Por Beka Romero
Fotos: Pepe Sulaimán
Prensa/CMB/Jabeando/14-08-2024.- Pensar en Campeones de boxeo es pensar en fama, grandes carteleras, grandes bolsas, un mundo de celebridades y mucho más. Inmediatamente nos vienen nombres como: Saúl “El Canelo” Álvarez, Jaime Munguía, Floyd Mayweather, Mike Tyson, Julio César Chávez entre muchos más, imaginamos a estos boxeadores invencibles, figuras públicas que dominan el ring con fuerza, garra y determinación.
Veíamos y vemos sus peleas, las grandes victorias, los impactantes knockouts, los cinturones, las celebridades que conocen, reconocimientos que reciben por autoridades importantes en el mundo, los aplausos de la gente en auditorios llenos de miles de personas, pero rara vez nos detenemos a considerar lo que sucede detrás de las cámaras, abajo del ring, esa lucha de la que pocas veces se habla.
A lo largo de la historia del boxeo, ha habido muchos casos de boxeadores que han llevado una batalla fuera del ring, problemas de salud física que a largo plazo y debido a los golpes repetidos que reciben en la cabeza pueden ser causa de un retiro, o un descontrol de salud mental como es el caso actual del boxeador Ryan García que a corto plazo puede traer consecuencias irreparables en su carrera profesional, en su ser y en su familia.
Pocas veces nos detenemos a reflexionar lo que se vive detrás del “éxito” de un Campeón, que efímero o no tiene sus ventajas y desventajas, pocas veces nos detenemos a no juzgar y ver no solo a través de una pantalla.
Detrás de cada campeón de boxeo hay mucho más que victorias y cinturones. Un campeón no solo es aquel al que le alzan la mano o aquel que recibe un cinturón, sino aquel que sube a un ring a entregar todo el esfuerzo de entrenamientos, campamentos y sacrificios de años, aferrándose con la misma pasión que lo llevó al primer día de entrenamiento.