“A veces no sé qué hacer y lo que hago es llorar. Hace dos noches tuve una crisis de pánico por todas las preocupaciones que tengo en mente. Trato de pensar en positivo pero luego me llega ese pensamiento de ¿por qué me pasa esto, por qué a mí si no ando buscando hacerle daño a nadie? Yo sé que hay personas en situaciones peores, pero para mí estos años han sido de golpes de los que no me he podido recuperar”, agrega.
Pérez tiene 29 años de edad y en 2017 se convirtió en una de las atletas que emigró en búsqueda de estabilidad económica e incluso, para seguir representando a Venezuela en Aguas Abiertas. “Me vine a Santiago de Chile para continuar entrenando también. En Venezuela no tenía esas posibilidades y tomé esa decisión. Ha sido muy difícil porque antes por supuesto que tenía responsabilidades y preocupaciones, pero no eran como las de ahora. Todo me llega a la cabeza y me preocupo: por la renta, mi familia, el entrenamiento, los servicios, es complicado gestionarlo todo”, expresa Pérez.
La nadadora que ganó medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, no logró uno de sus últimos objetivos deportivos: montarse en el podio en Lima 2019, uno de los momentos más difíciles que le tocó vivir en su carrera deportiva.
“Yo no sabía si entrar o no. No sabía qué hacer, y pensaba en Manuel. Si él hubiese estado me daba dos cachetadas para que yo reaccionara y me metiera al agua sin miedo y se me quitara todo. Él siempre me daba fuerzas. Él estuvo ahí y de alguna manera me hizo tomar la decisión de nadar. Ese día me marcó, yo me decepcioné mucho”, expresa Paola refiriéndose al entrenador de natación venezolana Manuel Marín, quien falleció dos meses antes de la cita panamericana.
¿DE REGRESO?
Esta semana Santiago de Chile decretó cuarentena total tras un importante brote de coronavirus: “2.660 en un día, una cifra récord. Desde que la pandemia llegó al país fueron diagnosticadas 37.040 personas con covid-19 y se atribuyó la muerte por esta causa a un total de 368”, se explica en el Medio la Diaria.
Pérez quien trabaja como entrenadora de natación en un club, manifiesta que solo sale a la calle a buscar lo esencial.“Salgo a comprar comida. No estoy trabajando. Por ahora no se puede, yo entreno a niños de tres, cuatro añitos que son felices en el agua, eso me motiva y me ha ayudado a trabajar y mejorar la paciencia”.
Sus planes por el momento aun no son claros: no sabe si mantenerse en Chile o regresar a Venezuela. “Aquí ya conseguí una piscina donde entrenar, en Venezuela aún no tengo dónde. Cuando sucedió lo de Michelle Martínez que dijeron que los que se quisieran regresar los iban a ayudar, me lo pensé. Todo dependerá en función si tengo o no donde entrenar. Lo ideal es que se cerrara el IND exclusivamente para los atletas y pasemos la cuarentena entrenando”, agrega.
EN PIE
Los sueños de la atleta olímpica de Venezuela en Río 2016, se mantienen. La última oportunidad que tiene para llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, es en el Preolímpico en Fukuoka. “A veces no duermo pensando si clasificaré o no porque no estoy preparada para el fracaso. Yo quiero eso, quiero estar ahí”, concretó.