Prensa/El Heraldo de México/Jabeando/23-09-2019.- En los últimos años, me han preguntado, en muchísimas ocasiones, el por qué ya no se ven campeones como los del pasado. Boxeadores de época como Ratón Macías, Púas Olivares, Carlos Zárate, Mantequilla Nápoles, Finito López, Chiquita González o Erik Morales, por nombrar algunos de los grandes del pugilismo mexicano.
Existen diversas razones, la mayoría son por cuestiones económicas. Por ejemplo, los mánagers y promotores de la actualidad, deciden capitalizar de inmediato su inversión en los peleadores, y los llevan a “campeonatos” de manera repentina, ganan unas cuantas peleas y los queman, pues no lograron cerrar ese importante ciclo que requerimos todos.
Para mí existe una sola forma de ser en la vida, ser leal y practicar la lealtad, ese sentimiento de fidelidad a los propios principios morales, a los compromisos establecidos o hacia alguien.
Esa lealtad de Muhammad Ali, Sugar Ray Leonard, Floyd Mayweather, y muchísimos más de nuestros campeones y miembros del organismo, jueces y réferis, y hasta aficionados.
Hay algunos ejemplos que me vienen a la mente, y me regresan el cariño al boxeo por su grandeza. Julio César Chávez conoció a mi papá, en compañía de su mánager Ramón El Zurdo Félix.
Mi padre, creyó en él cuando no era nadie. Se coronó campeón superpluma, y la defendió en 12 ocasiones, hasta que llegó el momento en que ya no podía dar el peso, y tenía que subir a ligero. Don King le llamó a JC, y le ofreció la pelea contra Edwin Chapo Rosario, de la AMB. Julio viajó a ver a mi papá y le expuso su sentir; él no aceptaba ir por otro título que no fuera del CMB. Mi padre le puso la mano en el hombro, y le dijo: “Mi querido Julio, ésta es una gran oportunidad para usted, será la estelar en Las Vegas, y ganará mucho dinero, adelante”.
JC noqueó al favorito Rosario en 11 rounds, y en su siguiente pelea, obligó a Don King a hacer la pelea contra el campeón del CMB, quien era su compadre, José Luis Ramírez, y aunque no querían pelear, pudo más la lealtad de JC hacia don José y el CMB.
Humberto Chiquita González se dio a conocer como un tremendo noqueador. El Carnicero de Neza, zurdo, diminuto, pero con una pegada bestial. Su manejador, Francisco Sánchez, lo llevó a visitar a don José, y de la misma forma, mi papá le tomó un cariño especial.
Humberto se convirtió en retador número 1 a la corona, al vencer a Jorge Cano, en 1987. Por diversas razones, su oportunidad de pelear por el título mundial no se lograba concretar. Esperó dos años como retador oficial, y viajó a Corea para ganar su cinturón. Su carrera fue formidable, hasta su retiro en 1997, y fue siempre orgulloso representante del CMB.
Terrible Morales llegó a don José por medio de Fernando Beltrán, quien era un joven inexperto, pues Erik fue su primer boxeador. Desde el primer día fueron claros en decir que su único interés era seguir el camino del WBC.
Erik fue avanzando hasta llegar a la pelea eliminatoria final para ganar el derecho de combatir por el campeonato. Venció a Héctor Acero Sánchez, y estaba listo para ir por el título ante Daniel Zaragoza. Esta oportunidad tardó más de un año en llegar, y de la misma forma, él aguantó, y se mantuvo firme a sus ideales y a su lealtad.
Erik derrotó a Zaragoza, y así inició una larga carrera exitosa como pocas, en la que conquistó 4 campeonatos mundiales del CMB.
SORPRESA
Este pasado 14 de septiembre viví un grandioso acto de lealtad, y fue inesperado. El británico Tyson Fury se convirtió en uno de los más importantes embajadores de México, tras recibir la noticia que su pelea había sido seleccionada para el Cinturón Maya II.
Mandó hacer su uniforme con los colores verde, blanco y rojo, salió del vestidor en una carroza con mariachi entonando El Rey, y sus guantes fueron también con los colores patrios. Al término de la pelea, que fue muy dura y dramática, recibió el cinturón Maya, y lo besó ante los miles de los aficionados en la arena y millones en televisión.
¿SABÍAS QUE…? Bob Arum era un auditor del FBI, quien tuvo la suerte de que el destino le asignara la revisión de las cuentas de la Pelea del Siglo entre Ali y Frazier. Al realizar esta tarea, se dio cuenta que el boxeo era un negocio millonario, y de ahí emigró a ser promotor, y llegó a convertirse en uno de los más grandes de la historia. Él sigue promoviendo, a sus 88 años.
ANÉCDOTA DE HOY
Julio César Chávez estaba en el ocaso de su carrera, sus mejores tiempos en el boxeo ya habían pasado. Perdió su título ante Oscar de la Hoya, y su vida personal tenía complicaciones.
Oscar subió a welter, y Julio pidió a mi papá disputar ese campeonato ante Konstantín Tszyu.
Chávez era el clasificado número 1, y tomó una pelea de preparación ante un rival a modo, Willie Wise. Lamentablemente perdió. Eso eliminaba su oportunidad como retador oficial . Un par de semanas después, JC llegó a nuestra casa.
Al escuchar la negativa, Julio se arrodilló, y le suplicó una última oportunidad. Disputó el campeonato ante Tszyu, y Julio perdió esa pelea; fue ahí donde se apagó una de las más grandes carreras. JC visitó a mi papá en el hospital UCLA, tan sólo unos días antes de morir, y él le dio una de las grandes alegrías a mi padre, pues estaba limpio de sus adicciones, y hoy, el gran campeón continúa ganando ese round día tras día.