Por Simón Piña
Prensa/Jabeando/19–01-2022.- Había mucha tensión aquella noche en un Nuevo Circo abarrotado de aficionados, recién finalizada la pelea por el Título Welter Junior entre el venezolano Carlos “Morocho” Hernández y el Campeón norteamericano Eddie Perkins, el anunciador Pepe Pedroza se disponía a revelar las tarjetas de los jueces. En el boxeo criollo había una especie de trauma porque el 19 de abril de 1958 en la misma localidad de San Agustín del Norte, el zuliano Ramón Arias había salido perdedor ante el argentino Pascual Pérez, en una pelea que para muchos pudo haber ganado; esta vez teníamos dos jueces venezolanos más el réferi norteamericano que era nada menos que el ex triple campeón mundial Henry Armstrong, el cual vio la pelea muy parcializado hacia su paisano ya que votó 150-139 por Perkins. La pelea había sido muy enredada por culpa de Perkins, y resultó un pobre espectáculo, Morocho no pudo hacer efectiva su gran pegada y Perkins lo había enredado durante gran parte de la pelea, había duda en el público no obstante los jueces venezolanos Dimas Hernández Sánchez quien la anotó 146-142, en tanto que Santos Arismendi sentenció con 143-142 a favor del venezolano, calmaron la angustia del público.
Alegría demencial en el Nuevo Circo de Caracas y todo el país. Por primera vez un púgil venezolano se coronaba campeón del mundo; era el tercer intento porque además de aquel del año 58, el propio Ramón Arias había perdido en forma aplastante ante el Gallo de Oro brasileño Eder Jofre, el 19 de agosto de 1961 en el Estadio de Béisbol de la Ciudad Universitaria. Pese a que el Morocho era un boxeador de enormes cualidades; tenía buena estatura, brazos largos, excelente Jab, técnica boxística y pegada mortífera, no pudo cumplir una gran actuación como Campeón Mundial, ya que luego de dos defensas exitosas ante el colombiano Mario Rossito y el jamaiquino Percy Hayles fue vencido en el Palacio de Los Deportes de Roma por el italiano Sandro Lopopolo.
Paradójicamente el mejor Morocho Hernández no se vio en su época de campeón, a comienzo de los 60 consiguió importantes triunfos sobre grandes figuras del boxeo, fue así como noqueó en marzo del 60 al campeón mundial Pluma Davey Moore y gladiadores prominentes como Joe Brown ex campeón mundial Ligero, el italiano Paolo Rossy primer retador al título, al futuro campeón Teo Cruz de República Dominicana y venció a otros más como el cubano Douglas Vaillan y al norteamericano Paúl Armstead. Pero este Morocho comenzó a llevar una vida disipada y a darle la espalda al gimnasio, de modo que cuando vino a ser campeón del mundo ya no brillaba como en esos tiempos. Después tuvo una etapa en la cual se puso en manos de un famoso ex luchador, Heney Awed, quien lo preparó físicamente para sus siguientes peleas.
El 3 de mayo de 1969, disputó el Título Mundial Welter Junior ante el argentino Nicolino Locche, perdiendo por decisión unánime no sin antes darle el susto de su vida cuando lo derribó en el segundo asalto. Debido a sus grandes condiciones físicas, Morocho siguió dando la talla en sus peleas, pero ya no era el mismo. El 2 de octubre del 70 fue derrotado en el Nuevo Circo por el mexicano Gerardo Ferrat, un hombre que no le hubiera durado 5 minutos de pie al Morocho Hernández de sus buenos tiempos, parecía que se había retirado pero el 11 de mayo de 1971, apareció en Londres enfrentado al campeón Ligero Ken Buchanan quien lo noqueó en 8 asaltos. Fue la última pelea del Morocho.
Continuó siendo venerado por la afición boxística; vivía con tranquilidad acompañado de su esposa e hijos. En sus últimos años padeció Demencia Senil o lo que algunos llaman Demencia Boxística. Murió en Caracas el 2 de julio del 2016. En varias encuestas llevadas a cabo por distintos medios de comunicaciones el Morocho Hernández ha sido considerado el mejor peleador venezolano de todos los tiempos y el día del boxeador se celebra en Venezuela desde hace algunos años el 18 de enero en conmemoración de aquella hazaña en el Nuevo Circo de Caracas, cuando destronó a Eddie Perkins.