Prensa/CMB/Jabeando/03-07-2020.- No podíamos cerrar la semana de mejor manera que con los tradicionales uno a uno, en esta ocasión, con un campeón al que todos queremos y admiramos, un monarca que a pesar de la fama se ha conservado humilde y con ganas de seguir enfrentándose a los mejores, pues sabe que lo difícil no es llegar sino mantenerse, por supuesto nos referimos a Miguel Berchelt.
Como bien diría el reformador social Adolfo Kolping: “En este mundo no se logra nada útil ni grande sin esfuerzo ni sacrificio, una cita que podemos leer con la convicción de que cada letra conlleva o simplemente como una frase más”.
Para el nuevo campeón mundial superpluma CMB, Miguel “Alacrán” Berchelt esta cita es una lección de vida, la cual aprendió desde pequeño, cuando en una maleta empacó sus sueños y también sus miedos dejando su natal Cancún, para dirigirse a Mérida en busca de una mejor existencia.
Miguel se sinceró con nosotros y recordó esos años en que, lejos de su familia, amigos y el confort de una vida al lado de sus quieres queridos, se inició en el mundo de los guantes, dispuesto a convertirse en campeón del mundo, en una leyenda de la cual el mundo hablaría.
Con un dejo de nostalgia, pero el corazón lleno de amor, Berchelt recordó a su abuelita, quien es, hasta el día de hoy su inspiración y la persona a quien dedica todas sus peleas. Ella, una mujer amorosa que siempre lo impulsó a conquistar sus sueños y a quien le debe el alias de “Alacrán”.
Siete años después de su debut profesional, Miguel cuenta que por fin llegó la noche con la que tanto había soñado, la noche en que podía convertirse en el campeón mundial del organismo más prestigioso, el cinturón que más anhelaba tener en sus manos, el verde y oro. Fue entonces que ese niño quien salió de casa con una maleta cargada de sueños, a la que agregó años de sacrificio, esfuerzo, disciplina y especialmente determinación, se convirtió en el mejor del mundo.
Hoy en día, con seis exitosas defensas del título mundial superpluma CMB, Miguel conserva su humildad y sabe que no solo basta con tener la faja en sus manos, sino seguirse consolidando como el mejor, pues, así como él soñó con el título, está convencido que muchos púgiles tienen la misma meta y él es el único obstáculo.
Para finalizar esta emotiva charla, Miguel aseguró que la mayor ilusión que tiene ahora es poder asistir a una convención mundial del organismo al que orgullosamente representa, el CMB, pues su deseo es poder convivir con las grades leyendas del encordado, sus ídolos que día a día lo impulsan a ser mejor.