Por José Cuevas
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Prensa/Jabeando/03-11-2020.- Hoy continuamos con la entrega de cinturones honoríficos virtuales, post mortem, de parte de la Confederación Internacional de Boxeo (CIB), organismo presidido por el Dr. Oscar Borges Prim. El más recién fue recibido por esa leyenda del boxeo, dos veces campeón mundial, el cubano Kid Chocolate (Eligio Sardiñas Montalbo) En aquella ocasión le comentamos, entre otras cosas, que la CIB ha comenzado un ciclo de homenaje para boxeadores históricos de todo el mundo, campeones mundiales o no, haciendo hincapié, por supuesto, en púgiles latinoamericanos.
A lo que Eligio Sardiñas, con su característico acento cubano, nos indicó que eran importantes estos premios: “No tanto por los galardones como tal, que de por sí se agradece. Sino porque se mantiene la memoria deportiva del atleta honrado. Muchos de los cuales en vida o después de fallecer jamás se le reconoció o tardaron muchos años en hacerlo. Así que la iniciativa de la CIB es muy loable”, nos indicó El Chocolate.
En la entrevista que le hizo quién escribe esta crónica, reportero del periódico digital Jabeando (www.jabeando.com.ve), el campeón cubano nos recordó sus presentaciones en Venezuela y especialmente sus peleas contra el criollo Simón Chávez: “Un campeón (Chávez) Era muy ágil y tenía un jab que era un relámpago. ¡Me ganó bien! …Deberían rendirle también a él un homenaje como el que me hicieron a mí”, nos sugirió el ídolo del barrio El Cerro de La Habana, Cuba.
Y bueno, aquí está presente en la memoria deportiva de la CIB nuestro galardonado de hoy Don Simón Chávez Regalado, para los aficionados al boxeo conocido como El Pollo de La Palmita… ¿De dónde viene ese sobrenombre?
– Primero, le doy las gracias a la CIB por el cinturón honorífico, a los periodistas de Jabeando porque me permiten dirigirme a los aficionados, aunque ya no pertenezco a este plano astral (Simón murió el 27 de enero de 1994 en Caracas, a los 82 años de edad) …Con relación al sobrenombre de El Pollo fue porque comencé muy jovencito en esto de caerme a puño, era un pollito en esto del boxeo. En principio fue en allá en Maiquetía donde nací (12 de octubre de 1912) Luego emprendo la aventura de venirme a Caracas para trabajar y estudiar. Por eso me inscribo en la llamada Escuela de Arte y Oficio de aquí. Tendría como 18 años de edad en aquella época. Y en esas correrías en la capital me hago frecuente visitador de la barbería de Don Andrés Guerra, ubicada en la esquina caraqueña de La Palmita.
Así que incursiono en el boxeo aficionado, con muy pocas peleas. Y los que me conocían comentaban: Simoncito todavía no es un gallo de pelea, sino un pollo que está en el corralón del gimnasio de La Palmita.
Cosa rara, Don Simón, porque, aunque creciste en edad, desarrollo físico y en lo deportivo seguías con el apodo de El Pollo. Tal vez ahora con espuelas amoladas. ¿Cierto?
– Algo de eso sucedió. El nombre quedó y se divulgó más, potenciado por sus colegas como Franklin White, que era muy sagaz a la hora de colocarle remoquetes a los atletas, especialmente a los boxeadores.
¿Tú combate con Kid Chocolate fue el más importante de tu carrera?
– No. Quizás suene alabancioso, pero además de Kid Chocolate enfrenté a otros buenos boxeadores. Con algunos perdí, a otros le gané, incluso en su propio país de origen.
Le hago un resumen a Chávez de algunos nombres de sus contrincantes, en una carrera que abarcó casi dieciocho años, con 50 victorias, 24 derrotas. Dos veces campeón nacional peso pluma (57 kilos, 126 libras) cuando ser monarca nacional era un lujo. El Pollo Chávez impuso su calidad boxeadores como Chocolate, Freddie Miller, Oscar Calles, Enrique Chaffardet, Finito Fidel García, entre otros.
– Antes de ganarle a Kid Chocolate en el Circo Metropolitano de Caracas ya había enfrentado a unos cuantos clavos, como dicen los aficionados del boxeo en Venezuela. Unas tres veces con ese gallito puertorriqueño llamado Sixto Escobar. Otro boricua José (Fogonero) Lago, no fue campeón mundial como Escobar, pero era un fenómeno. Estamos hablando del año 35. De allí me fui de gira por Francia y España. Y de regreso enfrento a Chocolate acá en Venezuela (17 de marzo de 1935.
Chocolate dijo que fue una pelea bien pareja ¿Qué opinas tú?
– Yo creo que gané fácil. Él venía también de estar en Europa y creo que se dedicó más a bailar- eso dijeron los medios de comunicación del momento- más que a entrenar. Yo hice todo lo contario jamás descuidé mi preparación. Bueno de allí el resultado favorable ante Kid (Chocolate) Gané 5 de siete peleas que realicé en Europa. Pero sin duda derrotar a Kid Chocolate fue muy importante en mi carrera. Yo era entonces campeón nacional peso pluma.
Pero tu mejor año fue 1939, estuviste cerca de una chance por el título…Le ganaste a los ex campeones mundiales Freddie Miller, Joe Archivald y Pete Scalzo…También debutaste en el templo del boxeo el Madison Square Garden..¿Por qué no se dio la oportunidad titular?
– Precisamente perdí la revancha con Scalzo allá en Nueva York…Quizás esto influyó. O mis apoderados no supieron canalizar las negociaciones y me quedé como la camisa guayabera (Por fuera) …Pero bueno, me acabo de enterar que Linares (Jorge) también peleó en el Garden y perdió con un tal Vasily Lomachenko. Así que no es pecado perder en el Gagrden. Lo importante es levantarse y seguir en la lucha.
Bueno amigo Simón…ya te están llamando para que recibas el cinturón honorifico de la CIB. Para mí y seguro para los aficionados venezolanos ha sido un placer poder conversar con usted, aunque sea de manera virtual (Irreal)
– Gracias a ustedes y para la juventud va el mensaje que sean estudiosos, que hagan deporte y sean cada vez mejores ciudadanos. Mejores venezolanos. Ahh, vaya mi reconocimiento en el boxeo nacional al que fue mi gran amigo y un rival empedernido Enrique Chaffardet. Con él, con el Indio Bravo de Irapa combatí cinco veces. Dos victorias para cada uno y un empate. Fueron verdaderas guerras con garras. A él también le deberían hacer un homenaje. Se lo merece.
Ahora Simón se dirige al personal de la CIB que está en la zona técnica del ring instalado en el Centro Comercial Los Molinos. Le saluda uno a uno, siempre sonriente, enérgico. Yo diría nervioso estrecha las manos de la Dra. Mayelin Vásquez, los jueces-árbitros Marcial Vargas, Luis Chang, al campanero Silvio Díaz.
Sube al cuadrilátero donde lo esperan el presidente de la CIB, el Dr. Borges Prim. Pero quien le entrega la faja CIB es la tía Mirna Prim…Ahora Simón Chávez levanta el cinturón hacía los aficionados que están en las graderías y le aplauden…Pide el micrófono al presentador oficial de la CIB el profesor Juan Luis Orta: “Gracias a todos. El mensaje es para los nuevos boxeadores, a la juventud…Yo trabajé, después de retirarme con muchos jóvenes en colegios públicos y privados. A ellos les enseñé como entrenar, mantenerse físicamente bien. Hacer deporte tiene sus recompensas. Yo no pude ser campeón mundial por múltiples motivos, pero hay premios, reconocimientos como este que me da la CIB que alegran el espíritu. A veces llegan tarde…pero, aunque sea a través de nuestros descendientes son bien recibidos…Gracias a todos”.
Y para ustedes, amigos aficionados, hasta aquí esta historia virtual y real, pues el atleta existió, y el mérito deportivo lo tiene…Será hasta la próxima entrega de otro cinturón honorifico de la CIB para otra figura del boxeo nacional o internacional, que reúna los méritos deportivos y ciudadanos para hacerse acreedor a tal distinción.