*** El guayanés mantuvo su invicto al titularse con la OMB
Por Félix Bizot: [email protected] / @felinomayor
Prensa/Jabeando/08-04/2023.- La victoria del peleador guayanés de 27 años de edad, residenciado en Caracas, pero con sus comederos en New Jersey, donde tiene a su novia, le proporciona el título mosca OMB, al imponerse al portorro-mexicano Ángel “Tito” Acosta, por ese cinturón que se encontraba vacante en esta pelea promocionada por Golden Boy’s Promotions.
La pelea con el portorro, apenas la segunda en USA del venezolano, fue una de las más duras que he tenido oportunidad de ver en este trajinar desde la silla de mirón que me asignan en los predios de Fistiana. El boricua, lució una trusa con dos banderas, la de México y la de Puerto Rico, una en cada costado de su elegante atuendo de presentación para esta pelea en el Fantasy Spring Resort Casino, en Indio, California, pactada a diez rounds; esto hace honor a su entrenador mexicano y a su pareja, quien también es mexicana.
El gladiador puertorriqueño, de 32 años de edad, favorecido con la mayoritaria presencia de numerosos aficionados seguidores de su trayectoria (No se debe olvidar que este hombre fue campeón mundial, y que después de perder su título se encerró en el gimnasio con el frío objetivo de recuperar lo perdido), se presentó en una condición inobjetable y mostró una característica propia sólo de los más duros en un cuadrilátero: pelea hacia adelante como si no supiera dar pasos atrás. Así lo reconoció su pareja, Ariel Muciño, quien dice: “parece mexicano”.
Pelea difícil para ambos, que tuvieron que sacar a ratos de sus más recónditas reservas para capear el temporal que se les abalanzaba inmisericorde y en varias oportunidades amenazó con llevárselos a uno o al otro en diferentes pasajes de la ruda confrontación.
Al principio, este redactor tuvo la impresión de que el árbitro Eddy Corona de California, se dejó llevar demasiado por el favoritismo del boricua, y sinceramente, pareció dar luz verde a las profusas triquiñuelas del isleño quien no respetó nunca la regla de oro del break, que obliga a dar un paso atrás antes de reanudar el combate. En las primeras de cambio sorprendió varias veces al venezolano con este truco, llegando incluso a pegar dos claros golpes secos después de la voz de stop del referee, que motivaron al venezolano quizá teatralmente, a caer sobre el entarimado. Pero ni así el árbitro Corona descontó en las tarjetas, lo que sí hizo después con la celeridad del rayo cuando en un pasaje enredado el venezolano conectó un no intencional rabbit punch, en el cuarto y le quitaron un punto velozmente. El árbitro además usó un lenguaje personal, en la dirección del combate, en lugar de usar sólo el obligatorio lenguaje reglamentario, y repetía “se va”, o “esa mano” o “no, no, no” vocablos que no dicen nada y difieren del orden obligado para controlar la refriega.
Ya en el mismo segundo round el venezolano se vio obligado a hacer ajustes en torno a la cuestionada maniobra ilegal e impune del boricua en los clinchs. En el tercero Córdova recibió un ominoso cabezazo que le abrió una fea herida en el párpado izquierdo, pero la esquina del venezolano hizo un excelente trabajo y esta amenaza fue sorteada sin consecuencias. En el quinto el árbitro hizo revisar con el médico la herida del guayanés sin consecuencias.
Ambos peleadores se mantuvieron lanzando fuertes golpes hasta el final de la contienda y el boricua se reveló como un consistente golpeador en los planos bajos, lo que gracias a una aceptable defensa de Córdova no pasó a mayores. Probablemente los dos deben haber terminado con un pitico en la cabeza al sonar la doble campanada.
Pelea inteligente, bien ganada por el nuevo campeón OMB, quien nunca dejó de mover sus manos y de defender los golpes del boricua. Al final del combate declaró que quiere unificar con el mexicano Julio César Martínez, campeón del CMB.
¡Tenemos nuevo campeón mundial mosca!