Prensa/CFC/Jabeando/Deportivas/10-04-2021.- Al futbolista profesional se le entrena y se le prepara para afrontar todo tipo de retos. El Caracas Fútbol Club a lo largo de los últimos años ha demostrado estar preparado para jugar los partidos más difíciles en las condiciones más adversas. Pero para lo único que no se entrena y no se encontraba preparado, era para el momento que faltara su emblema, su hombre inquebrantable, su viejo.
El regreso a los entrenamientos tenía que darse, pero vaya que costaba volver a vestirse con la ropa de práctica, calzarse los tacos y sacar los balones. De reojo alguno volteaba hacia su izquierda o su derecha para buscarlo en algún rincón. Otro alzaba la mirada hacia el techo que se encuentra detrás de uno de los arcos de la cancha del Colegio San Agustín, para evocar cuando se trepaba allí a buscar las pelotas. Era verlo en todas partes pero sin encontrarlo.
Poco antes del calentamiento, Noel Sanvicente, director técnico del equipo, dirigió unas breves palabras al grupo, seguido por Sandro Mazzucato (Psicólogo) y Javier Milán (Preparador físico) El encargado de la oración fue Rosmel Villanueva, en un círculo muy íntimo y emotivo que significó el primero de los innumerables homenajes que recibirá el gran Gaetano Luongo.
Seguidamente la vuelta al trabajo. Los porteros con Maickel Romero y los otros muchachos a los trabajos de gimnasio con las pesas, mientras el cuerpo técnico finiquitaba lo que sería el trabajo táctico en el campo, el cual se tradujo en transiciones y mucha tenencia de pelota.
Tras poco más de dos horas el trabajo se llevó a cabo como estaba previsto. El estiramiento típico en los subgrupos se realizó con conversaciones comedidas, lejos de las típicas bromas que en otrora se escuchan tras la finalización de una práctica. Alfonso Sanz y Reymys Torres fueron los encargados de retirar las ligas y todo el equipamiento que se utiliza en cada sesión, la cual no fue una como cualquier otra, fue la primera sin el viejo.