos consideran que Carnera “fue un modelo útil al régimen fascista”, aunque algunos afirman que éste también se prestó al juego de poder durante cierto tiempo.
En el año 1946 se retira definitivamente del boxeo aquejado por problemas de diabetes, una operación en los riñones y por las deudas dejadas por sus managers que lo aprovecharon. Ese año inicia una nueva etapa, esta vez en la Lucha Libre, deporte donde le fue mejor de la mano de su nueva manager y esposa Giuseppina Kovacic, una dama yugoslava que le evitó caer nuevamente en las manos de la mafia y de los buitres que rondan el mundo del boxeo.
Este personaje, también incursionó en el cine, donde interpretó aproximadamente unas 17 películas, entre las que se recuerdan; “El ídolo de las mujeres”, en 1933, compartiendo reparto con Max Baer el verdugo que le despojaría del campeonato mundial. También realizó películas con Totó. Un cineasta rodó una película que hirió a Carnera en lo más profundo de su alma, con un film titulado “El coloso de barro”, resaltando su imagen negativamente y dando a entender que muchos combates que ganó estuvieron amañados, fueron fraudulentos. Este último comentario lo refiere su primer manejador León See, quien escribió un libro sobre Carnera y publicado por la ABC en 1934 una vez que dejo de ser su manager.
En 1962 se retira en la ciudad de Los Ángeles con el siguiente palmarés: 102 combates realizados, 88 peleas ganadas (71 KOs), 14 perdidas (5 KOs) y 0 empate. Carnera participó en algunas películas de segunda categoría, desempeñando papeles como el de “Frankenstein”. Finalmente abrió una tienda de licores que se convirtió en su propia tumba, ya que se hizo adicto al alcohol y contrajo una cirrosis hepática.
TODO POR LA FAMILIA
A primo Carnera se le atribuyen las siguientes palabras; “los golpes se dan, los golpes se cogen. Así es el boxeo, así es la vida. Y yo en la vida agarré tantos golpes, realmente muchos…pero lo haría de nuevo, porque todos los golpes que yo cogí sirvieron para que mis hijos estudiaran”.
Primo Carnera, fue un hombre ingenuo y generoso, dispuesto a sacrificar su propia salud por su familia.
LA MUERTE DEL ÍDOLO ITALIANO
Primo Carnera, sabiéndose desahuciado, tomó un vuelo desde New York hasta Italia, decidió morir en Sequal la ciudad que le vio nacer. Su última y definitiva caída por la vida fue el 29 de junio de 1967. De este polémico boxeador se han dicho muchas cosas, pasó de la pobreza a la gloria, algunos opinan que fue un personaje creado por la propaganda de quienes lo manejaban y estaban detrás del escenario manipulando los hilos del poder. Se dice que no fue un verdadero campeón, sin embargo fue un icono del fascismo imperante en la época. No obstante los comentarios desfavorables, su gran y polémica popularidad se mantiene aún vigente en el tiempo.
La vida de Primo Carnera no fue fácil, ni siquiera en sus momentos de gloria, ya que siempre vivió bajo la penumbra de la sospecha. La vida pública de Carnera permaneció siempre convulsionada, al punto de poner en duda su italianidad, ya que cuando combatía en Francia, su manager Léon See, sin que este lo supiera, falsificó a su nombre una solicitud de ciudadanía francesa. Cuando Carnera estaba en la cúspide de la fama, Francia lo reclamó como ciudadano francés, pero Italia lo defendió como la patria que lo parió. Por supuesto Carnera como buen patriota se adhirió a su país, Italia.
OPINIÓN DE LOS EXPERTOS
Para Nino Benvenutti, ex campeón mundial, Hall de la fama del Boxeo Internacional y comentarista deportivo, uno de los mejores exponentes del boxeo italiano, expresó que Carnera fue el boxeador italiano más grande del novecientos, por haber sido el primer púgil italiano en conquistar un cinturón mundial de los pesos pesados para su país. Carnera tenía una potencia inaudita.
Por otro lado, Ugo La Barbera, ex boxeador que actualmente vive en Riano, pueblito en las afueras y al norte de Roma, fanático seguidor de nuestro protagonista, afirma que lo conoció en persona en Casa Blanca, Marruecos, durante sus entrenamientos en el gimnasio de boxeo de un primo de Primo Carnera. De este boxeador guarda gratos recuerdos y emociones.
Primo Carnera fue todo un caballero dentro y fuera del ring. Infelizmente mucha gente se le acercó, entre periodistas y managers que asumieron una conducta de buitres aprovechadores hacia él. Más allá de todo lo que se ha dicho acerca de su vida, Primo Carnera quedará inmortalizado como el primer italiano en llegar a lo más alto del Boxeo.
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