Por Jesús Cova
Prensa/AMB/Jabeando/17–01-2021.- Hoy se cumplen 79 años del nacimiento de Muhammad Ali, el atleta del siglo XX más conocido universalmente, y quien se mantiene en el recuerdo de millones de personas en el mundo por sus virtudes como boxeador, disciplina en la que fue uno de los más grandes de todos los tiempos en el peso completo y por su actividad política en la que desarrolló una tenaz lucha por la preservación de los derechos civiles de su raza, conductas ambas -la de deportista y la de ciudadano- que le permitieron pasar por encima del común.
Vio la luz el sábado 17 de enero de 1942 en Louisville, Kentucky, con Cassius Marcellus Clay como nombre de cuna, hijo de Cassius Marcellus Clay y de Odessa de Clay, un matrimonio de clase media que tuvo otro hijo, Randolph, llamado Rudy por la familia. Aquel nombre, que rechazó al convertirse a la religión islámica, para él un nombre de esclavo, se trocó en Muhammad Ali “El Más Grande”, tal sería conocido mundialmente desde 1967 y hasta el final de sus días 74 años más tarde.
Viene a cuento reproducir lo escrito en la contratapa del libro Rey del Mundo de David Remnick, Premio Pulitzer por Lenin´s Tomb y Editor entonces (año 2001) de The New Yorker. “… Pero Rey del Mundo es mucho más, es la crónica de una de las épocas de Estados Unidos más vitales y vertiginosas, y hace justicia a la rapidez, gracia, valor, humor y entusiasmo de uno de los más grandes atletas y de las personalidades más irresistibles de nuestro tiempo”.
CAMPEÓN DEL MUNDO
Después de ganar el oro olímpico en semipesado en Roma-60 debutó profesionalmente al año siguiente y luego de 19 triunfos al hilo (16 por KO) recibió el chance campeón. Se convirtió en campeón mundial pesado cuando contaba solo 22 años y un mes y hablaba sin parar. Era llamado “Bocazas”, le veían como un “loquito parlanchín y medio payaso” que osaba pronosticar el round en que ganaría un combate. En la pelea por las fajas AMB y CMB se le tenía por segura nueva víctima para el temible pegador y monarca Charles “Sonny” Liston.
Los vaticinios en contra se fueron al piso porque el entonces Cassius Clay humilló a quien llamó burlonamente “El Oso Feo”. Antes debió superar un problema en los ojos, enceguecido desde el tercer round presumiblemente por una sustancia aplicada a los guantes del campeón. Hubo un momento en el combate en cuarto asalto en que estuvo a un tris de abandonar. Al llegar a la esquina gritó con angustia “¡No veo nada! ¡No veo nada! ¡Córtame los guantes!” Pero Angelo Dundee, en su esquina, no atendió la desesperada petición. Lo levantó de la banqueta en el cuarto, que Clay terminó a duras penas, y cuando vino el quinto lo estimuló: “Ahora sal ahí y no dejes de correr”, le dijo. Clay se limitó a defenderse, casi a ciegas, sin tirar golpes y agarrándose a cada rato. Cuando sonó la campana para el sexto ya no tenía ardor en los ojos, y empezó a machacar a Liston con uppers, directos, ganchos de izquierda, jabs… Hubo un momento en que le conectó hasta ocho golpes seguidos, sin recibir respuesta. Liston regresó maltrecho al rincón y al sentarse le dijo a uno de la esquina, sin aliento “¡Hasta aquí hemos llegado!”, lo que el asistente entendió como que se disponía a acabar con el rival. Le colocó el protector, pero Liston lo escupió y le repitió “¡Dije que hasta aquí hemos llegado!” Y aquel peleador que no había sido noqueado en 36 peleas, con solo una derrota a cuestas, se quedó sentado en la esquina cuando sonó la campana que llamaba para el séptimo asalto. Clay ya era el nuevo soberano del peso máximo. Empezó a saltar en el ring y a gritarle a los periodistas: “¡tráguense sus palabras!”, que él era el Más Grande, el rey del mundo, él que volaba como una mariposa y picaba como una abeja. Fue el 25 de febrero de 1964, en el Centro de Convenciones de Miami Beach, Florida.
El día siguiente, en la rueda de prensa, habitual en tales casos, Clay hizo el oficial anuncio de su conversión al islamismo y su decisión de cambiarse el nombre por el de Muhammad Ali.
En la revancha el 25 de mayo del año siguiente, Liston se desplomó como un fardo en el primer asalto y no se levantó más. El resultado levantó suspicacias, pero el video de la pelea muestra que en efecto Clay aplastó a Liston con una recia derecha a la cabeza, apenas vista por algunos aficionados. Ya con el nombre musulmán de Ali (“Clay es un nombre de esclavo”, pregonaba) expuso el cinturón frente al excampeón Floyd Patterson el 22/11/65, a quien siguieron, entre el 66 y 67, el canadiense George Chuvalo (DU); el inglés Henry Cooper (GD; el también británico Brian London, KOT3 ; el germano Karl Mildenberger, KOT12; Cleveland Williams (KOT3);Ernie Terrel, en 15 tramos y por último el 23 de marzo del 67 subió frente a Zora Folley y lo acabó en el séptimo, también en Houston.
NO A LA GUERRA
En la mañana del 28 de abril de 1967 acudió a la oficina de reclutamiento, en la calle San Jacinto de Houston, con otros 24 potenciales reclutas. Los colocaron en fila ante el teniente S. Steven Dunkley, quien los llamaba a dar el paso al frente de costumbre. “Cassius Marcellus Clay”, dijo y Ali no se movió. Repitió el nombre, con igual resultado. La tercera vez Dunkley dijo “Muhammad Ali y pasó igual.
Poco después lo sentenciaron a 5 años de cárcel (que no cumplió totalmente) y fue multado con diez mil dólares. No pasó mucho tiempo para que se le desconociera como campeón. Regresó al ring tres años más tarde y luego de vencer a Jerry Quarry (KOT3) y al argentino Oscar “Ringo” Bonavena (KOT15) perdió el invicto de 30-0 frente a Joe Frazier en marzo del 71. Tres años más tarde, el 30 de octubre del 74, asombró al mundo con un sorprendente e impresionante KO en 8 rounds sobre el invicto y amplio favorito George Foreman, campeón AMB y CMB, en Kinshasa, Zaire, hoy República Democrática del Congo, ante unos 300 millones de espectadores ante la TV, en un evento montado por Don King con el apoyo económico del dictador Mobotu Sese Seko.
En su carrera Ali sostuvo, entre más del medio centenar de sus peleas, seis en particular, aparte de la de Zaire, tres de ellas contra Joe Frazier y las otras tres con Ken Norton. Fue Frazier, como dijimos, quien le quitó el invicto a los puntos el 8 de marzo de 1971 en el Madison Square Garden, tercera pelea que hacía desde la suspensión. El 28 de enero del 74 Ali tomó desquite en 12 rounds en el mismo Madison. Se midieron por tercera vez el 10 de octubre de 1975 en Manila, batalla registrada como una de las más dramáticas peleas de la división, ganada por Ali cuando “Smokin” Joe no salió para el 14.
Con Norton chocó el 31/3/73 y el ex marine le fracturó la mandíbula para una decisión y la segunda el 10/09/73, dominada a los puntos por “El Más Grande”. Combatieron por tercera ocasión el 29 de septiembre del 76 por los títulos AMB-CMB y Ali venció a los puntos.
Un lustro más tarde de Manila, Ali tocó la retirada, lo que hizo con marca de 56-5-0, 37 nocauts y 5 en contra, luego de perder por KOT10 ante su ex sparring Larry Holmes (única derrota antes del límite) y vs. Trevor Berbick, en octubre del 80 y el 11/12/81, respectivamente. Afectado desde los primeros años de los 80 con el Mal de Parkinson, murió el 3 de junio de 2016 en Scottsdale, Arizona.