Libro: Deshoras (1982)
Resumen: Lic. Juan Luis Orta
Juez de Boxeo Profesional y Amateur
Profesor del idioma inglés
C.I.B.
Prensa/CIB/Jabeando/21-09-2020.- DESHORAS, es el octavo y último libro de cuentos del escritor argentino Julio Cortázar, publicado en 1982. Consta de 8 cuentos, entre los que se encuentra “SEGUNDO VIAJE”, que relata el resentimiento que mantiene Ciclón Molina, un boxeador poco reconocido, contra el campeón mundial Tonny Giardello, contrincante que le ocasiona la muerte a Mario Pradás, tras propinarle un KO.
De acuerdo al narrador, Ciclón fue compatriota, admirador, amigo y sparring de Mario Pradás, quien fuere su mentor y, quien consiguiera para él su primera pelea en el Luna Park.
Es por ello que, tras la muerte de Pradás, Ciclón decide vengarse en el ring de Tonny Giardello, para lo cual se propone ganar todas las peleas necesarias, con el único fin de lograr enfrentarlo. Esto ciertamente ocurre a un ritmo jamás visto en su carrera, e incluso se muestra extrañado y asustado ante este hecho.
Luego de superar todos los combates previos, que abonaron el camino que pronto llegaría a su fin, consigue enfrentarse a su enemigo en los Estados Unidos, en lo que se suponía era una revancha simbólica, sin embargo, en este combate, Tony Giardello, quien era más veloz y técnico, noquea al Ciclón Molina en el quinto asalto, con un golpe en la nuca que le origina una mala caída, ocasionándole un coma, el cual, 8 horas después no pudo superar y fallece.
La muerte, producto de la golpiza que le da Giardello, recuerda la del mendocino Alejandro Lavorante1, que agonizó casi dos años, después de un nocaut en 1962 en Los Ángeles.
En este relato se aprecia un juego donde todos son o se vuelven el “otro” y “otros”: Inicialmente, Ciclón es un boxeador del montón, no el boxeador que el público ve en la función estelar, sino otro cualquiera…luego se enajena de sí mismo al ser habitado por el otro boxeador que fue Mario Pradás y Molina se vuelve otro de sí mismo. Por su parte, en tanto amigo y biógrafo, el narrador es “el otro” (no tanto como el otro YO) que va con Molina. Tony Giardello encarna al otro que por excelencia no puede ser ninguno de los personajes (argentinos todos, leyenda del fracaso para todos estos buenos “campeones sin corona”): el vencedor, el campeón con corona.
El boxeo, dijo una vez Julio Cortázar, es «un enfrentamiento muy honesto, muy noble». «Son dos destinos que se juegan el uno contra el otro», sin chance de diluir responsabilidades, como podría suceder en deportes colectivos. «En el boxeo eso no es posible. Allí –dijo Cortázar- un hombre vence a otro. Gana porque es mejor o porque hizo mejor las cosas».
Cortázar apreciaba al boxeo ante todo como un «fenómeno estético». Así, admiró a Archie Moore, Sugar Ray Robinson y Muhammad Alí. Y, si bien celebró el boxeo «cerebral» de Carlos Monzón y amó a Justo Suárez, su argentino favorito, fue Nicolino Locche.
Caracas, 21 de septiembre de 2020