Por Mauricio Sulaimán
Hijo de José Sulaimán / Presidente CMB
Prensa/AMB/Jabeando/05/12/2019.- Estamos a menos una semana de la pelea de revancha entre Andy Ruiz y Anthony Joshua. Será hasta que suene la campana cuando se logren esclarecer las dudas que se tienen.
El panorama es absolutamente diferente a cuando se enfrentaron la primera ocasión en el Madison Square Garden, de Nueva York. Ruiz subirá como el campeón mundial y Joshua como retador; el público, que en su gran mayoría fue británico en la primera contienda, no estará presente, pues la pelea será en Arabia Saudita.
Así que la arena se llenará de público local, y el ambiente será diferente. En ese país no existe el alcohol, no habrá cerveza en las gradas, el horario del combate será adecuado para lograr el mejor tiempo de televisión prime time, esto y muchas otras cosas más harán que las condiciones sean diferentes.
La máxima incertidumbre se da al tratar de analizar que pasará en la pelea, para ello, les propongo analizar a ambos contendientes:
Anthony Joshua perdió su invicto, fue noqueado, avergonzado y le arrebataron sus campeonatos. Hay quienes aseguran que menospreció a Ruiz, pues se había preparado para hacer su debut en Estados Unidos, ante un púgil grande y fuerte como Jarrell Miller, quien dio positivo al control antidopaje.
Tras manejar muchos nombres, se anunció a Andy Ruiz como rival. El mexicano, con características diferentes a Miller: bajo de estatura, gordito, total desconocido para el público en general. Se dice que Joshua no entrenó las últimas semanas y que tenía amplia confianza de vencer fácilmente a Ruiz.
Tras la derrota viene la gran incógnita: ¿Será capaz de sobreponerse mentalmente a lo sucedido en Nueva York ? ¿Tendrá la madurez de diseñar un plan de pelea diferente para usar sus múltiples ventajas sobre su rival? ¿Tendrá el corazón para recuperar su campeonato? Cuando alguien es golpeado tan brutalmente por su adversario, es muy común que no se recupere y que sea siempre dominado por ese oponente. Todo dependerá de la grandeza emocional de Joshua.
Andy Ruiz logró lo impensable, derrotó al gigantón, súperfavorito y se convirtió en héroe de la noche a la mañana. Su vida cambió drásticamente y no ha podido descansar un segundo desde que se convirtió en celebridad. Ahora es millonario, goza de lujos con los que soñó desde niño. Asegura que para la primera pelea no estaba preparado al 100 y que para la revancha volverá a ganar. Él se levantó de la lona al noquear a Joshua, su velocidad y precisión de golpes fueron evidentes; dominó para coronarse.
Tras la victoria, viene la gran incógnita: ¿Será capaz de concentrarse en el combate? ¿Le habrá afectado tanta distracción? ¿Habrá logrado la preparación adecuada? ¿Qué efecto tendrá la diferencia de horario, ambiente y costumbres?
Tuve la oportunidad de ver a Andy en algunas ocasiones desde que se coronó. La popularidad ante el aficionado es increíble, no lo dejan caminar, donde se presente es un fenómeno y ha tenido que viajar por todos lados para presentaciones con patrocinadores, filmaciones, conferencias de prensa, eventos y una que otra fiestecita. Por otro lado, Joshua ha estado en la obscuridad total, entrenando y preparándose, o ¿estará deprimido y en soledad?
¿Logrará Andy Ruiz confirmar su superioridad y empezar una legendaria carrera como campeón o será un monarca efímero?
La historia nos enseña las dos opciones con ejemplos claros: Una es la pelea Joe Louis Vs. Max Schmeling. El primero invicto combatía ante el excampeón, el alemán Schmeling. Los 70 mil fans en el Yankee Stadium quedaron en shock cuando Schmeling noqueó en 12 rounds.
Dos años después se dio la revancha. La expectativa fue de las más grandes de la historia del boxeo. Joe Louis noqueó en el primer round a Schmeling y siguió su carrera logrando el récord, aún vigente, de mayor número de defensas.
La otra cotienda es la de James Buster Douglas vs. Mike Tyson, éste último era el campeon mundial completo, considerado invencible. Don King anuncia una pelea de preparación para Tyson, antes de enfrentar a Holyfield, una defensa de su campeonato ante el desconocido Buster. Esa noche se dio quizá la sorpresa más grande de la historia del boxeo. Douglas noqueó a Tyson en el décimo round.
Buster se hizo famoso, dedicó meses a vivir la vida de campeón mundial y perdió vergonzosamente en su siguiente pelea ante Evander Holyfield, por nocaut en tres rounds. Douglas jamás volvió a subirse a un ring.
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