PorJosé Cuevas
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Prensa/Jabeando/28-11-2020.- El conversatorio de la Confederación Internacional de Boxeo (CIB) de esta semana se la voy a dedicar a mi amigo y colega Rafael “Pantoño” Oronó, conocido también en el ambiente boxístico local como “Maíta”, en alusión a su abuela Lucrecia a quién recordaba en cada uno de sus triunfos: “Le dedico esta victoria a Maíta y a todo Pantoño” (Población del estado Sucre donde nació hace ya 62 años)
El conversatorio cobra vigencia ya que el 28 de noviembre de 1982, en la lejana Corea del Sur noqueó y reconquistó su título mundial del peso súper mosca (53.9 kilos, 115 libras) ante el asiático Chul Hoo Kim.
Kim le había arrebatado ese mismo título, reconocido por el Concejo Mundial de Boxeo (CMB), por nocaut fulminante con izquierdazo al estómago el año anterior (24 de enero de 1981), en combate escenificado en la plaza de Toros de San Cristóbal (Estado Táchira, Venezuela)
Pero antes de comentarles como fue que el nieto de Maíta recuperó su faja y tomó venganza sobre el pegador Kim, en la que considero fue la mejor pelea en su etapa de boxeador. También les contaré algunos detalles que me vinculó con Oronó, primero como boxeador y ahora como periodista, tiempo durante el cual se ha fortalecido nuestra amistad.
Para el año 1975 se dio una remodelación en el gimnasio Juan Rivas del Velódromo Teo Capriles de La Vega y varios boxeadores nos fuimos a entrenar al gimnasio Miguel “Colorao” Palacios de El Paraíso. Allí vi por primera vez al joven Rafael quien estaba bajo las instrucciones del profe Freddy “Cochocho” Rengifo.
Yo venía de enfrentar dos veces a Orlando Velásquez (Equipo de Boxeo 23 de Enero), dividiendo triunfo y derrota. Resulta que una tarde el profe Cochocho nos pone a guantear en una simultánea de sparrings. Allí hago 6 rounds de guanteos. Dos con Oronó, otro con Rubén Gutiérrez, Freddy Rodríguez, Guillermo “Memo” Fernández y Horacio “Frazier” Palacios.
Se preparaban estos pupilos de Cochocho para combatir en el inicio del torneo Inter parroquial de ese año 75. Lo cierto que mi conocido rival Velásquez derrotó a Oronó en ese torneo, quien era para entonces un peso mosca de sobresaliente estatura (1.71 metros) Incluso se veía más alto luciendo una frondosa tomuza, el típico afro de los años 70.
Parecía eminente una confrontación entre Oronó y yo. Pero mientras que yo permanecía como mini mosca (47 kilos, 108 libras), él enfilaba hacía otras divisiones. Total, que jamás nos enfrentamos. Él siguió su exitosa carrera pugilística donde llegó a ser dos veces campeón mundial. Y quién escribe no siguió boxeando, solo estudiando.
Al tiempo, analizando aquel momento, tengo la impresión que de haberse dado aquella pelea, entre ambos novatos, iba ser bastante interesante. De aquel guanteo, recuerdo que Oronó pegaba fuerte con ambas manos, especialmente en la zona media. Yo confiaba entonces en mi habilidad defensiva y buena técnica. No era fácil pegarme. Hubiese sido una buena pelea. Pero jamás se dio.
Ese fue el primer Oronó que conocí, como atleta. Él se repuso del traspiés con Orlando Velásquez y se convirtió en una referencia obligatoria de la selección nacional. Tanto así, que, de once giras internacionales con la selección nacional, Oronó regresó con 10 medallas, de ellas 9 de oro.
Por tal cantidad de medallas áureas conquistadas para el país, el colega periodista Alí Ramos Mirona lo bautizó como “Oro Sí”, en vez de Oronó. Él, junto a Francisco “Morochito” Rodríguez son los mayores aportadores de preseas para Venezuela en eventos internacionales del boxeo aficionado. Pero, qué cosa no, Oronó jamás representó al país en juegos olímpicos, pues dio el salto al profesional el 18 de febrero de 1979, un año antes de la cita olímpica de Moscú, URSS,1980.
Fue el primer campeón de la recién creada división súper mosca reconocido por el CMB. La refriega para definir el campeón se dio contra el coreano Seung Ho Lee en el Nuevo Circo de Caracas (2 de febrero de 1980) Hizo tres defensas exitosas, incluyendo una contra el compatriota Jóvito Rengifo. En la cuarta exposición y estando adelante en las boletas de los jueces tropezó con un bestial gancho de izquierda al abdomen para caer fulminado ante el mencionado Chul Hoo Kim.
Pese a la estruendosa caída, Oronó no pensó en el retiro, más bien estaba convencido de reconquistar su título y mejor si era ante su verdugo. Así lo hizo. De esa hazaña se cumplieron 38 años.
Fue una pelea complicada al principio, pero Oronó fue mejorando en cada asalto y con un excelente manejo de la mano izquierda en jab y en forma de upercut, además de remates con cross de derecha fue minando la resistencia del coreano. Para el sexto asalto montó una ofensiva sin respuestas de Kim, lo que obligó al referí detener la acciones a su favor.
En esta segunda etapa como campeón súper mosca, Rafael Oronó realizó dos defensas exitosas contra el panameño Pedro “Pellín” Romero, el mexicano Raúl Valdez y el boricua Orlando Maldonado.
Cedió su faja mundial en la cuarta defensa ante el tailandés Payao Poontarat por decisión dividida, el 27 de noviembre de 1983, en la capital tailandesa de Bangkok.
Siguió combatiendo y logró otro chance titular ante el entonces campeón de la división Kaosay Galaxy, como se dijo entonces un boxeador de otra galaxia. Este tailandés se había convertido ene el verdugo de los boxeadores criollos pues noqueó a Oronó en 5 rounds. Pero también cayeron ante su poder anestesiante los criollos David Grimán e Israel Contreras.
El día de hoy Rafael “Pantoño” Oronó se desempeña como entrenador de la escuela de boxeo que lleva su nombre, ubicada en las instalaciones del Estadio Brígido Iriarte de El Paraíso. Allí lo he entrevistado varias veces al igual que a muchos de sus alumnos, quienes apuestan a tener una carrera tan exitosa como su actual mentor.
Oronó terminó su carrera profesional con récord de 32 victorias, 16 ganadas por nocaut, 7 derrotas y 2 empates.
Bueno amigos, hasta aquí este diálogo en el cual hemos realizado una semblanza con anécdotas incluidas de Rafael Oronó. Un boxeador que puso en el mapa del boxeo mundial el nombre, de su hasta entonces desconocido, pueblito de Pantoño, estado Sucre.
De nuestra parte, amigos esperamos le haya entretenido este artículo y volveremos a encontrarnos, Dios queriendo, en el próximo Conversatorio CIB donde abordaremos otros temas, históricos o actuales del acontecer del boxeo nacional e internacional. Gracias por su atención. !Cháu!