Por Yesica Palmetta
Foto: Cortesía
Prensa/CMB/Jabeando/12-08-2020.- Cuando ellas comenzaban a captar atención, a destronar prejuicios, a lanzarse, la Asociación Mundial de Boxeo las empezó a reconocer. Marcela “La Tigresa” Acuña fue la primera boxeadora de Argentina en colgarse la faja negra y oro en la categoría súper gallo cuando un 12 de agosto de 2006 triunfó de modo unánime frente a Anays Gutiérrez Carrillo.
Acuña es dueña de una historia de valentía. Nació y creció en la provincia de Formosa en el seno de una familia humilde y trabajadora. Su madre la mandaba a tomar clases de danzas españolas, desde pequeña, hasta que un buen día Marcela dejó el compás de las palmas y los tacones para pasar a hacer sonar golpes en un gimnasio de Fullcontac y karate junto a su hermano.
Luego de haber sido campeona en dichas disciplinas, su técnico Ramón, que luego se convirtió en su marido, se pasó a probar con el boxeo y la primera pelea de carácter profesional a la que se lanzó fue frente a la emblemática Chrity Martin en tierra norteamericana un 5 de diciembre de 1997 y luego al año siguiente se midió con Lucía Rijker. En ambas presentaciones le tocó perder. Sin embargo, dejó una gran impresión por su actuación.
Recién para el año 2001 se aprobó la práctica del boxeo femenino en Argentina y Marcela Acuña fue la primera en recibir una licencia pata comenzar a combatir en el país. A pesar de los obstáculos que se le presentaron en su carrera como atleta y en lo personal, ella siempre ha mantenido el objetivo claro: “tenía tan focalizado el objetivo de llegar a ser campeona mundial y reconocida que, a pesar de sentirme dolida o abrumada en determinadas situaciones, me secaba las lágrimas, me maquillaba de nuevo y tomaba impulso para salir a pelearle a la vida”.
A los 43 años continua vigente como campeona mundial. Ha sido protagonista de grandes combates siendo el más reciente aquella batalla de revancha en suelo mexicano el año pasado frente a Jackie Nava. “El boxeo es una gran pasión para mi, algo que marcó mi vida. Quizá si no me hubiese costado tanto, no lo disfrutaría como sí logré hacerlo. Muchos me preguntan para qué seguir sufriendo refiriéndose a los entrenamientos, pero para mi es estar viva, lo disfruto muchísimo”. Al expresarnos estas palabras deja en claro que aún hay Tigresa para un tiempo más.
Luego de haberse quedado con el título vacante AMB Supergallo, realizó defensas exitosas frente a Paola Herrera, Maribel Santana, Yazmin Rivas y Danielle Bouchard. En 2008 marca un hito en su carrera al unificar victoriosa los Supergallo de la AMB y del CMB, en recordado combate frente a «La locomotora» Alejandra Oliveras, en el mítico estadio Luna Park. Y posteriormente se corona nuevamente con el Interino Pluma de la AMB, frente a Mayra Gómez. Logros que acompañaron el reconocimiento al esfuerzo por parte de la entidad más longeva del boxeo mundial.