Prensa/CMB/Jabeando/27-02-2021.- Dentro del anecdotario me encontré otra fecha muy importante en la vida del Consejo Mundial de Boxeo y de don José. El Estadio Azteca fue el escenario de una hazaña que permanece en la historia como el récord de todos los tiempos de asistencia pagada a una función del boxeo.
Sucedió el 20 de febrero de 1993 en la Ciudad de México y ahí quedó inscrito en todos los registros incluidas las páginas del libro británico de Récords “Guinness”. La gran estrella de aquella tarde-noche fue nuestro campeón Julio César Chávez, quien expuso el título mundial superligero reconocido por nuestro organismo contra el retador estadounidense Greg Haugen al que derrotó por nocaut técnico en el quinto round, cuando se interpuso entre ambos peleadores y paro las acciones el experimentado réferi Joe Cortez.
Hasta ese momento los jueces, el mexicano Gelasio Pérez, el estadounidense Marty Denkin y el sudcoreano Dae-Gun Chung tenían de cualquier manera adelante a Julio César en las puntuaciones.
La pelea brindó emociones, básicamente por la actividad de Chávez, quien siempre lució superior a su rival y era permanentemente ovacionado por un público que abarrotó tribunas, palcos, plateas y fue acondicionada la cancha para meter sillería.
Los boletos para ver a Julio César Chávez se agotaron desde unas semanas antes. Era ver a ese hombre que llenaba en donde se presentara y era su gran momento como campeón.
El promotor de la función fue Don King, el gran amigo de mi papá. Acostumbrado al éxito, su mirada recorrió de un lado a otro el escenario y desde el cuadrilátero observó a la multitud en la función de boxeo: 132 mil 274 espectadores que esperaban ansiosos.
Don king con su tradicional carcajada, no podía simular su satisfacción del aquel momento. Uno de los mejores de su basta carrera como promotor y uno de los grandes de todos los tiempos.
Después de haber presenciado su obra. Tomó asiento en su lugar de primera fila, acompañado por Emilio Diez Barroso, en aquellos días uno de los principales dirigentes de Televisa y don José.
Para Julio César esa noche fue su décima defensa de trece que hizo de su título cuando se encontraba en su primera etapa como campeón de los pesos superligeros.
El mexicano el mejor peleador que se haya visto en esa división, subió al ring sin conocer la derrota, mientras que Haugen venía de dos importantes compromisos nada menos que frente a Héctor “Macho” Camacho, en los que habían dividido triunfos, ambas ocasiones por decisión dividida.
Además el estadunidense llegó con méritos sobrados, pues había sido campeón del mundo entre los ligeros en dos ocasiones y una en superligero, lo que no es común ver dentro del boxeo, pero sin embargo se enfrentó a uno de los más importantes campeones que ha dado la historia del pugilismo.
Esta fecha imborrable, sin duda una de las más importantes en el mundo del boxeo de todos los tiempos, Don King dio forma a un programa que no se había visto antes ni aquí ni en ninguna parte, con un total de cuatro peleas en los que estuvieron en juego campeonatos mundiales.
En uno de ellos, el ghanes Azumah Nelson conservó el título contra el mexicano Gabriel Ruelas. En otro combate Terry Norris de Estados Unidos también retuvo su campeonato superwelter. La otra pelea titular Michael Nunn defendió con éxito el cetro supermedio.
Han pasado 28 años y el Récord Guinness ha quedado ahí para la historia del boxeo mundial, que al menos en el Estadio Azteca no se volverá a presentar porque hubo reducción de asientos en una remoción que hicieron en ese majestuoso escenario.