Por Psicóloga Diana Sosa, miembro del Comité Médico del CMB
Prensa/CMB/Jabeando/07–09-2022.- Una situación muy común por la que pasan los deportistas es la de lesionarse. A pesar de ser algo cotidiano, la reacción de la mayoría es de enojo, tristeza, frustración y desesperación.
Es importante abordar la lesión desde varias vertientes, no solo la médica, sino también la psicológica.
Independientemente del tipo y grado de la lesión, el estarlo significa muchas veces bajar el ritmo de entrenamientos y si ésta es de gravedad, es dejar todo en “stand by” hasta estar rehabilitado al cien por ciento.
Éste periodo de rehabilitación para el deportista, pudiera afectarle psicológicamente, ya que el no entrenar o bajar el ritmo de entrenamientos, pudiera parecer que “no está haciendo nada”, “que es flojo”, “está perdiendo tiempo”, “que se va a tardar muchísimo en recuperar condición”, “que nunca volverá a ser el mismo”, “que ya se arruinó su carrera” y todo ésto va a provocando cierto grado de ansiedad.
¿Qué sucede en la mente del boxeador al estar lesionado? Como sabemos, la psicología del boxeador es de un atleta de alto rendimiento que siempre está en constante movimiento y preparación. Le gustan los retos, su umbral del dolor es muy alto y se le percibe como alguien fuerte e invencible. Sin embargo, cuando se llega a lesionar, sabe inconscientemente que perderá algo de fuerza, bajará el ritmo de entrenamientos y eso le haría pensar que “no va volver a boxear igual”.
Muchas veces los boxeadores minimizan sus lesiones o las esconden, para poder seguir entrenando y no dejar de pelear. Lo anterior es contraproducente porque a pesar de que la lesión sea leve y su molestia soportable, si no se tratan de manera oportuna y adecuadamente, podrían evolucionar y agravarse con el tiempo.
Lo que se tiene que trabajar con el peleador es concientizar que por el tipo de deporte que practica (de combate), las lesiones van a estar latentes y con una alta probabilidad de aparecer. Debe familiarizarse con ellas y con su adecuado manejo. Si bien es válido preocuparse, no se debe caer en un estado de pánico o miedo intenso.
Conocer su cuerpo será una herramienta fundamental para saber identificar cualquier anormalidad o dolor inusual y reportarlo con su equipo de trabajo, para poder darle la atención inmediata, ya que de no hacerlo, la lesión podría tener consecuencias funestas en algún sparring o pelea. También se deben de seguir todas las indicaciones del entrenador al pie de la letra: tener un calentamiento adecuado, realizar los ejercicios con la técnica correcta, no sobre entrenarse, alimentarse e hidratarse bien y no hacer ejercicios sin supervisión.
Si el boxeador se encuentra ya lesionado, se debe fomentar el apego al tratamiento de rehabilitación, sugerirle que lleve a cabo todas las recomendaciones del médico, así como realizar ejercicios de visualización de una recuperación exitosa.
Si el peleador llega a desesperarse, debe estar consciente que de desobedecer las indicaciones médicas, la lesión empeoraría y se tendría que empezar de cero nuevamente y su tiempo de recuperación sería más prolongado.
Finalmente, es imprescindible también abordar las ideas falsas o creencias erróneas que se mencionaron con anterioridad acerca de las consecuencias de las lesiones y sustituirlas por sensibilizar sobre la importancia del descanso ante una situación de lesión. Lo anterior será haciendo énfasis que el descanso, además de ser parte del entrenamiento, también es parte importante en la recuperación y rehabilitación y que de esto depende que se reintegre a sus entrenamientos en el tiempo adecuado y de la mejor forma.