Por James Blears
Prensa/CMB/Jabeando/22-11-2021.- Hoy 22 de noviembre es el trigésimo quinto aniversario épico de cuando Mike Tyson se convirtió en el hombre más joven en ganar el campeonato mundial de peso completo, cuando a los veinte años, cuatro meses y veintidós días de edad, derrotó a Trevor Berbick en el segundo round de su pelea en Las Vegas, Nevada.
Fue una demostración de un poder extraordinario, que se ha extendido a lo largo de los años, resuena a lo largo de las eras y será recordado para siempre. Un punto de referencia sísmico en la historia de la división de peso completo, que coronó al campeón CMB al prodigio Mike. Fue un momento teñido de tristeza nostálgica, porque el mentor de Mike y Guardian Cus D`Amato no vivió para verlo. Cus murió el 4 de noviembre de 1985 a los setenta y siete años de neumonía en el Hospital Mont Sinai, Manhattan. Cus y su esposa Camille Eward habían adoptado a Mike, que se había quedado huérfano a los dieciséis años.
Con esta extraordinaria victoria Mike superó el récord de Floyd Patterson, otro protegido de Cus y también devoto del estilo peek-a-boo, que ganó el título de peso completo el 30 de noviembre de 1956 con un KO a Archie “Mongoose” Moore, cuando tenía veinte años con diez meses, tres semanas y cinco días.
Trevor Berbick, quien había ganado el título de peso completo del WBC ese mismo año el 22 de marzo al derrotar a Pinklon Thomas por UD, entró en su primera defensa del título con un récord de 31-4-1. Mike llegó con récord de 27-0. Ese año Mike peleó doce veces. Trevor tenía treinta y dos años, era doce años mayor que Mike.
El 19 de julio de ese año, conocí a Trevor por primera y única vez, en el estadio de Wembley, en la noche que el campeón de la AMB, Tim Witherspoon, noqueó a Frank Bruno en la undécima ronda. Fue una noche tensa, nerviosa y volátil, durante la cual una minoría de matones borrachos de la multitud lanzaba monedas. Uno que falló por poco le atina a la cabeza del invitado de honor Muhammad Ali.
Sin embargo, Trevor estaba relajado, afable y expansivo. Le pregunté a quién se enfrentaría en su próxima pelea. Él sonrió ampliamente y respondió casualmente: “Oh, un joven llamado….Michael Tyson. Es solo un niño y no veo ningún problema allí».
Trevor era de Norwich, Port Antonio Jamaica. Coincidentemente, Percell Tyson, quien figuraba como el padre biológico de Mike en el certificado de nacimiento, también era originario de Jamaica. Esa herencia era casi lo único que tenían en común.
Cuando se conocieron en el ring, ambos vestían calzoncillos negros. El campeón tenía la prerrogativa de elegir los colores, pero Mike estaba feliz de aceptar la multa, porque esta fue una de sus principales marcas registradas.
Cuando el réferi Mills Lane les dio las instrucciones finales antes de que sonara la campana, Trevor parecía pensativo, mientras que Mike estaba totalmente concentrado. Trevor medía seis pies y dos pulgadas de alto y pesaba doscientas diecinueve libras. Mike medía cinco pies y diez pulgadas de alto y esa noche pesaba doscientas veintidós libras.
Mike ya era conocido como un golpeador destructivamente temible. La mayoría de los expertos dijeron que Trevor usaría su mayor alcance para mantener a raya al hombre más pequeño. Pero, Trevor comenzó la pelea de pies a cabeza y cara a cara con “Iron Mike”. Fue un error táctico catastrófico.
Un Tyson maravillosamente condicionado y ágil se abalanzó sobre Berbick. La multitud soltó un grito ahogado cuando los golpes cortos y desgarradores se conectaron a la cabeza y al cuerpo. En lugar de retroceder y reagruparse, el campeón trató de tomar represalias, pero estaba siendo golpeado con fuerza.
Hacia el final de la primera ronda, una combinación de cuatro golpes entró limpia, casi tirando a Trevor a la lona. Se tambaleó por el ring y de alguna manera se mantuvo erguido. Entonces sonó la campana. Mientras caminaba de regreso a su esquina, todavía adolorido, visiblemente herido y palpablemente conmocionado, Trevor miró desafiante a Mike, quien permaneció inexpresivo.
En la segunda ronda, Mike se soltó y conectó con grupos de golpes aún más duros y dañinos. Una derecha masiva al cuerpo y luego un gancho de izquierda encontraron su marca y Trevor colapsó sobre la lona, casi en cámara lenta. La fuerza de esos golpes se hizo evidente para él y para todos los que los presenciaron, cuando trató de levantarse. Trevor se levantó y se derrumbó, lanzando a través de las cuerdas.
Avergonzado y dispuesto a ponerse de pie reuniendo toda su determinación, volvió a intentar levantarse, pero sus robustas piernas se habían convertido en bandas elásticas y con ello su equilibrio se había roto, por lo que se tambaleó y retrocedió. Con magnífico coraje, no se rindió y se puso de pie en el tercer intento.
Pero Mills Lane ya había visto suficiente. Fuerte y nervioso, sostuvo a Trevor en sus brazos y afortunadamente lo detuvo a los dos minutos y treinta y cinco segundos. Los fanáticos simultáneamente quedaron boquiabiertos de asombro, de nuevo jadearon de puro asombro y soltaron un suspiro colectivo de alivio. Trevor, todavía inestable, fue ayudado a volver a su rincón. Mike se acercó y le pasó un brazo por encima del hombro con aire deportivo.
Nadie desde entonces ha mejorado esta asombrosa hazaña a esa edad. Se erige como un momento icónico en el el boxeo.
De ahí se fueron por caminos diferentes. Mike avanzó hacia más glorias. Trevor fue asesinado el 28 de octubre de 2006 en Jamaica. Su reclamo a la fama fue que derrotó a Muhammad Ali en 1981. Fue la última pelea de Ali.