Por Orlando Bohórquez Parra
Prensa/Jabeando/25-04-2024.- Luego que Luis Aparicio junior, se posesiono del número 11 en todos los equipos donde jugaba, tanto en los Estados Unidos, como en Venezuela, se convirtió en guardián muy celoso de ese «doble uno», porque literalmente era su cedula de identidad deportiva.
Llegó a ser tan cierto eso, que en cualquier estadio donde le tocará jugar, necesariamente salía al terreno con el mágico 11, en su uniforme. O era así, o no salía del dogaut.
Algo anecdótico ocurrió, de lo que les adelanté, cuando lo nombraron manager del equipo Petroleros de Cabimas, divisa que solo tuvo cuatro años de vida, entre 1991 y 1995. El caso fue, que su equipo fue a jugar contra Cardenales en Barquisimeto. Estando allí se percató que su uniforme se había quedado en Maracaibo, por culpa del encargado de la vestimenta. Entonces Aparicio se negaba a salir al terreno. La solución fue, que a una chaqueta qué tenía él número uno (1), le agregaron otro 1 y así ya era el 11. De esa manera resolvieron ese asunto con Luis Aparicio y su posición de defender su identidad peloteril, de ese misterioso y triunfador 11.
En la gráfica el Ídolo Luis Aparicio Montiel, con el uniforme de Petroleros de Cabimas.
Nota: informaciones suministradas por su hijo Nelson Aparicio Llorente, al profesor José Domingo Romero. Texto de Orlando Bohórquez.