*** Una pelea muy pareja donde ambos gladiadores cayeron a la lona
Prensa/Jabeando/23-01-2024.- El doble campeón minimosca del CMB, y de la AMB, Kenshiro “Amazing Boy” Teraji (22-1, 14 nocáuts), logró defender sus cinturones de nuevo, ahora contra su más encumbrado adversario, el ex campeón Carlos Cañizales (26-2-1, 19 KO’s) este 23 de enero en la Arena Edion de Osaka, en Japón.
Fue la decimoquinta pelea titular de Kenshiro Teraji, quien ha madurado hasta convertirse en uno de los más exitosos campeones del CMB y de la AMB en los últimos años.
Por su parte, el venezolano Cañizalez, quien se encontraba en Japón desde hace una semana, no pudo cristalizar por segunda vez (Ya lo había hecho en el pasado) para destronar a un japonés en su propio patio, una hazaña que, casi exclusivamente depende de un triunfo por KO.
En esta importante pelea estaba en juego la posibilidad de convertirse en campeón mundial unificado de peso minimosca.
Debo decir que el múltiple campeón unificado del peso minimosca, el japonés Kenshiro Teraji, quien sería el rival del también poderoso retador Carlos Cañizales, chocó su carro en Kioto mientras se estacionaba, y, salió positivo en la prueba de alcoholemia. Pero en Japón, la cultura local, toma muy en serio, estas cosas. Así que, Teraji tuvo que ponerse muy formal con esto del entrenamiento y su conducta respectiva como campeón, por lo que según trascendió este peleador se vio obligado a realizar una preparación tipo espartana con dedicación exclusiva, así que tendría que estar en su mejor forma posible para este compromiso ante el retador venezolano.
En esta dura pelea, Cañizales abrió lanzando sus más fuertes golpes desde el inicio, pero Teraji hizo uso de su excelente dominio de la distancia y el tiempo, y salvo contaditas ocasiones nunca se dejó capturar seriamente. Cañizales cayó en el 1er round producto de un “refajo” o resbalón.
En la esquina de Tenjiro los técnicos Kenta Kato, su entrenador, y sus asistentes o segundos Hiuchi Yokoi y Shigekiyo Shinohara, por alguna razón, intuían que, salvo un Ko sorpresivo o un desmadre de paliza, su pupilo no tenía sino que finalizar el encuentro para que levantaran su mano.
El comentario general previo al encuentro establecía que la pelea enfrentaría a los dos mejores de la división, y que por tanto, estando ambos contendientes muy bien preparados y siendo los dos, excelentes peleadores, todo presagiaba una pelea muy pareja y estrecha. Así que era muy improbable que se diera alguno de los dos escenarios arriba considerados tal como bien lo calcularon los técnicos japoneses.
SORPRESA AL INICIO DE LA PELEA
Casi al final de la segunda vuelta, y cuando un laborioso Cañizales parecía estar labrando una sólida labor como las que nos tenía acostumbrados en sus últimas peleas, de pronto se encontró con un gancho derecho conectado a su cabeza, (Si se lo pegan en el mentón…) cuando intercambiaba golpes con furor, y fue tan noble el impacto, que el venezolano se fue aparatosamente a la lona y al caer, sujetó al nipón por las piernas, obligándole también a desplomarse. El experimentado árbitro Luis Pabón de Puerto Rico, procedió de una vez a realizar el conteo de protección reglamentario. En este incidente se demostraron dos cosas: primero, que al japonés, en efecto le pesan las manos. Y segundo, que la distancia entre ambos peleadores es tan estrecha que pese a estar tocado, el triple C pudo capear satisfactoriamente el temporal adverso. Entonces, en el siguiente round, para que no quedaran dudas, también el venezolano mostró el porqué de sus 19 KO al conectar una centelleante derecha que obligó al nipón a doblar las rodillas y tuvo un brevísimo contacto con una de ellas en la lona, pero fue suficiente para que el ojo de águila del referee portorro, le aplicara ahora al nipón su respectivo conteo de protección. Por fortuna para el japonés, el tañido de la campana fue casi de inmediato, por lo que aquello no tuvo otras repercusiones.
Al salir para el 4to round los dos peleadores se tranzaron en un angustioso toma y dame con golpes lanzados con toda la intención de acabar con eso de una sola vez. Fue un round de lucimiento de ambos con despliegue de destrezas de variada índole, de esas que se ven solo de vez en cuando y justifican el precio del ticket pagado al entrar al coso del combate.
UNA PELEA CON DOS PROTAGONISTAS EMPEÑADOS
En el quinto, mientras el nipón lo seguía por todo el cuadrilátero, el caraqueño se dedicó a plantear una exhibición de sus conocimientos del arte de la defensa y a lucir su juego de piernas, esperando el mejor momento para conectar sus combinaciones. El sexto fue un calco del anterior y lo que quedó bien claro en estos rounds es que la preparación de ambos fue envidiable. Especialmente la del nipón quien no pidió y no dio nunca respiro, sin cesar de lanzar golpes en todo momento. En el séptimo, octavo y el noveno nuevamente despliegue de habilidades y preparación física. El nipón presentaba un raspón en su ojo derecho y cierta inflamación en ese mismo pómulo, son las huellas del duro trajinar. Nunca ambos dejaron de lanzar golpes con gran reciedumbre y aviesas intenciones. Podríamos decir que fue una pelea limpia y técnica con muy raras intervenciones del árbitro.
Cañizales, definitivamente resultó un digno oponente, y logró enviar a la lona a Teraji en una ocasión, el retador también visitó la lona una vez y al final de 12 rounds de intensa acción, los jueces Jun Bae Lim y Omar Mintun anotaron 114-112 a favor de Teraji, mientras que el tercer juez Jeremy Hayes vio la pelea tablas 113-113. No cabe duda de que fue una pelea bastante pareja.
Lo cierto es que fueron doce asaltos trepidantes, y el cartel del retador queda pendiente ya que hasta podría plantearse una revancha en terreno neutral. Lo que sí queda claro, es que se pierde un título con relativa facilidad, pero ¡Cómo cuesta ganarlo!