Por don Marcial Vargas
Asesor de la C.I.B.
Prensa/CIB/Jabeando/08-11-2020.- “Quien cae de cara a la lona, no se levanta más”, así reza un viejo adagio del boxeo, el cual rememoramos hoy, con lo que fue la pelea entre Giovanni Nino Benvenuti y Carlos Monzón, de la cual han transcurrido 50 años (7 de noviembre de 2020), cuando este último se convertiría en el Campeón Mundial de los Pesos Medianos, al noquear al italiano NINO, en un combate que tuvo como escenario el Palazzetto dello Sport, situado en la histórica ciudad de Roma, Italia, colmado por 18.000 espectadores en una lluviosa e inolvidable noche.
CEREMONIA DE PESAJE
Mientras el árbitro daba las instrucciones previas en el centro del cuadrilátero, la vida de Carlos –quien fue el primero en subir al mismo– pasó en un segundo ante sus ojos. Recordó sus humildísimas raíces, las mil y una que debió superar para haber llegado a ese momento largamente soñado, que debía ganar para asegurar su futuro y el de su familia y, mientras cerraba con fuerza sus puños, apretaba el protector bucal y le clavaba su fría mirada al campeón.
Considero que el combate como tal, se desarrollo por una sola calle, poco que comentar, con un Carlos Monzón, inclemente golpeando a placer, hasta que le hizo el favor – a Benvenuti y al árbitro en el round 12- de despacharlo con una bestial derecha o «mazazo» que solo la valentía de Nino hizo que se incorporara, empero el tercer hombre en el ring decidió finalizar el calvario.
Lo que sí quedó evidenciado, fue que esa noche estábamos en presencia de un sólido monarca de la división, lo que se evidencia en sus 14 defensas ante boxeadores – por nombrar algunos – de la talla de Émile Griffith, dos veces, Bernie Briscoe, José «Mantequilla» Nápoles y Rodrigo Valdez, dos veces, que se fueron a los 15 asaltos… En fin, una superestrella!.
La revancha que le otorgara a Nino, debió ser por cuestiones de contrato, sin embargo, de nada sirvió pues lo despachó en tres capítulos.
Creo que Benvenuti fue el pagano de todo el tiempo que tuvo que esperar Monzón por esa oportunidad, más algunos aspectos concurrentes como el no tener rivales y problemas personales, hizo que por su mente cruzara la idea de retirarse, hasta que llegó el momento y descargó toda esa fiereza con el italiano. Para mi Monzón antes del combate con Nino, era un campeón mundial sin corona.
Carlos Monzón, tenía en su haber 58 combates desde su última derrota ante Alberto Massi. Durante ese período (6 años), había conseguido los cinturones nacionales y subcontinental de los medianos, con victorias ante Jorge Fernández y varios triunfos ante rivales extranjeros que le habían permitido escalar en el ranking mundial, sin embargo no era considerado por la fanaticada, como parte de sus boxeadores predilectos.
Por su parte, Benvenuti era el monarca en la división de las 160 libras. Había compartido la hegemonía en el último lustro con Emile Griffith, a quien había enfrentado tres veces, despojándole de sus cinturones, considerado una estrella en Europa y gran favorito.
Monzón pagaba 3 a 1 en las apuestas. Los periodistas italianos, sin embargo, empezaron a advertir que el campeón mundial no estaba bien preparado. Que dedicaba demasiado tiempo a filmar películas, a la vida nocturna y demás distracciones. Para el momento tenía una condición física en duda, mientras tanto, en la Argentina la mayoría no creía que fuera posible un triunfo de Monzón.
Benvenuti se hizo un hombre de negocios y se hizo muy amigo de Monzón y Griffith. Monzón fue invitado de honor en el programa de televisión de Benvenuti varias veces.