*** Con solo 18 años de edad, Ari y Andrey llegan al sur de la Florida con una impresionante trayectoria amateur que incluye haberle dado dos títulos mundiales a México
Por Luis F. Sánchez
Prensa/DLA/Jabeando/19-08-2024.- Muy pocos mellizos aparecen en el mundo del boxeo. Por eso resulta toda una novedad la programación de los jóvenes Ari y Andrey Bonilla en la velada del próximo 23 de agosto en el Seminole Hard Rock Hotel & Casino en Hollywood, Florida.
No solo llaman la atención por el hecho de ser mellizos y boxeadores. Lo principal es que son buenos de verdad y harán su debut como pugilistas profesionales en el cuadrilátero del sur de la Florida.
Bastará decir que, con apenas 18 años de edad, ambos lucen el cinturón de campeones mundiales de la Asociación Internacional de Boxeo, conquistado el 2023.
«Hacía 14 años que el boxeo mexicano amateur no conseguía un título mundial amateur», dijo Ari. «Y nosotros se lo dimos a México por partida doble».
Ari todavía no tiene un rival definido para el próximo 23 de agosto, pero a Andrey ya le asignaron al colombiano Wilner Soto, un veterano con más de 20 peleas en el profesionalismo.
Con el atrevimiento de la juventud, Ari y Andrey no se preocupan de sus próximos rivales sino viven llenos de entusiasmo el momento de su salto al profesionalismo. El miércoles de la próxima semana aterrizan en el sur de la Florida y mientras se preparan en El Paso, Texas, bajo la atenta mirada de su preparador Zamir Lozano, quien antes trabajó con el campeonísimo Saul «Canelo» Álvarez.
Ari pesa 115 libras y es de la categoría Súper Mosca y Andrey pesa 118 y está en la categoría Gallo.
Ambos afirman que tienen todas las características del boxeo mexicano de ir al frente desde que suena la campana, pero también se sienten estilistas.
«Eso se debe a que cuando empezamos a boxear a los cinco años de edad, tuvimos un profesor cubano, Brito Magdaleno», dijo Andrey. «Él nos moldeó y nos enseñó que lo más bonito en el boxeo es pegar y que no te peguen y para lograrlo hay que ser muy bueno».
No es que ellos rehúyen a los golpes. A fin de cuentas, nacieron en un lugar caliente, en el cual se juega la vida a cada paso.
«Somos de Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, y donde cruza todo», dijo Ari. «Hay drogas, balas, muerte y la vida continúa. Nos salvamos porque entramos de muy pequeños al boxeo y forjamos la ilusión de llegar muy lejos».
Una de sus mayores aspiraciones era representar a México en los Juegos Olímpicos de París 2024. Estuvieron muy cerca. Ambos llegaron al clasificatorio en Italia y cada uno ganó tres peleas, pero en la cuarta y última perdieron y esa gran aspiración quedó trunca. Y por eso decidieron buscar la gloria por otro camino y decidieron hacerse boxeadores profesionales de una vez por todas.
«Nuestras expectativas son muy altas en el boxeo profesional», dijo Andrey. «Somos de los mejores peleadores que ha dado México a nivel amateur, y lo digo sin soberbia por lo que hemos hecho hasta ahora y queremos hacer mucho más».
No quisieran que en el camino tuvieran que enfrentarse entre ellos. Se sienten muy ligados, se apoyan mutuamente y el rigor de la profesión se alivia porque están juntos.
«Somos muy unidos», agregó Andrey. «Cuando le toca pelear a Ari me pongo nervioso, estoy pendiente del desarrollo del combate y me tranquiliza el hecho que lo he visto prepararse con tanta dedicación que estoy seguro que sabrá responder con éxito a cualquier problema que se presente en el ring».
Un ejemplo del nivel de preparación que llevan ambos lo puede dar el hecho que se han preparado tres meses para este debut.
«En la historia del boxeo no aparecen muchos mellizos», dijo Ari. «Creo que los más conocidos son los actuales campeones mundiales Jermall y Jermell Charlo, en mediano y superwelter, respectivamente, por el Consejo Mundial de Boxeo. Y nosotros queremos llegar, así como ellos».