La historia del boxeo: poder y pugilato

PARTE 6/10

Por: Dr. Arnoldo J. Loaiza G. PhD

Maracaibo/Jabeando/22-04-2019.- Continuando con la saga titulada “La historia del boxeo: poder y pugilato”, la cual tiene como propósito analizar el acercamiento que algunos líderes y gobernantes tuvieron hacia ciertos boxeadores famosos con el fin de aprovechar su popularidad, para arrastrar a las masas y mejorar su posicionamiento político. Hasta el momento se han realizado cinco entregas, entre las que cuentan; la cercanía que tuvo Adolfo Hitler con Max Schmeling en Alemania, Benito Mussolini hacia Primo Carnera en Italia, Juan Domingo Perón con Pascual Pérez en Argentina, La Nación Islámica, Robert Kennedy, Jimmy Carter, Ronald Reagan con Cassius Clay. Muhammad Ali en los Estados Unidos y Omar Torrijos con Roberto “Mano de Piedra” Durán en Panamá, correspondiéndole el turno esta vez al dictador Fidel Castro con Teófilo Stevenson.

FIDEL CASTRO Y TEÓFILO STEVENSON

Fidel Castro y Teófilo Stevenson, también posaron juntos para la eternidad.

NACIMIENTO, INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Teófilo Stevenson Lawrence nació un 29 de marzo de 1952, en el Central Delicias, Puerto Padre, en la provincia de Las Tunas, Cuba. Hijo de Dolores Lawrence, cubana, de padres emigrantes anglófonos de la isla de San Cristóbal y de Teófilo Stevenson Parsons, también emigrante anglófono nacido en la isla San Vicente, quien se mudó a Cuba en la década de los años 20’s para dedicarse al cultivo de la caña de azúcar. Estos lazos paternos justifican la fluidez de Stevenson para hablar el idioma inglés.

De su padre heredó la afición por el boxeo, debido a que la crisis económica lo obligó a fajarse hasta en siete combates con varios oponentes. Posteriormente su vocación por el deporte que lo encumbró fue reforzada en la plazoleta de su pueblo natal, donde acudía durante su infancia como espectador para presenciar los programas de boxeo organizados en ese espacio público. Finalmente fue su maestro de la escuela primaria quien descubrió su talento oculto, al citarle a su padre a la escuela para reprocharle la conducta de su alumno, diciéndole que su hijo, dentro del colegio se la mantenía fajado en peleas con sus compañeros, que lo mejor que podía hacer era llevarlo a un gimnasio para que aprendiera a boxear, porque eso era lo que le gustaba. El tiempo demostró que el maestro no se había equivocado.

PRIMEROS PASOS EN EL BOXEO
Los primeros golpes que Stevenson aprendió a lanzar, lo hizo bajo la tutela de un vecino de su pueblo natal llamado John Herrera, ex campeón nacional cubano de boxeo peso pesado durante 1931 hasta 1935. Posteriormente Ángel “Gigante” Cruz, otro vecino boxeador del poblado de Gibara, lo llevó hasta Las Tunas para que sostuviera su primera pelea en octubre del año 1966. Para ese entonces Stevenson tenía 14 años de edad y pesaba aproximadamente 71 kg. La pelea se llevó a cabo en un estadio de béisbol llamado Julio Antonio Mella, su rival fue Luis Enríquez, quien lo derrotó por puntos. El principio de su carrera pugilística no fue esperanzador, llegando a perder hasta en 20 ocasiones, sin embargo siempre se levantó de esas caídas.

A Stevenson lo llamaban “Pirolo”, más adelante mientras adquirió madurez boxística le conocían como “el caballero del ring” y/o “el hombre de la derecha de hierro”. Fue el segundo de los tres atletas históricos hasta la fecha en lograr ser triple campeón olímpico de boxeo, junto con el húngaro Laszlo Papp y su compatriota Félix Savón, y el único en alcanzar tres títulos en la misma división. Para complemento, ha sido el único atleta que en dos ocasiones obtuvo la distinción olímpica al Juego Limpio.

ESCUELA CUBANA DEL BOXEO
Cuando la revolución cubana llegó al poder, por un periodo mantuvo intacta la práctica del boxeo profesional en Cuba, sin embargo, en 1962, a través del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación INDER, eliminó el profesionalismo deportivo en todas sus expresiones. En 1964 se fundó la Escuela Cubana de Boxeo, bajo la asesoría técnica del profesor alemán Kurt Rosentil y de los entrenadores soviéticos Evgueni Ogurenkov, Andrei Chervonenko y Vasili Romanov, entre otros, y del cubano Alcides Sagarra. Estos personajes se propusieron observar y tomar las mejores prácticas de distinguidos boxeadores del mundo, para adecuarlas a la realidad cubana, llevando a convertir a la isla, en una potencia en materia pugilística a partir de las olimpiadas de Múnich en el año 1972.

Paralelamente, en ese contexto emerge la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético ESPA, estas facilidades son aprovechadas por Stevenson para salir de su lejano pueblo natal Las Tunas y ver la luz en su carrera deportiva, hasta encumbrarse en el primer plano del boxeo amateur mundial.

INCURSIÓN EN LOS PESOS PESADOS
En el año 1968, con 16 años de edad, Stevenson ganó en la Habana la medalla de oro del Campeonato Nacional Juvenil en la división de los pesados (más de 81 kg.). En diciembre de 1969, a los 17 años de edad obtuvo la medalla de plata del Campeonato Nacional “Playa Girón” en Isla de la Juventud. Con esa victoria convenció al ucraniano Andrei Chervonenko y al cubano Alcides Sagarra para entrenar exclusivamente con ellos. Bajo la tutela de estos excelsos preparadores, Stevenson sorprendió a la afición en 1970, propinando un nocaut fulminante al favorito medallista y compatriota Nancio Carrillo, en la Ciudad Deportiva de La Habana.

Esta victoria lo catapultó para ganarse el derecho a participar en septiembre de 1970, en su primer compromiso internacional, el Campeonato Centroamericano y Caribeño de La Habana, evento donde alcanzó la medalla de oro en su categoría. En octubre de ese mismo año, representó a la isla por primera vez en el exterior, viajó a Vidin, Bulgaria, ganando la medalla de oro del VII Torneo de la Amistad (Sub – 19), logrando tres victorias por nocaut.

PERSONALIDAD EN EL RING
Stevenson, demostró sobre el ring un estilo muy clásico de boxeo. Guardia defensiva derecha, siempre arriba, en orden, estudiando a su rival, constante ataque y provocación del combate, ponderados movimientos de piernas, excelente y largo jab de izquierda y una derecha demoledora. No obstante su gran altura, no dudaba en fajarse desde adentro contra cualquier rival, lanzando potentes golpes de uppercuts.

CICLO OLÍMPICO 1970 – 1972, PERDIENDO TAMBIÉN SE GANA Y LOS DESQUITES
Dos años antes de cada olimpiada mundial se realizan los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y faltando un año para la olimpiada se efectúan los Juegos Panamericanos. Los atletas cubanos, se mentalizan para “completar el ciclo olímpico”, lo cual quiere decir, que tienen como meta conquistar estos eventos, incluyendo la olimpiada.

Durante el periodo de 1970 – 1972, Stevenson sufrió cuatro derrotas significativas en su vida boxística. La primera en 1970, ante el alemán oriental Bernd Anders, durante la final del III Torneo Internacional “Giraldo Córdova Cardín”. La segunda y tercera en 1971, ante el checo Peter Sommer, durante los topes bilaterales Cuba – Checoslovaquia y la cuarta caída, ante el estadounidense Duane Bobick, en las semifinales de los VI Juegos Panamericanos, en agosto de ese mismo año.

De estas experiencias, Stevenson opinó que en realidad jamás perdió, porque de los fracasos se obtienen experiencias, se gana. Las derrotas anteriormente descritas les permitieron a sus entrenadores Chervonenko y Sagarra observar las debilidades de Stevenson, motivo por el cual trabajaron arduamente durante 8 meses antes de los Juegos Olímpicos de Múnich, para perfeccionar su jab y fortalecer su mano izquierda.

Durante los años 1971 y 1972, Stevenson se vengó sensacionalmente del alemán Bernd Anders, noqueándolo en par de oportunidades delante de la incrédula fanaticada berlinés. En 1972, durante las olimpiadas de Múnich, se desquitó del norteamericano Duane Bobick y en julio de 1973 durante el VI Torneo Internacional de Boxeo disputado en Santiago de Cuba, tuvo la oportunidad de tomar la revancha ante el eslovaco Peter Sommer, noqueándolo en el primer round.

PRIMERA MEDALLA DE ORO EN MÚNICH 1972
Stevenson tenía 20 años de edad cuando asistió a su primera olimpiada deportiva. Debutó contra el veterano boxeador polaco Ludwik Denderys, a quien noqueó dramáticamente a los pocos segundos del primer round. Posteriormente accedió a cuartos de final enfrentándose el 5 de septiembre de 1972, al favorito de los juegos, el campeón panamericano Duane Bobick, quien ostentaba una seguidilla de 62 victorias al hilo. El norteamericano solo esperaba por una victoria más para tener derecho a un contrato millonario en el boxeo profesional. Ese combate fue transmitido en vivo y en directo por la televisión cubana para la isla. El primer round de esa pelea estuvo parejo entre ambos contendores. La segunda vuelta fue ganada por Bobick. Sin embargo, en el tercer asalto, Stevenson desplegó todas sus fuerzas para llevar a la lona a su rival en tres ocasiones, teniendo el árbitro que detener el combate apegándose al reglamento de las tres caídas en un mismo round. El referí, le levantó la mano a Stevenson, declarándolo triunfador en lo que se considera fue su pelea más gloriosa de su carrera deportiva.

Para las semifinales Stevenson se enfrentó y derrotó al futuro campeón europeo, el alemán Peter Hussing, quien afirmaría posteriormente, que jamás en sus 212 combates anteriores como boxeador aficionado lo habían zarandeado tanto como en esa oportunidad. Expresó que no tenía tiempo de ver su derecha y cuando lograba advertirla, ya la tenía pegada sobre el mentón. La final sería disputada contra el rumano Ion Alexe, quien no pudo combatir por haberse lesionado su brazo durante las semifinales. Stevenson ganó su primera medalla de oro por forfait, “No Presentación” de su rival.

En 1973 en Bucarest, Rumania, durante el Torneo Cinturón de Oro, nuevamente Stevenson y Alexe, coincidencialmente quedaron en las semifinales como rivales para enfrentarse y definir al ganador. Stevenson solo necesitó de 2 rounds para despacharlo por nocaut. Cuando recibió la medalla de oro expresó: «Ahora sí siento que gané los Juegos Olímpicos».

Robert Surkein, miembro del Comité de Boxeo estadounidense, quien llevó varios equipos de su nación a diferentes Juegos Olímpicos, diría de Stevenson lo siguiente: el Stevenson que vi ganarle a Bobick en Múnich ’72, era superior al Cassius Clay que triunfó en los 81 kg en Roma ’60, y al Frazier y al Foreman que ganaron en la categoría superior en Tokio ’64 y en México ’68.

Gracias a la extraordinaria demostración de sus facultades en esa Olimpiada, Stevenson se ganó por aparte, la copa Van Barker, como el boxeador más técnico de esas competencias.

TENTACIONES PARA DESERTAR
En ese mismo contexto de las Olimpiadas de Múnich, Stevenson fue tentado por primera vez para escapar de Cuba y dar el salto al boxeo profesional. Un argentino que decía ser apoderado de Oscar Bonavena, le hizo la propuesta. Le expresó que “Si con Bonavena yo me busco 100 mil ó 200 mil dólares, a ti te veo como un saquito verde de millones».

En otra oportunidad recibió una llamada telefónica de parte de uno de sus compañeros de equipo olímpico cubano, quien le manifestó que un estadounidense se le acercó con una oferta de 1 millón de dólares por pelear contra Joe Frazier, campeón mundial de los pesos pesados. El combate se llevaría a cabo en Florida, Estados Unidos y si Stevenson ganaba, sería el próximo campeón mundial de los pesos pesados en tan solo una noche. Ante esta tentación Stevenson pensaba que tenía todas las de ganar ante Frazier, sin embargo rechazó la propuesta, respondiendo que prefería dedicarse a sus estudios de ingeniería y a la revolución cubana. Manifestó que “no abandonaría a 11 millones de habitantes por un millón de dólares”. Durante el tiempo que Stevenson dominó la categoría de los pesos pesados en el boxeo aficionado, recibió constantes ofertas para desertar y dar el salto al boxeo profesional. Todas las declinó con un rotundo NO.

CICLO OLÍMPICO 1974 – 1976
En febrero de 1974, Stevenson inició su segundo ciclo olímpico obteniendo sin dificultad la medalla de oro en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Santo Domingo, República Dominicana. El evento estuvo muy por debajo de su categoría, mostraba sobradas facultades técnicas y atléticas, no obstante, Stevenson quiso sumar por vez primera ese título a su colección de medallas.

En agosto de 1974, la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado AIBA, patrocinó en La Habana el primer Campeonato Mundial de Boxeo Aficionado, teniendo Stevenson la responsabilidad de llevar el estandarte cubano. En el evento participaron 272 atletas y la pelea final fue el clásico Cuba vs Estados Unidos, representados por Stevenson y Marvin Stinson, atleta estadounidense de raza negra y tamaño similar al cubano. Durante el encuentro Stinson de profesión camionero, sub campeón aficionado de los Estados Unidos, no paró de esquivar la arremetida en el ring del pupilo cubano. Los jueces dieron ganador a Stevenson por decisión unánime, logrando así su primer campeonato mundial aficionado.

En octubre de 1975, representó a Cuba en los VII Juegos Panamericanos celebrados en Ciudad de México. Despachó en el primer round al costarricense Gilberto Acuña y posteriormente al brasileño Gair de Campos. La final la disputó contra Michael Dokes de 17 años de edad, campeón aficionado de los Estados Unidos en 1975, quien declaró a la prensa que ganaría la medalla de oro para su país. En el transcurrir del combate, cuando el estadounidense recibió la primera combinación de jab y derechazo al mentón, se puso los patines en el ring, corriendo y evitando constantemente la confrontación con el cubano, quien salió favorecido por decisión unánime de los jueces asignados para ese combate.

En 1976 el equipo cubano de boxeo inició una gira europea participando en el Torneo Usov, en Minsk, Unión Soviética. Como era habitual, durante ese Torneo, Stevenson noqueaba a todos sus rivales en el mismo primer asalto. El 11 de abril de ese mismo año, subió al cuadrilátero con la intención de desquitarse del temible Igor Vysotskiy, contra quien había perdido en el Cardín de 1973. Vysotskiy, contaba con 23 años de edad, estaba en la cumbre de su preparación técnica y física, debido a los intensos fogueos en los que participaba. El soviético tenía poder en sus manos, era rápido y sobre todo tenía coraje. Durante esa pelea, Stevenson demostraba estar intimidado. En el transcurrir del segundo asalto, Stevenson cayó a la lona. Nuevamente en el tercer round se desplomó hasta tres veces, para que el combate fuera detenido apegado a las reglas, y declarado ganador por nocaut técnico el boxeador soviético, quien luego en 1978, se convertiría en campeón nacional de su país y en 1981, desertaría hacia los Estados Unidos.

La derrota del pupilo de la isla preocupó a las autoridades deportivas cubanas, quienes de inmediato designaron como sustituto para proseguir la gira europea al pinareño Ángel Millán, campeón nacional en 1975. Durante la final del Cardín de ese año, Stevenson y Millán protagonizaron un combate para el recuerdo. Pese a que Stevenson fue llevado a la lona en dos oportunidades, a la final se logró imponer por la vía de los puntos.

SEGUNDA MEDALLA DE ORO EN MONTREAL 1976
Stevenson contaba con 24 años de edad, cuando acudió a su segunda Olimpiada mundial en 1976. Se encontraba en la plenitud de sus condiciones físicas. Su debut lo hizo ante el senegalés Michael Drame, noqueándolo en el segundo round. En cuartos de final boxeó contra el finés Peka Roukola, quien duró los 59 segundos que su esquina tardó en lanzar la toalla en señal de abandono.

En la semi final combatió contra el estadounidense John Tate, quien era considerado “el fenómeno” que liquidaría a Stevenson en dos vueltas. Apenas sonó la campana, Tate embistió como una fiera para devorar a golpes al cubano, fallando en su arremetida. Al primer ataque fuerte del antillano, Tate besó la lona en su propia esquina para escuchar el conteo definitivo en una posición bastante ridícula. Si se suma el tiempo total contra estos tres rivales, Stevenson los demolió a todos en tan solo siete minutos, con 22 segundos.

Clasificado, llegó la tan esperada final olímpica entre Stevenson y el rumano Mircea Simon, ésta fue cubierta desde Montreal por la cadena ABC, teniendo como comentarista estelar a Howard Cosell y su invitado de honor, el medallista de oro de ocho años atrás y ex campeón mundial de boxeo profesional, George Foreman. Durante el combate, Simon evitó a Stevenson en los dos primeros rounds. Mientras la pelea transcurría, a manera de comentario, Cosell expresó que Stevenson podría ser el próximo campeón mundial de los pesos pesados si desertara y saltara al profesionalismo. Foreman, respondía a esa opinión manifestando sus dudas. Sin embargo, durante el tercer round, Stevenson acorraló a Simon metiéndole una potente mano derecha para demolerlo, al instante que la esquina del rumano lanzaba la toalla en señal de abandono del combate. Inmediatamente Foreman le dio la razón a Cosell y felicitó personalmente al cubano por haberse colgado en el cuello su segunda medalla de oro olímpica.

LA PELEA DEL SIGLO
El desempeño de Stevenson durante los Juegos Olímpicos de Montreal, dejó extasiados a los fanáticos del boxeo internacional en diferentes latitudes, quienes soñaban una confrontación entre éste púgil y Muhammad Ali, campeón de los pesos pesados en el boxeo profesional. Como parte de ese contexto, el mundo vivía el tenso escenario de la guerra fría creado por los bloques capitalista occidental encabezado por los Estados Unidos y comunista oriental dirigido por la Unión Soviética. La pelea del siglo sería la sublimación de una guerra anunciada que siempre estuvo al límite extremo de originarse, solo que esta vez, la batalla estaría simbolizada entre estos dos púgiles encaramados en una tarima. Para esa época, Ali contaba con 36 años de edad, mientras que Stevenson tenía 26 años.

Durante ese momento histórico y brillante del pugilismo internacional, los latinoamericanos dominaban cada peso del boxeo profesional. Destacaban los argentinos Víctor Galíndez (peso semipesado) y Carlos Monzón (peso mediano), el colombiano Antonio Cervantes, el gran Kid Pambelé, (peso walter junior), el panameño Roberto “Mano de piedra” Durán (peso ligero) y el nicaragüense Alexis Argüello (peso pluma). También era el gran momento de tres de los mejores campeones del peso pesado: Muhammad Ali, Joe Frazier y George Foreman, quienes exhibían sus excelentes condiciones y también comenzaban a ganar bolsas millonarias en manos de Don King y Bob Arum, dos archiconocidos promotores en el ambiente del boxeo profesional.

Por su parte Stevenson, cumplía con el perfil digno de un futuro campeón de los pesos pesados. Era bien parecido, hablaba fluidamente el inglés, tenía los parámetros para ocupar el puesto de Ali; buena estatura, magnifico juego de manos y piernas, pegada demoledora y carisma, entre otras cualidades.

El promotor de boxeo Don King, vislumbrando las ganancias millonarias que arrojaría el combate, consideró montar la llamada “pelea del siglo”, entre Ali y Stevenson. King se acercó a la directiva del boxeo cubano, quienes le comentaron que desde los Juegos Panamericanos de Ciudad de México en 1975, ya habían avizorado esa posibilidad, sin embargo, se requería de la aprobación del presidente cubano Fidel Castro, con quien se comprometieron a conversar y hacer el respectivo lobby para convencerlo.

Con ese panorama por delante, y la seguridad de que el combate se efectuaría, King no tardó en persuadir a Ali de la necesidad de despedirse del boxeo por la puerta grande derrotando a Stevenson, el campeón olímpico activo para esa época. En paralelo, King, valiéndose de su poder y de sus influencias en el medio, consiguió la aprobación del Consejo Mundial de Boxeo CMB, para que durante el combate estuviera en juego el titulo mundial.

Mientras la organización de la pelea continuaba su marcha, en Cuba, el presidente Fidel Castro, aunque demostró interés en montar el combate, propuso como única condición para realizar la pelea, que Stevenson no perdiera su estatus de boxeador amateur.

Durante la Asamblea Anual de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado AIBA, llevada a cabo en el año de 1977, la Federación Cubana de Boxeo FCB, propuso que se permisara el montaje de una serie de cinco combates de tres asaltos cada uno entre ambos campeones, en distintas ciudades de los Estados Unidos y en diferentes días, con un árbitro internacional de por medio, y si algún campeón noqueaba al otro, la serie finalizaría. Tanto la Asociación Internacional de Boxeo Amateur AIBA, como Don King y el Consejo Mundial de Boxeo CMB, refutaron la propuesta cubana, por lo que el montaje de la pelea se vino abajo.

Si se analiza bien la propuesta de la Federación Cubana de Boxeo FCB, durante la convención Anual de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado AIBA, organizar el encuentro del siglo en una serie de cinco combates de tres rounds cada uno, favorecía ampliamente a Stevenson, quien estaba acostumbrado a ese estilo de pelea, por ser éste el tiempo estimado de un combate amateur, tres rounds. El boxeador cubano jamás había peleado 15 asaltos consecutivos y eso lo sabían muy bien los organizadores de la propuesta cubana.

CICLO OLÍMPICO 1978 – 1980
Al tercer ciclo de Stevenson se le sumó la complejidad del fenómeno Millán, su compatriota, quien habiéndole ganado al soviético Vysotskiy en el Cardín del año 1977, fue seleccionado para representar a Cuba en el primer intercambio bilateral contra el equipo de los Estados Unidos, a celebrarse en Houston en noviembre de 1977, y en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Medellín, en junio de 1978. Durante la final de Girón en 1978, Stevenson derrotó a Millán por nocaut en dos rounds, despejando las dudas acerca de su superioridad boxística. Para aquella época, Stevenson demostraba estar en condiciones para continuar dándole medallas a Cuba.

En mayo de 1978, se organizó el II Campeonato Mundial de Boxeo Amateur en Belgrado, Yugoslavia. Stevenson representó a la isla de Cuba en su categoría de los pesos pesados y comenzó noqueando en pocos segundos al ghanés Adamah Mensah. Coincidencialmente los rusos enviaron a Vysotskiy, quien lamentablemente no avanzó de la primera ronda, debido a la fragilidad demostrada en torneos anteriores en cuanto a su propensión a las cortaduras y sangrado de sus parpados.

En los cuartos de final, Stevenson combatió contra Tony “TNT” Tubbs, derrotándolo por decisión unánime en una final adelantada en los cuartos de final.

Posteriormente Stevenson se enfrentó al venezolano Carlos Rivera y al Yugoslavo Dragomir Vujkovic, quienes no pudieron evitar que el cubano alcanzara su segundo título de campeón mundial aficionado.
El segundo aire de la pelea del siglo

La pelea del siglo tuvo un segundo aire, esta vez durante el mes de mayo de 1978, en Belgrado, la Asociación Internacional de Boxeo Amateur AIBA, realizó la Asamblea Anual relacionada con el Campeonato Mundial. En esa sede, el ejecutivo Donald Hull, comunicó la propuesta de la Federación Cubana de Boxeo FCB, y aprobó la realización de la pelea entre Stevenson y Ali, asignándole el carácter de “combate amateur”. Coincidencialmente en febrero de ese año, Ali había perdido su título mundial ante Leon Spinks.

En octubre de 1978, durante el tercer intercambio pugilístico entre Cuba y los Estados Unidos, efectuado en el Madison Square Garden de New York, Stevenson derrotó en escasos segundos a su oponente Jimmy Young. Apenas finalizó ese combate, recibió en su camerino la inmediata visita del promotor Don King, quien aumentó la bolsa, ofreciéndole cinco millones de dólares para que actuara como retador por el título mundial ante Muhammad Ali, quien un mes antes había recuperado el cinturón derrotando a Spinks. La respuesta de Stevenson no se hizo esperar y le repitió las siguientes palabras mencionadas durante una anterior propuesta: “Prefiero el cariño de los cubanos, no abandonaría a mi pueblo por todos los dólares del mundo”.

A partir de ese evento, los cubanos dejaron de negociar con King y depositaron la confianza en manos del promotor Ben Thompson, quien intentó convencer a Ali de firmar el contrato que estipulaba una serie de 5 combates amateur de 3 rounds o 3 peleas amateur de 5 asaltos contra Stevenson. El evento se realizaría en la ciudad de New York a partir del 28 de febrero de 1979. Como compensación monetaria, Ali devengaría una bolsa de tres millones de dólares, mientras que la Federación Cubana de Boxeo FCB, recibiría un millón y medio de dólares.

Lastimosamente Ali rechazó la propuesta, alegando que no tendría nada que ganar y sí mucho que perder boxeando contra un púgil aficionado. Posteriormente la delegación cubana regresó a La Habana, Ali pidió personalmente disculpas vía telefónica a Stevenson, le ofreció compensarle monetariamente por haber refutado el combate, mientras que el cubano rechazó la propuesta económica, agradeciendo la intención y expresando que él no necesitaba dinero.

TERCERA MEDALLA DE ORO EN MOSCÚ 1980
Cuando Stevenson contaba con 28 años de edad, acudió a las célebres Olimpiadas de Moscú, logrando colgarse en su cuello la tercera medalla de oro olímpica. La victoria la alcanzó derrotando por decisión a Piotr Zaev, pupilo favorito de la Unión Soviética, quien se tuvo que conformar con la medalla de plata. Para esas competencias deportivas el equipo de los Estados Unidos fue el gran ausente, al no acudir por boicot a esos cuestionados juegos.

Durante esa época estaba en auge la guerra fría, tanto Cuba, como la Unión Soviética y los Estados Unidos, principalmente, convivían en materia deportiva en medio de chantajes debido a la recia y mutua crítica de los estilos de vida políticos socialistas y capitalistas. No se puede juzgar que durante esos juegos, la ausencia de los estadounidenses le facilitó el camino campeonil a Stevenson, porque coincidencialmente, meses anteriores los Estados Unidos había perdido a su equipo de boxeo en un accidente aéreo, por lo que no resultaba fácil reponerlo con inmediatez para las olimpiadas. Además el bloque socialista europeo perteneciente a la cortina de hierro, reunía contendores de primera línea, dignos rivales en disputa.

En el mismo orden de ideas concerniente a las críticas que se le hacían al boxeo cubano, el criterio de amateurismo, permitía que los boxeadores de la isla se foguearan en cientos de combates, llegando curtidos a las olimpiadas con edades que permitían acumular experiencia; temple y madurez para manejar técnica y los nervios en combate, característico de un púgil profesional, boxeando contra rivales muchachos de 19 años de edad, frágiles mentalmente, e inexpertos, al no cumplir con el mismo ciclo olímpico, ya que aquellos que destacaban, daban el salto al boxeo rentado.

¿QUÉ OPINABAN LOS EXPERTOS DE STEVENSON?
Ángelo Dundee, entrenador de Ali, dijo que “todo el mundo quería a Teófilo”. En lo particular Dundee nunca estuvo tras él, porque él tenía al campeón. Tenía a Ali. Tenía al boxeador que le iba a derrotar. Muchos le ofrecían un millón de dólares a Stevenson y un millón de dólares era mucha plata.
Según Enmanuel Steward, Stevenson era el boxeador más perfectamente balanceado que jamás haya visto.

Don King, aseveró que Stevenson “seria fenomenal como profesional”. “Tiene la misma clase que Ali y que Frazier”.

Con el propósito de atizar el ambiente de la pelea, un periodista deportivo le preguntó a Muhammad Ali, su opinión sobre Stevenson y éste respondió lo siguiente: «Es un buen amateur, un peleador de tres asaltos… pero si le ofrecieron $2 millones y no los tomó, entonces es un tonto de maldición». Para esa época, Ali consideraba que Stevenson era un “bobo” al no aceptar la propuesta millonaria para pelear contra él.

Cuando a Roberto “Mano de piedra” Durán, durante una visita que dispensó a Cuba en compañía del general Torrijos, Fidel Castro, le preguntó, su opinión acerca de un posible combate entre Stevenson y Muhammad Ali, éste respondió que Ali mataría a Stevenson, ya que Stevenson estaba acostumbrado a pelear solamente 3 rounds, mientras que Ali alcanzaba a boxear hasta 15 asaltos seguidos.
Mariano Pajares, refiere que Stevenson fue el mejor púgil amateur de todos los tiempos. Tenía “una derecha de cemento”, con la que noqueo a buena parte de sus oponentes en más de 300 combates que ganó a lo largo de sus 20 años de carrera boxística. Fue tres veces campeón mundial de boxeo olímpico, y no se coronó en las Olimpiadas de Los Ángeles en 1984, debido a que Cuba no asistió a ese evento apoyando el boicot que los países socialistas impusieron, como respuesta al anterior saboteo encabezado por los estadounidenses en los juegos de Moscú 1980. Para esa fecha Stevenson, estaba en plena forma y con toda seguridad se habría ceñido la corona por cuarta vez consecutiva. Fue el rey absoluto de los pesos pesados del boxeo amateur durante los años 70’s.

Por su parte, la revista Estadounidense Sports Illustrated, le dedicó una portada a Stevenson que fue titulada “Antes rojo que rico”. También un artículo donde mencionaba que habría que darle a éste púgil dos o tal vez tres años más y probablemente tendrían en él a un campeón mundial de los pesos pesados del boxeo profesional, aunque el propio boxeador aseverara que no daría el salto que muchos esperaban.

La situación planteada en el ambiente del boxeo profesional, era que los fanáticos veían como muy probable la deserción de Stevenson motivado a lo atractivo de la bolsa, la necesidad de dinero, en un momento donde un millón de dólares era mucha plata, por otro lado también se veía probable debido a la ambición de ser también campeón de boxeo profesional. Sin embargo, la realidad era que Stevenson conocía muy bien acerca del rudo y cruel ambiente del boxeo rentado, solo tenía motivación para boxear representando a su amada Cuba, por lo tanto, mantenía intacto sus ideales.

Durante la participación de la isla de Cuba en los Juegos Olímpicos, en la década de los años 70’s y 80’s, Arnoldo Loaiza, junto con sus amigos de la urbanización La Trinidad, en Maracaibo, comentaban en son de bromas, que mientras Alberto Juantorena y Teófilo Stevenson estuvieran en la selección cubana, no habrían desertores, ya que la estrategia cubana consistía en llevar a estos dos atletas por si alguno de los miembros de la delegación intentara fugarse de la concentración. Todos estaban advertidos; Juantorena con su carrera lo perseguía alcanzándolo, entregándolo a Stevenson, para que le pegara fuerte con su punch y aprendiera la lección.

¿SE EFECTUÓ LA PELEA DEL SIGLO, SÍ O NO?
Para muchos ésta esperada contienda jamás se llevó a cabo, sin embargo para el cronista deportivo Arnoldo Loaiza, el combate si se realizó, fue un encuentro humano, entre hermanos. El mismo se escenificó en Cuba. Según Gay Talese, Ali fue hasta La Habana para visitar a Castro y a Stevenson durante el año 1996, con el propósito de llevar ayuda humanitaria hacia la isla, la cual se encontraba en situación precaria debido a la insistente y tozuda ideología castrista del comunismo.

Para ese entonces, ya Ali, mostraba los síntomas del Mal de Parkinson. El encuentro se realizó en el Palacio de la Revolución, fue seguido por un nutrido y selecto grupo de periodistas, entre los que se encontraba Talese y Howard Bingham, el fotógrafo que durante aproximadamente tres décadas y media tuvo la exclusiva misión de captar las imágenes del campeón mundial Muhammad Ali. Para esa reunión, Bingham tenía las tareas de documentar fotográficamente el encuentro y entregarle en sus manos a Fidel Castro un retrato de Ali con Malcolm X caminando juntos por una acera en el barrio de Harlem, allá por el año 1963. Ali, autografió exclusivamente la reproducción gráfica obsequiada al presidente cubano.

Talese, prosigue relatando que durante el inicio de la reunión con Fidel Castro, Ali tenía la mirada perdida, permanecía en su propio mundo, siempre en el limbo, mientras Castro le hacia una serie de preguntas a su última esposa Yolanda. De repente Ali, soltó un golpe lento de mano izquierda hacia la mandíbula de Fidel Castro, quien quedó sorprendido. Fidel, miró a Stevenson y le gritó, asesórame por favor. Posteriormente los largos brazos de Stevenson cayeron detrás de los hombros de Ali, apretándolo con delicadeza. Seguidamente los dos campeones se zafaron y se colocaron frente a frente para iniciar un combate. Después procedieron a simular una pelea en cámara lenta entre dos boxeadores fajados en el ring. Ambos campeones hicieron balanceos, quiebres, lanzaron jabs, ganchos, uppercauts, quites, todos estos movimientos sin tocarse, acompañados de tres minutos de aplausos ininterrumpidos y disparos de flashes de cámaras. Fue un primer round memorable para la historia.

Esta acción de parte de Ali, permitió que sus amigos que acompañaban la comitiva se hayan sentido muy contentos, debido a que por un momento se les unió al grupo a su manera, teniendo el nivel de consciencia que sus mermadas facultades le permitían. Siempre con su mirada lejana, pero esta vez menos solo y más físicamente cercano al grupo, Ali se sostuvo abrazado con Stevenson, mientras el campeón cubano relató animadamente a Castro y al público asistente sobre la exhibición de boxeo que junto con Ali habían realizado durante el inicio de la semana, en el gimnasio Balado, delante de centenares de fanáticos y algunos jóvenes prospectos boxísticos de la isla. Éste fue un segundo round sensacional.

Finalmente Stevenson, procedió a levantar el brazo derecho de Ali sobre la cabeza de Castro en señal de victoria, mientras que los fotógrafos aprovecharon la pose del trío para descargar los flashes resplandecientes. Posteriormente Stevenson y Ali se abrazaron, demostrando un sentimiento de mutua admiración y amistad. Tercero y último round célebre.

Si se observa bien en detalle, el encuentro humano entre estos personajes se pautó a tres metafóricos rounds, tiempo que precisamente pertenece al boxeo amateur, significando la palabra amateur, que aquello que se hace, se concibe por amor. Esta gloriosa reunión se organizó por amor a la vida y hermanó corazones de uno y otro lado.

Al respecto de esa relación, Stevenson diría lo siguiente; “Fueron encuentros muy bonitos. Los dos habíamos esperado esos momentos durante muchísimos años”. “Él es mi amigo, fue el mejor profesional y yo el amateur, ¿para qué más?”

LA OPINIÓN DE TEÓFILO STEVENSON ACERCA DEL COMBATE DEL SIGLO
En una oportunidad, el 19 de febrero de 1989, se publicó en el diario Cubano Granma la opinión que el propio Stevenson tenía acerca de la organización de la pelea contra Ali, y esto fue lo que respondió: “Me preparé mucho, con mucho entusiasmo y dedicación para enfrentarme a Clay, a quien consideraban un buen rival para mí, y con el cual incluso había opiniones divididas sobre el posible vencedor”. “Ali ha dicho varias veces que habría sido un empate y yo también lo creo. Me hubiera gustado pelear contra él, porque era un boxeador muy técnico, como mis rivales favoritos”.

DIFERENCIAS Y SIMILITUDES ENTRE STEVENSON Y ALI
Se puede decir que la principal diferencia entre ambos boxeadores radicó en que Stevenson, durante su trayectoria boxística mantuvo intacta su calidad de amateur, mientras que Ali, hizo carrera a su paso por el boxeo aficionado y luego saltó al boxeo profesional. Por lo que se refiere a las similitudes, ambos pertenecieron a la raza negra, tenían guardia derecha, participaban en la categoría de los pesos pesados, poseían una gran jab en la distancia y fuerte pegada, derrochaban carisma dentro y fuera del ring, eran admirados internacionalmente, y ambos ganaron medalla de oro durante los Juegos Olímpicos.

En este mismo orden de ideas, no cabe la menor duda que ambos púgiles tenían bien claro su propio criterio, renunciaron a la comodidad ofrecida por el estatus quo mundial, con tal de mantener intactas sus convicciones; Stevenson boxeó siempre apegado a sus principios, peleaba defendiendo los colores e ideales de la revolución cubana. Escuchó ofertas tentadoras para desertar detrás de la figura del dólar, pero jamás vendió su conciencia al águila retratada en el dinero, prefirió vivir del amor de su pueblo. En varias ocasiones fue denominado deportista del año en Cuba por las autoridades atléticas. Los cubanos lo consideran una gloria del deporte nacional.

Por su lado, Ali, en la medida que crecía como deportista se sumó a la lucha de la minoría negra y al radicalismo musulmán a través de su amistad con el líder negro Malcom X, quien le acercó a la “Nación del Islam”. Renunció a su nombre original por considerar que su apellido Clay había sido impuesto a sus antepasados por los amos esclavistas, adoptando el nombre de Muhammad Ali. Prefirió perder su licencia para combatir, renunció a ganar millones de dólares boxeando, antepuso perder el título mundial de los pesos pesados, con tal de no ir a pelear contra quienes consideraba sus hermanos de raza humana, los vietnamitas, durante la guerra entre los Estados Unidos y Vietcong. Durante años, Ali fue el deportista favorito de los Estados Unidos.

Gracias a la trayectoria boxística de Stevenson y Ali, ambos dejaron una intachable hoja de vida personal y deportiva, en torno a ellos se produjeron cientos de páginas de reseñas, entrevistas y documentales, entre otros. Fueron aclamados como campeones indiscutibles y personalidades destacadas del siglo XX dentro y fuera de las 12 cuerdas en sus respectivas naciones.

FIDEL CASTRO Y TEÓFILO STEVENSON
Fidel Castro consideraba el deporte como parte de la política de estado. Específicamente tuvo en el boxeo una de sus grandes pasiones, logrando impulsar a la isla hasta convertirla en una potencia olímpica del pugilato. Fidel se oponía a la práctica del deporte a nivel profesional y decía que aquel deportista cubano que incursionara en el deporte rentado, estaría traicionando a la revolución.

Stevenson, fue un instrumento político de Fidel Castro a tal punto que en Cuba se dice que Teo libró muchas batallas en el ring y tumbó a muchos gigantes. En ese aspecto la propaganda política del régimen castrista expresó que al igual que Teo, Fidel Castro enfrentó a los más poderosos y no lo pudieron derribar en el campo político internacional. Aún después de muertos, la propaganda cubana los usa para consolidar el nacionalismo cubano expresando que el legado y trayectoria de Castro y Stevenson les acompañará por siempre.

En plena guerra fría, Bob Arum y Don King, le ofrecieron a Stevenson un millón de dólares para que se enfrentara al legendario Cassius Clay. Stevenson rechazó esa oferta aun cuando la bolsa fue aumentada paulatinamente hasta llegar a los 5 millones de dólares. Para aquel entonces, Stevenson, el chico humilde nacido en Puerto Padre, Las Tunas, expresó lo siguiente. “¿Qué es un millón de dólares comparado con el amor de ocho millones de cubanos?”. Esta frase también fue aprovechada por el régimen para arraigar el nacionalismo de los cubanos en la isla. Fidel Castro le dio el vuelto a Stevenson, expresando públicamente que “ningún otro boxeador amateur brilló tanto en la historia de ese deporte. Podría haber obtenido dos títulos olímpicos adicionales, si no hubiese sido por deberes que los principios internacionalistas impusieron a la revolución. Ningún dinero del mundo habría sobornado a Stevenson”.

Para rematar la prensa cubana reseña que “los logros del deporte en Cuba y sus grandezas también pasan por los triunfos de Fidel y Teófilo”.

DE HABER SALTADO AL PROFESIONALISMO ¿TENÍA CHANCE STEVENSON DE LLEGAR LEJOS?
Las estadísticas hablan por sí solas. Algunos boxeadores que se enfrentaron contra Stevenson y cayeron derrotados por sus puños en el boxeo amateur, posteriormente dieron el salto al boxeo rentado, alcanzando algún título importante en la división de los pesos pesados. Entre estos figuran el alemán Peter Hussing, quien luego de sucumbir ante su pegada en las Olimpiadas de Munich 1972, dio el salto y se tituló campeón europeo. Lo mismo sucedió con Michael Dokes, quien perdió contra Stevenson por decisión unánime en los Juegos Panamericanos celebrados en Ciudad de México en 1975. Posteriormente saltó al boxeo profesional y fue titular de la categoría peso pesado por la Asociación Mundial de Boxeo AMB, entre los años 1982 y 1983. Lo mismo se puede decir de John Tate, quien cayó derrotado por nocaut ante Stevenson en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976, posteriormente dio el salto al boxeo profesional y se tituló en la división peso pesado de la Asociación Mundial de Boxeo AMB, entre los años 1979 y 1980.

Estas magníficas actuaciones anteriormente descritas permiten prospectar que Teófilo Stevenson, de haber dado el salto al boxeo profesional, hubiera brillado con luz propia, no cabe la menor duda que se habría convertido en campeón mundial de los pesos pesados.

EL RETIRO Y LA MUERTE DE STEVENSON
Durante su retiro tras 20 años de vida activa dentro del ring, dejó un palmarés de 321 peleas realizadas, de las cuales ganó 301. Se desempeñó como oficial deportivo en Cuba, trabajó enfocado particularmente en el boxeo. Fue Vicepresidente de la Federación Cubana de Boxeo FCB, perteneció a la comisión nacional de atletas retirados y en activo en el Instituto Nacional de Deportes y Recreación INDER.

Sobre su vida y desempeño pugilístico se realizaron innumerables informes y artículos. Dejó en las bibliotecas deportivas cubanas un legado boxístico digno de referencia universal. Mientras que en sus inicios, el boxeo cubano se nutría de las experiencias internacionales, hoy en día, gracias a su excelente desempeño, Stevenson y Cuba, sirven de referencia para otras naciones interesadas en desarrollar su estilo de boxeo.

Como a todo ser mortal le sucede, a Stevenson le llegó la hora de dejar su cuerpo. Falleció de una cardiopatía isquémica el 11 de junio de 2012 en La Habana, Cuba, cuando apenas contaba con 60 años de edad.

En varias oportunidades Stevenson visitó a Muhammad Ali en suelo estadounidense. También fue su anfitrión en las visitas que Ali dispensó a la isla de Cuba en los años 1996 y 1998 para donar medicamentos. Cuando Ali se enteró de la muerte de Stevenson, expresó lo siguiente: “siempre recordaré el encuentro con el gran Teófilo en su Cuba natal” (…) “Aunque nunca peleó profesionalmente, haber ganado tres medallas de oro en tres Juegos Olímpicos diferentes garantiza que él habría sido un enemigo formidable para cualquier otro campeón de peso pesado reinante o cualquier retador en su mejor momento” (…) “Él fue uno de los grandes de este mundo, y a la vez fue un hombre cálido y abrazable. Que descanse en paz”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Talese, G. (2013): El silencio del héroe. Alfaguara. Madrid.

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