Un recuerdo para Ali

Por Jesús Cova

Prensa/AMB/Jabeando/05-02-2025.- En la década de los ´80, concretamente a mediados de 1984, el mundo del deporte y todo el planeta se enteró, con pesadumbre, que uno de sus más grandes iconos y con absoluta seguridad en la afirmación el boxeador con mayor carisma en los anales de la disciplina de los puños, Muhammad Ali, bautizado Cassius Clay al nacer, padecía el temido e incurable Mal de Parkinson, dolencia que a la postre aceleró su deceso el 3 de junio de 2016 en un hospital de Scottsdale, Arizona, debido a una septicemia provocada por causas naturales, según el parte médico.

El 17 del pasado enero el “Bocazas” Ali, el vocinglero Cassius Marcellus Clay jr, luego Ali, el “Mas Grande” como se proclamaba, habría arribado a los 83 años de su nacimiento en Louisville, capital del estado de Kentucky, Estados Unidos. Y nadie, o casi nadie, lo recordó ahora en esa especial fecha de un tránsito vital que estuvo signado al final de sus días por las luchas civiles, y en la juventud y la madurez por la fama, la gloria y la fortuna en un deporte hacia el cual, con su avasallante y magnética personalidad, con su estilo único e inimitable de moverse en el ring, logró atraer de nuevo a las masas a los escenarios, tal sucedió antes con Babe Ruth en el beisbol cuando esta disciplina había perdido el fervor del público por la venta de 8 peloteros de los Medias Blancas de Chicago (Rebautizadas Medias Negras, debido al escándalo)en favor de los Rojos de Cincinnati en la Serie Mundial de 1919.

De retorno con Ali digamos que ahora su aniversario 83° pasó en silencio, por “debajo de la mesa” y “bajo un vasto silencio de leones”. La dinámica de la vida. Hará poco más de 30 años en la televisión, en la radio, en la prensa escrita, no pasaba un día sin que algo se dijera de aquel atleta que había transformado, para bien, todo lo que había en el antiguo deporte de los golpes.

Antes de él nadie había pronosticado el round en el que acabaría con el enemigo y antes de él ningún peso completo se había desplazado en el ring con los brazos a los costados del cuerpo. Tampoco ningún otro peleador de la máxima división se movía con la celeridad con la que él lo hizo. Y tampoco hay hoy quien lo haga con el donaire del carismático Ali. Ni que hable tanto como él, dentro y fuera del ring.

Cuando apareció en la escena boxística los ídolos eran una especie en virtual extinción. Ali vino a ser, para el boxeo, ¿quién lo duda?, la refulgente estrella que hacía falta para rescatar del letargo a una disciplina a la que ya muy pocos prestaban atención. Dividió el boxeo en antes, en y en después de él. Los aficionados, que más fueron los que le amaron que los detractores, disfrutaron hasta el éxtasis del arte en el ring de aquel boxeador sin igual que “flotaba como una mariposa y picaba como una abeja” y que alardeaba a gritos destemplados de ser “el mejor peleador del mundo y el más bello.”

Cuando hizo mutis definitivo del ring en sus alforjas registraba 56 refriegas libradas con un balance de 37 nocauts para porcentaje de 66,07%, 25 peleas de campeonato mundial y solo cinco frustraciones.

SUS GRANDES BATALLAS

De esos 61 encuentros entresacamos para esta nota, por lo particularmente relevantes que resultaron, solamente los 3 que sostuvo con su archienemigo Joe “El Humeante” Frazier, quizás dueño del mejor gancho izquierdo de la historia; el apoteósico e inesperado triunfo sobre George Foreman; los tres ante Ken Norton y los dos contra Sonny Liston.

Fue ante Liston cuando se hizo campeón por primera vez. Se midieron el 25 de febrero de 1964 con Liston dueño de las fajas AMB, The Ring y CMB, en el Salón de Convenciones de Miami. El campeón de 32 años, 25 KO en 35 peleas y 1derrota, subió como gran favorito en las apuestas ante el osado invicto aspirante de 22 años y unos pocos días, con 15 KO y 5 decisiones en 20 pleitos.

Los primeros asaltos fueron parejos, pero en el round cinco Ali, entonces Clay, estuvo a poco de abandonar porque presumiblemente los guantes de Liston tenían una sustancia urticante que afectaron la visión del retador. El astuto entrenador que fue Angelo Dundee lo convenció de seguir y luego de un sexto round de claro dominio del desafiante, Liston no salió de la esquina en el 7mo.

El 25 de mayo del mismo año chocaron de nuevo en Lewiston, Maine, por las coronas CMB y The Ring, ya que la AMB, por razones legales, había despojado a Clay, quien subíó ya como Ali, su nombre musulmán que se traduce como “el amado de los dioses”. Liston se derrumbó en el primero por una derecha que vio solo un reducido grupo de los pocos espectadores, no más de 3 mil, golpe que Ali llamó “de ancla.”

Frente a Frazier luchó por primera vez el 8 de marzo de 1971, en combate de invictos promocionado como La Pelea del Siglo, en el Madison, luego de 3 años y medio inactivo por haberse negado a uniformarse como soldado para ir a la guerra de Vietnam. Frazier retuvo sus fajas por decisión unánime en los 15 rounds, luego de haber derribado con un gancho zurdo al contrincante por los 8 segundos de protección, en el último tramo. Chocaron otra vez el 28-1-74 y Ali tomó cerrado desquite por puntos en 10 capítulos.

La tercera pelea está en los libros como probablemente la mejor y más dramática en la historia entre pesos pesados. Ali se llevó el fallo cuando Frazier no salió para el 14° desplomado por el intenso intercambio de golpes, el 1 de octubre de 1975, en Manila, Filipinas.

Es historia que solo unos segundos antes de que el exhausto Frazier se quedara sentado en la banqueta, un Ali igualmente agotado había dicho a Dundee que iba a abandonar. El viejo zorro se lo impidió, se presume que por haber notado un movimiento raro en la esquina contraria. Cuando Ali pasó camino al camerino al lado de los periodistas sentados junto al ring, dijo a estos que “nunca antes había estado tan cerca de la muerte”. Vale acotar que Frazier antecedió a su gran rival en el viaje sin regreso. Nacido el 12 de enero de 1944 en Beaufort, Carolina del Norte, falleció el 7-11-2016 en Filadelfia, Pensilvania.

A Ken Norton se midió el 31-3-73, el 10-9 del mismo año y el 28-9-76 con un triunfo para el exmarine a los puntos sobre un Ali con la mandíbula facturada en los asaltos intermedios. Ali ganó las otras dos por la vía de las tarjetas.

Contra Foreman cambió golpes solo una vez, el 30 de octubre del 74 en Kinshasa, Zaire, hoy República Democrática del Congo.

Allí, a los 32 años reconquistó por tercera vez el cetro, frente a un enemigo 7 años más joven, invicto hasta entonces en 40, con 37 nocauts, y considerado insuperable por los entendidos, Ali, con marca de 44 pleitos, 10 decisiones 2 derrotas, atacó al texano en el octavo luego de combatir por varios tramos recostado a las cuerdas y Foreman se desplomó por3 impactos, rematados con una derecha explosiva para que el árbitro Zachary Clayton le contara los 10 segundos fatales a los 2:58 del asalto.

UN FANTASMA EN EL OLVIDO

Hoy Ali es apenas un fantasma olvidado, penosamente olvidado. Para recordarlo son estas líneas como modesto homenaje para quien tanto hizo por el boxeo, al que llegó por mera casualidad cuando era un chiquillo de 12 años, después de que un pilluelo le robó su bicicleta, lo que le llevo hasta un pequeño gimnasio de su Louisville natal, ansioso de venganza porque quería darle una lección al ladronzuelo y un viejo policía de nombre Pete Martin le aconsejó que para ello debía antes aprender a pelear. Fue lo que hizo.

Se iría luego al ring para pocos años después, ya un adolescente de 18 años, ganar en abril de 1960 en Roma la medalla de oro olímpica en el peso semicompleto. Debutó profesionalmente el 29 de octubre de ese año con un triunfo a los puntos sobre Tunney Hunsaker. en su pueblo, y no paró la marcha hasta 21 años más tarde, exactamente el 11-12-81 cuando Trevor Berbick, abismalmente inferior al Ali de los 70, lo superó en 10 rounds en Násau, Bahamas.

Antes de eso Larry Holmes, su esparring, lo había noqueado en el 10º round el 2-10-80, ya un Ali de 38 años, primer y único revés antes del límite en 61 apariciones.

Ya para entonces habían quedado bastante atrás sus años de esplendor en los que fue el primero y hasta hoy el único en ganar 4 veces el cinturón lineal de una entidad, el de la pionera Asociación Mundial, lo que hizo en los años 1964-67-74-78, para The Ring, la Comisión de Boxeo de NY y del CMB, por os mismos tiempos,

También estaban muy lejanos los días de 1960 y tantos en los que se negó a formar filas en el ejército de su país para ir a Vietnam, aduciendo objeción de conciencia, lo que le acarreó el despojo por vía legal de sus títulos y una forzada inactividad de tres años y medio para, luego de un revés ante Joe Frazier, recuperar la corona frente a Foreman en la primera pelea de campeonato mundial montada en África, lo que ya contamos.

No terminaríamos nunca (Y por eso lo dejamos hasta aquí) de relatar los cientos de episodios relevantes en la vida de este singular personaje, el más renombrado boxeador que el mundo ha conocido, entre los diez mejores de todos los tiempos en cualquier categoría, además de ser para para muchos el más prominente peso completo en los anales de ese deporte-con excepción quizás de Joe Louis–, aparte de haberse distinguido como un tenaz e infatigable luchador en pro de los derechos civiles de su raza y de su religión, la islámica, y en general en la defensa de la paz y de la dignidad del hombre.