Por Psicóloga Diana Sosa, miembro del Comité Médico del Consejo Mundial de Boxeo
Prensa/CMB/Jabeando/21–09-2022.- Sin duda el sueño de todo boxeador amateur y profesional es convertirse en un campeón mundial. Todos los boxeadores sueñan con portar un cinturón y mantenerse vigentes el mayor tiempo posible.
Para que un boxeador se convierta en campeón de su categoría se han sumado desde tiempo atrás varios factores, como la disciplina, la constancia, muchos entrenamientos, horas acumuladas de sparrings, derrotas, fracasos, esfuerzos, sacrificios, alegrías, tristezas y un cúmulo de situaciones extras.
Llegar a ser campeón mundial es sin duda una tarea difícil, pero mantenerse como campeón lo es aún más, debido a que mientras la carrera deportiva avanza, los rivales van siendo más complicados y por lo tanto el peleador debe mejorar y sofisticar su estilo boxístico.
Así mismo, la vida del peleador cambia drásticamente al convertirse en campeón mundial, por lo que debe de trabajar algunas cosas tanto de manera deportiva como en la personal. ¿Qué cualidades debe tener un campeón mundial? Veamos las 5 principales.
1) Como se mencionó anteriormente, debe ser disciplinado. Y la disciplina exige estar al 100% en todos los aspectos: desde el entrenamiento, la alimentación, el descanso y tener un discernimiento muy marcado entre la vida personal y la deportiva. El peleador que ya es campeón mundial debe partir la diferencia con una disciplina férrea ya que una mínima falla puede costarle muy caro. A esas alturas, hacer caso de todas las indicaciones de su entrenador y su equipo de trabajo, es cosa obligada.
2) Debe encontrarse motivado. La motivación cambia constantemente. Muchos peleadores hablan del “hambre de triunfo” que tienen antes de convertirse en campeones del mundo. Por lo tanto al llegar a la cima, ellos siempre deben replantearse las metas para que la motivación no decaiga. Si antes la motivación era ser campeón, el objetivo ha cambiado y se debe hallar un plan diferente para mantenerla viva.
3) Debe ser realista. Es verdad que el boxeador llega a ser campeón mundial, pero se han dado muchos casos donde el púgil “pierde el piso” y esto puede llevarlo a presentar un exceso de confianza. Con lo anterior, el peleador puede presentar conductas como entrenar menos, no llevar su misma rutina por creer que “no es necesario”, ya que “no hay nadie mejor que él” y ésto puede disminuir su calidad deportiva. Aquí deberá ser respetuoso ante cualquier rival con el que vaya a enfrentarse y ser consciente que todos son diferentes, exitosos y la probabilidad de perder está 50/50.
4) Debe aprender a ser tolerante. Y esto es que mientras más avance en su carrera, tanto los halagos como las críticas van a ir incrementando. Le lloverán buenos comentarios, sin embargo también deberá hacer frente de manera asertiva a todos aquellos que pudieran ser desagradables, insultivos e incluso que quieran dañar o desestabilizarlo de manera personal o deportivamente hablando. Aquí es muy importante que se siga rodeando de un buen equipo de trabajo que lo mantenga enfocado en su trabajo y que ambas cosas (críticas y elogios), no influyan en su rendimiento.
5) No fiarse de cualquier persona. Sobrados son los ejemplos de boxeadores que al llegar a ser campeones del mundo y tener ingresos económicos cuantiosos, se han rodeado de amistades falsas, de personas que los han llevado a cometer ilícitos y los alejan de conductas deportivas, acercándolos de manera peligrosa a descuidar su carrera y a conductas de riesgo como lo son las adicciones.
Es importantísimo que sean responsables de sus actos y que mantengan alerta de este tipo de situaciones, ya que de no hacerlo, podrían incurrir en conductas que tuvieran consecuencias funestas.
Como podemos observar, ser campeón del mundo es una gran responsabilidad. Para un deportista es muy gratificante ser reconocido en todo el mundo por el esfuerzo y los logros que han tenido, sin embargo ya que son campeones, el trabajo y el esfuerzo van por partida doble: por mantenerse vigentes y con todo el peso y la responsabilidad que conlleva ser una figura reconocida a nivel mundial.