Parte 5/10
Por: Dr. Arnoldo J. Loaiza G. PhD
Maracaibo/Jabeando/09-04-2019.- Esta saga titulada “La historia del boxeo: poder y pugilato”, tiene como propósito analizar el acercamiento que algunos líderes y gobernantes tuvieron hacia ciertos boxeadores famosos con el fin de aprovechar su popularidad, para arrastrar a las masas y mejorar su posicionamiento político. Hasta el momento se han realizado cuatro entregas, entre las que cuentan; la cercanía que tuvo Adolfo Hitler con Max Schmeling en Alemania, Benito Mussolini hacia Primo Carnera en Italia, Juan Domingo Perón con Pascual Pérez en Argentina y La Nación Islámica, Robert Kennedy, Jimmy Carter y Ronald Reagan con Cassius Clay. Muhammad Ali en los Estados Unidos, correspondiéndole el turno esta vez al general Omar Torrijos con Roberto “Mano de Piedra” Durán en Panamá.
EL GENERAL OMAR TORRIJOS Y ROBERTO “MANOS DE PIEDRAS” DURÁN
Entre el general Omar Torrijos y Roberto “Mano de Piedra” Durán también hubo un acercamiento provocado por el nacionalismo panameño.
NACIMIENTO, INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Roberto Durán Samaniego, nació el 16 de junio de 1951, pesando 3 kilos, en las manos de su abuela, la partera improvisada Ceferina García, al no poder llegar a tiempo a su casa la comadrona oficial del barrio. Tampoco su madre tuvo oportunidad para realizar los rutinarios trabajos de parto en el hospital. El advenimiento de este glorioso personaje tuvo lugar en “La Casa de Piedra, denominada así por el tipo de construcción. Coincidencialmente “Mano de Piedra” sería el seudónimo con el que se le reconocería mundialmente en el cuadrilátero. La habitación estaba situada en la Avenida A, número 147, cuarto 96, en un barrio de clase obrera ubicado en los suburbios de la ciudad llamado El Chorrillo, cerca del agua en Ciudad de Panamá, muy próximo al Canal de Panamá. Fue el segundo de nueve hijos que tuvo su madre.
Roberto Durán, nació y creció en momentos de tensión, mientras los estudiantes protestaban la presencia obligada e incómoda del huésped “gringo” en el canal de Panamá. Su madre Clara Esther Samaniego y su padre Margarito Durán Sánchez, soldado con raíces mexicanas y estadounidenses, estaba de paso en esa nación prestando el servicio militar en el ejército norteamericano, donde se desempeñaba como cocinero. Su progenitor lo abandonó cuando contaba con año y medio de nacido, apenas pudo verlo fugazmente 20 años después, para desaparecer nuevamente de escena.
Durante su infancia debido a la precaria situación económica de la familia, Durán derribaba y comía los mangos y cocos de los árboles de otros vecindarios. Para paliar la crisis, su madre lo enviaba a pasar largo tiempo en casa de su abuela en una localidad llamada Guararé. Algunas veces su presencia se tornaba incomoda, pasando de mano en mano y de casa en casa con otros parientes que le albergaban.
Durán, no asistió mucho a la escuela, él mismo racionalizaba que no era bueno acudir a ésta, porque siempre se metía en líos. Algunas veces observaba como los chicos de quinto y sexto grado golpeaban a los niños de primer grado, motivo por el cual los defendía, contragolpeando a los agresores. Cierto día le pegó tan fuerte a un muchacho más grande, lo dejó maltrecho, le citaron a su mamá y lo botaron del centro escolar. Las expulsiones se repitieron en varias oportunidades y en diferentes colegios, siempre bajo el mismo pretexto, hasta que definitivamente abandonó la escuela mientras cursaba tercer grado. De ahí en adelante se convirtió en un niño de la calle.
En el camino sobrevivió con unas pocas monedas; limpiando zapatos, como camarero, pintor y vendiendo periódicos con su hermano Toti, de quien se dice le dio el empujón para que entrara al mundo del boxeo. Deambulando con sus amigos de la infancia conoció a un actor callejero, a quien apodaban “Chaflán”, un señor que hacia payasadas en las aceras y era contratado por los dueños de los negocios para atraer clientes con su sátira pintoresca. En el peloteo de casa en casa de sus parientes, aprendió a callejear para sobrevivir y ayudar a otros hermanos que su madre había tenido con un puertorriqueño y un filipino. La situación económica familiar era tan precaria, que en ocasiones debió comer basura extraída de los contenedores que se encontraban en el adyacente barrio residencial La Zona.
VIDA BOXÍSTICA
Durán ingresa al mundo del pugilato de la mano del profesor Zelaya y Néstor Quiñonez, mejor conocido como “Plomo Espinosa”, quien le enseñó a boxear junto con Sammy Medina. En sus inicios admiraba al gran boxeador panameño Ismael Laguna y deja muy claro que su vocación por el pugilismo fue por “la plata”. Tuvo una fugaz aparición en el boxeo amateur, donde apenas disputó dos combates, todos coincidencialmente contra el mismo rival y compatriota Jorge Maynard, a quien apodaban “El Mello”.
Debutó en el boxeo profesional el 23 de febrero de 1968, con apenas 16 años de edad, ocupando la división de los pesos gallos. De guardia derecha. Combatió contra Carlos Mendoza, casi novato como él, apenas había realizado una pelea como boxeador profesional. La disputa se decidió a favor de Durán, por decisión unánime en cuatro asaltos y sirvió de preámbulo para la velada coestelar sostenida entre los panameños Ernesto “Nato” Marcel y Encarnación “Machito” Guerrero.
El programa boxístico se montó en la Arena de Colón, en la ciudad de Colón, Panamá. Por pelear durante esa noche se ganó 25 dólares. Durante ese contexto, Durán carecía del respaldo de un manager que lo representara, logrando una racha de 21 triunfos consecutivos sin ningún tipo de ayuda profesional especializada. Carlos Eleta, hombre adinerado y dedicado a los negocios, al observar el potencial de Roberto Durán, no dudó en adquirir los derechos para representarlo. El primer entrenador que condujo su carrera boxística fue “Plomo Espinosa”, luego sería dirigido por Luis de Cubas.
Posteriormente, al poco tiempo, en virtud del potencial que Durán demostraba, su manager se orientó hacia la búsqueda de los mejores entrenadores para pulirlo, pues sabía que tenía entre sus manos un diamante en bruto que ameritaba darle forma. El campeón se preparó bajo las órdenes de Ray Arcel y Freddie Brown, entrenadores que formaron aproximadamente 15 y 8 campeones del mundo, entre los que figuraron Larry Holmes y Rocky Marciano. Arcel, orientó a Durán para mejorar su estilo de defensa, mientras que Brown, creo el contexto para que Durán se concentrara en castigar el cuerpo y la parte inferior de sus oponentes. Para los años 90’s por su esquina pasaron entrenadores de la talla de Rigoberto Garibaldi y Bernardo Checa. En el ambiente de su última pelea, “Plomo Espinosa”, regresó a su esquina para dirigirlo.
Durán fue un recio fajador y pegador, su golpe favorito era el recto largo de derecha por encima del hombro de su contrincante. Durante los combates aporreaba insistentemente por los flancos de sus rivales, a quienes acorralaba contra las cuerdas al tiempo que conectaba fuertes combinaciones a la parte media del cuerpo. Prácticamente manejaba a su antojo las tres distancias, pero con mucha naturalidad prefería la corta, amarrando constantemente a su rival. Su punto de extrema fuerza lo ejercía en la media distancia, golpeando adentro. Además de su excelente pegada, Durán destacaba por su defensa. Se desplazaba con soltura en el ring pasando los golpes lanzados por su oponente por medio de movimientos precisos de torso y cabeza.
Durán, presumía de buenos reflejos y rapidez en sus manos en las categorías ligero y welter. Debido a su recia pegada, durante un programa boxístico, el periodista panameño Alfonso Castillo lo calificó con el nombre de “Mano de Piedra”, “porque cuando pegaba destruía”. Rápidamente, ese seudónimo pasó de boca en boca entre los fanáticos, quienes comenzaron a llamarle “Mano de Piedra” Durán o “El Cholo”. Otros pluralizan el seudónimo “Manos de Piedras”, pero al boxeador le da igual cómo le aclamen, afirmando que con las dos pegaba fuerte.
“Mano de Piedra” Durán, permaneció activo en el mundo del cuadrilátero por espacio de 33 años, desde 1968 hasta el año 2001. Él mismo afirma, que en su vida privada es un personaje civilizado, pero en el ring se convertía en un animal. Después de cada combate memorable, parrandeaba, bebía y comía en exceso. Estos eventos y su tendencia a aumentar de peso le perjudicaban al momento de prepararse para otro combate y “era como derramar lágrimas de sangre”, porque en el gimnasio le tocaba bajar de 20 a 30 libras en un mes.
“Mano de Piedra” Durán, fue campeón mundial a los 21 años de edad, tuvo el mérito de destronar a grandes campeones contemporáneos del peso ligero, entre los que se encontraban Esteban de Jesús y Suzuki Guts Ishimatzu. Con sus guantes, fue capaz de encumbrar el boxeo latinoamericano a lo más alto del podio. Durante cinco décadas se enfrentó a los mejores boxeadores de todos los continentes, en épocas diferentes, dejando a su paso peleas memorables para la historia. Se ganó la admiración de comentaristas e historiadores deportivos, entre ellos del estadounidense Rich O’Brian y de Sports Illustrated quienes lo catalogaron como el mejor peso ligero (135 libras) de todos los tiempos.
LOS CAMPEONATOS MUNDIALES OBTENIDOS
Durán obtuvo su primera corona de los ligeros (135 libras) un 26 de junio de 1972, triunfando por nocaut técnico en el round 13 sobre su rival, el escocés Ken Buchanan, quien venía de ganar 43 peleas, con apenas 1 derrota. El combate se escenificó en el Madison Square Garden de New York. Para esa pelea, ambos púgiles ostentaron con orgullo los colores representativos de sus respectivas naciones. Buchanan lució una trusa con los clásicos colores a cuadros de la nación céltica, mientras que Durán presumía la bandera panameña en su pantalón ajustado, casi todo cubierto de azul, cinturón rojo y dos rayas blancas verticales desplegadas por los costados.
El resultado de ese combate resultó polémico, debido a que la esquina de Buchanan alegó que Durán había dado un golpe bajo a su pupilo, dejándolo privado sobre el cuadrilátero. Consideraron que el juez principal del combate se apresuró al tomar la decisión de levantarle la mano al panameño en señal de victoria. Desde el campanazo, en el mismo primer round, Durán fue quien propuso la pelea, salió a la búsqueda de su rival, siempre adelante. No obstante la protesta, en el video se aprecia el dominio y la confianza derrochada por “Mano de Piedra” durante el transcurso de la pelea. A esas alturas del combate, Durán llevaba una cómoda ventaja en las papeletas.
Posteriormente Durán logra defender exitosamente la corona durante 12 ocasiones, agregándose 33 combates más en esa categoría, pero sin exponer su faja. Asombrosamente, de las veces que defendió el título ligero, triunfó en 12 ocasiones por la vía del nocaut, demostrando su dura pegada y haciendo alarde de su seudónimo que definía su personalidad boxística, “Manos de piedra”.
Curiosamente su último combate en esa división, lo realizó contra el boricua Esteban de Jesús, con quien venía de perder por decisión en el Madison Square Garden de New York. Para esta última pelea, el puertorriqueño traía un palmarés de 53 victorias y 3 derrotas, además había sido el primero en derrotarlo y enviado al cuadrilátero en un combate anterior en el que no estaba en juego la corona. Para esta oportunidad estaba en disputa la unificación de los cinturones del peso ligero de la Asociación Mundial de Boxeo AMB y del Consejo Mundial de Boxeo CMB, resultando la pelea favorable para Durán, adjudicándose el triunfo por la vía del nocaut técnico, en el Caesars Palace de Las Vegas. La prensa deportiva, al final del encuentro, titulo el combate como “La venganza”.
El 20 de junio de 1980, en su ascenso meteórico y en medio de su dificultad para mantenerse en el peso ligero, Durán prueba suerte en la división welter, retando por el título del Consejo Mundial de Boxeo CMB, nada más y nada menos que al invicto en 24 peleas, el estadounidense Sugar Ray Leonard, quien poseía una excelente técnica y movilidad en el ring. La pelea fue titulada por la prensa deportiva como “la batalla de Montreal”, la cual se escenificó en el Olimpic Stadium de esa misma ciudad, en Canadá, ante 46.000 aficionados. Las apuestas daban ventaja a Leonard sobre Durán, 9 contra 5 puntos. Para ese combate, Leonard había heredado la popularidad de Muhammad Ali en la afición boxística estadounidense, además se sentía como en su propia casa, ya que hacía poco tiempo se había coronado campeón olímpico en esa misma sede. La pelea se transmitió por circuito cerrado de televisión hasta aproximadamente 310 puntos de los Estados Unidos y Canadá.
El desenlace del combate favoreció al panameño por decisión, logrando lo que sería la obtención de su segunda faja mundial. Como dato curioso, en la antesala del gran evento, Durán aplicó una atrevida guerra psicológica verbal contra su rival. Coincidencialmente se encontraron en varias oportunidades en la calle, Durán le decía que le partiría la cara a golpes y después que le ganara, “le cogería” a su mujer, quien le acompañaba constantemente. Por esa pelea, Durán ganó 1.5 millones de dólares, contra los 7.5 millones que se embolsilló Leonard, siendo para ese entonces, la mayor bolsa disputada en la historia del boxeo profesional internacional.
Es importante acotar, que Durán salió triunfante durante ese encuentro debido a la audacia desmedida y equivocación de Leonard para responder al planteamiento de la pelea adentro. Leonard destacaba por ser un estilista, sin embargo cayó en las provocaciones de Durán, quien lo llevó a su terreno del cuerpo a cuerpo, logrando capitalizar ventaja ante su rival.
Asombrosamente, el 25 de noviembre de ese mismo año, el campeón panameño perdería el cinturón por nocaut técnico contra su retador Sugar Ray Leonard, al abandonar un polémico combate faltando apenas 16 segundos para finalizar el octavo asalto, ante una esperada revancha concedida en el Superdome de New Orleans.
Durán continuó subiendo de peso y el 30 de enero de 1982 se enfrentó al borinqueño Wilfredo Benítez, quien traía una foja de 43 combates ganados, 1 derrota y 1 empate. Ante este rival, intentó ganar la tercera corona incursionando en la división super walter (154 libras) del Consejo Mundial de Boxeo CMB y perdió por decisión en el Caesars Palace de Las Vegas.
Finalmente, en esa división obtuvo el tercer título mundial de la Asociación Mundial de Boxeo AMB, el 16 de junio de 1983, a expensas del afroamericano Davey Moore, quien venía invicto en 12 combates disputados, logrando un sanguinario nocaut a la altura del segundo minuto del octavo round, en el Madison Square Garden de New York.
Con la tendencia en alza de su peso, el 10 de noviembre de 1983, Durán intentó realizar una hazaña al proponerse alcanzar el título unificado del peso medio (160 libras) de la Asociación Mundial de Boxeo AMB, Consejo Mundial de Boxeo CMB y de la Federación Internacional de Boxeo FIB, ante Marvin “Maravilla” Hagler, quien ostentaba un palmarés de 57 triunfos, 2 derrotas y 2 empates. Ese combate lo perdió en 15 asaltos por decisión dividida, sin embargo se consideró una proeza debido a que Durán era un peso ligero natural (135 libras), aparte de que Hagler era considerado el boxeador más dominante durante la década de los años 80’s. Los críticos e historiadores de boxeo, coincidieron en afirmar que esa fue la pelea del año en esa división, y Durán fue el rival más incómodo que tuvo Hagler durante toda su trayectoria boxística.
Con la misma historia de la lucha contra el peso en ascenso, Durán incursiona en la categoría super welter, obtiene una oportunidad para combatir por el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo CMB, contra “La Cobra” Thomas Hearns, quien presumía un palmarés de 77 peleas ganadas y 6 perdidas. De ese combate salió derrotado por nocaut técnico en el segundo asalto, en una pelea pautada a 15 vueltas, en el Caesars Palace de Las Vegas.
“Mano de Piedra”, prosiguió aumentando de peso e incursionó en la división de los medianos (164 libras), el 24 de febrero de 1989, obtuvo la cuarta corona del Consejo Mundial de Boxeo CMB, a expensas del estadounidense Iran Barkley, quien traía un record de 25 triunfos y 4 derrotas, venciéndolo por decisión dividida en el Convention Center de Atlantic City. Ese título nunca lo defendió, ya que prefirió saltar y pelear en la división supermedio (168 libras), perdiendo por puntos en su tercer combate contra Sugar Ray Leonard, pese haberle dejado la cara cortada con aproximadamente 30 puntos de sutura.
El 16 de junio del año 2000, Durán aumentando de peso, disputó y ganó por decisión unánime el título mundial super liviano de la Asociación Nacional de Boxeo NBA, contra el irlandés Pat Lawlor, contando en su esquina con la compañía de su entrenador de confianza y compadre “Plomo Espinosa”. La obtención de ese título generó controversia en el medio pugilístico, debido al escaso reconocimiento de la Asociación Nacional de Boxeo NBA, no obstante ser la más antigua organización de boxeo. Por eso se dice en el ambiente del boxeo, que “Mano de Piedra” no ganó cinco títulos, sino cuatro. Posteriormente fue derrotado en su primera defensa por el boricua Héctor “Macho” Camacho.
OPINIÓN SOBRE LA VIDA
Según Durán, la vida es una “jodienda”. El boxeo se lo dio todo, ganó muchos millones de dólares. Le permitió conocer gente de otras latitudes, tener amistades, darse el placer de viajar, estar con personajes famosos, probar las más exquisitas comidas y bebidas. También le facilitó tener varios autos de lujo y fieras en su casa. Amaba boxear, pero del mismo modo se sentía atraído por otros placeres de la vida. Participó como actor en varias películas, también se filmó une película y rodaron varios cortometrajes sobre su vida. Es amigo personal de su compatriota, figura artística, política, personaje influyente del sigo XX panameño y latinoamericano, Rubén Blades, y de varios actores de Hollywood entre los que figuran Sylvester Stallone, Robert de Niro y el venezolano Edgar Ramírez, actor que lo encarnó en un film titulado “Hands of Stone” (Manos de Piedras).
EL GENERAL OMAR TORRIJOS, ARÍSTIDES ROYO SÁNCHEZ, RICARDO MARTINELLI Y ROBERTO “MANO DE PIEDRA” DURÁN
El general Torrijos, gobernante panameño fue un ferviente admirador de “Mano de Piedra”. Desde niños crecieron juntos en el mismo barrio. Torrijos aspiraba a ser presidente de Panamá, lo comentaba con el Cholo y éste se reía de esa ocurrencia. Por otro lado, el Cholo le expresaba que sería campeón mundial de boxeo y Torrijos decía que no le creía. En plena juventud parrandeaban y se emborrachaban juntos. Cuando iniciaba la semana, a Torrijos lo venían a buscar en un helicóptero para atender la tropa, mientras que Durán se dirigía al gimnasio para continuar sus entrenamientos.
Con la llegada del general Torrijos al poder, designó al coronel Rubén Darío Paredes como alto comisionado de boxeo en Panamá, otorgándole a este deporte la categoría de “asunto de estado”. Esta acción justifica el interés prestado del gobierno para promocionar el boxeo y el alto número de campeonatos mundiales alcanzado por púgiles panameños durante esa época.
Tal vez no exista una declaración más apegada a la intención de este artículo que la sugerida por el escritor Pituka Ortega Heilbron, creador de la obra “Los puños de una nación”, quien afirma que Torrijos supo ver como nadie la fascinación que los puños de Durán ejercían sobre el pueblo y lo utilizó como un vehículo para fomentar la identidad nacional panameña. Según el precitado autor, Durán demostró a los panameños que si se podía y que los estadounidenses eran derrotables. Agregó además que si las naciones tuvieran rostro, Panamá tendría la cara del Cholo.
Entre el General Omar Torrijos y Roberto “Mano de Piedra” Durán, existió una íntima y sincera amistad propiciada por la convulsión política vivida en Panamá allá por la década de los años setenta, espacio físico e histórico donde “los panameños eran ciudadanos de segunda en su propio patio”. Durán apoyó al general Torrijos para la recuperación del Canal de Panamá en mano de los Estados Unidos, hecho que el mandatario logró en el año 2000, luego de un tratado que firmó con el presidente de ese país, Jimmy Carter, evento realizado coincidencialmente en el gimnasio “Mano de Piedra” Durán.
La presencia del campeón y el sitio elegido para la firma, sirvieron de sello para garantizar la gesta heroica de estos ilustres personajes panameños del siglo XX. Para esa época, ya Durán se había hecho un cartel en el mundo del pugilato y sus combates en los Estados Unidos significaban “los puños de una nación”, siendo este el titular de un documental que reflejaba como un estado hacia justicia en manos de su ídolo nacional, campeón de pugilato y Hall de la Fama del Boxeo Internacional.
Cada vez que Durán sostenía un combate contra un rival estadounidense, a través de sus puños, simbolizaba el nacionalismo panameño en búsqueda de su total soberanía. Se puede decir que fue uno de los personajes más influyentes del siglo XX en la nación panameña. Durán luchó fuera del ensogado, fue capaz de propiciar la conquista de un símbolo tan preciado y con un valor estratégico, geopolítico para su país como lo es el Canal de Panamá. Coincidencialmente, de sus 119 ´peleas de por vida, 38 las hizo frente a boxeadores estadounidenses. Muchos de los combates contra éstos, fueron estelares.
Durante la sesión de pesaje en la previa ante la pelea contra el escocés Ken Buchanan, Durán descalificó a su rival y mandó un ferviente saludo al pueblo panameño, pero en especial al general Torrijos y a su amadísima madre.
Para la pelea que el Cholo sostuvo contra “Sugar” Ray Leonard, el 20 de junio de 1980, Torrijos se tuvo que conformar con presenciarla por televisión, con un doctor a su lado, ya que por recomendación médica, no era aconsejable su presencia en el sitio del combate. El galeno alegó que si Durán perdía, el corazón de Torrijos no resistiría ese choque emocional.
Inmediatamente después que Durán le ganó el combate a Leonard, el presidente de Panamá para ese entonces, Arístides Royo Sánchez, aprovechó la ocasión para organizar una infructuosa bienvenida en suelo panameño, le envió un avión privado a Canadá para traerlo de regreso a su tierra natal, sin embargo, Durán rechazó la oferta, pese a la insistencia del coronel encargado de la misión, quien le suplicaba abordar el avión para no ir preso de regresar con las manos vacías a suelo panameño. Finalmente Durán decidió quedarse unos días más con su familia en New York. En esa ciudad, su esposa Fula, aprovechó para ir de compras. Algunas tiendas las cerraron exclusivamente para la familia y en tan solo una de ellas se gastaron hasta 50.000 dólares.
También el ex presidente Ricardo Martinelli se le acercó a Durán para utilizarlo en varias campañas políticas con el propósito de arrastrar a las masas y solapar impugnaciones que se hacían en su contra. No obstante estos intentos, después de las derrotas electorales y la debacle del partido en el poder, Durán siguió siendo el mismo de siempre, nada les debía. Más bien, criticó las promesas incumplidas en materia deportiva por parte de ese gobierno.
ANÉCDOTAS
Durán tiene varias anécdotas conocidas, entra las que figuran que de niño, antes de iniciarse en el mundo del boxeo le apodaban “El Cholo y/o “El Cholito”, motivado a su fenotipo de indio mezclado con blanco. Al momento de su pelea con Ken Buchanan le llamaban “Rocky Durán”, nombre que lucían en sus espaldas todos los miembros de su esquina. También se le conocía con el seudónimo de “El Canalero”, pero fue mundialmente denominado como “Mano de Piedra” Durán, en reconocimiento a su recia pegada.
Su primera pelea como boxeador amateur la perdió. En ese combate se ganó 3 dólares, los cuales fueron distribuidos de la siguiente manera; 1.50 de dólar para su manager, 1 dólar para su madre y medio dólar para él. Como dato curioso, es el único boxeador profesional en haber noqueado a sus rivales en todos y cada uno de los rounds, desde el primero hasta el decimoquinto, exceptuando el 9no round. También el mismo Durán cuenta que de su primera pelea por el título contra Ken Buchanan, no recibió “ni un real” de parte de su manager Carlos Eleta, a quien aprendió a quererlo como un padre y posteriormente como pago de la vida, lo dejó arruinado.
Durante una fiesta en una discoteca, acompañado de su esposa Felicidad Iglesias (Fula), le propusieron pagarle 200 dólares si lograba noquear a un caballo. Él replanteó la apuesta, aclarando que solo lo tumbaría. Mientras esto sucedía, un hombre que se encontraba presente le dijo que lo golpeara detrás de la oreja, resultando efectivo el golpe, derribando al caballo al suelo y ganando la apuesta.
Durán afirma que la pelea “más difícil” la tuvo contra su compatriota y amigo Ernesto “Ñato” Marcel, a quien derrotó por nocaut técnico en el décimo round, un 16 de mayo del año 1970, en el Gimnasio Nuevo Panamá, en Ciudad de Panamá. Esta pelea no solo se complicó sobre el ring, también tuvo sus tropiezos debajo de éste, ya que la comisión de boxeo no quería aprobar el combate debido a que para aquel momento, Durán era un adolescente que apenas contaba con 17 años de edad.
Gracias a la amistad que unía a Durán con el general Torrijos, visitó varias veces la isla de Cuba, teniendo a Fidel Castro como anfitrión. En la primera visita, le dio la espalda al líder cubano para tomarse una foto grupal con su amigo el general Torrijos, situación que molestó al dictador cubano, reclamándole con una postura airada de vaquero, llevándose un habano a la boca, le recriminó que antes de todo, debió haberle dado la mano y no la espalda, que jamás nadie la había hecho tal desaire. Durán, no le paraba bolas a nada y es un tipo de no andar regido bajo un estricto protocolo. Es un personaje libre como el viento.
En otra oportunidad, Castro le preguntó a “Mano de piedra” ¿Cómo veía el resultado de una posible pelea entre Teófilo Stevenson y Muhammad Ali? Para aquella época, ese combate estaba latente en el tapete del mundo pugilístico internacional. La respuesta fue, “lo mata, lo mata”. Castró repreguntó ¿Stevenson a Muhammad Ali? No, le respondió, al revés, Muhammad Ali lo mata. Luego le explicó el motivo: el boxeador estadounidense boxeaba 15 rounds como profesional, mientras que el cubano, apenas 3 asaltos en la categoría amateur.
El primer combate del Cholo contra Sugar Ray Leonard, fue calificado como el mejor en los últimos 40 años. A raíz de ese suceso, a Durán le consideraron como héroe nacional en su natal Panamá. Apenas terminó la pelea, el general Torrijos envió a Montreal un avión privado para traer de regreso al “Cholo” y festejar la obtención del título mundial en Cuba, en compañía de Fidel Castro y del pupilo de éste, Teófilo Stevenson. Mientras abordaban el avión, para trasladarse a Cuba, Durán expresó sentir temor a un misil por parte de los estadounidenses para derribar el avión. Coincidencialmente, al año siguiente, exactamente el 31 de julio de 1981, el DHC-6 de la Fuerza Aérea Panameña, con el general Torrijos a bordo, se estrelló en medio de fuertes sospechas que apuntaban a la CIA. Ronald Reagan había obtenido el mando seis meses antes como presidente de Estados Unidos.
Ese combate, entre Duran y Leonard, fue seguido durante los 15 rounds en televisión por Mike Tyson, quien en su adolescencia, a los 14 años de edad quedó deslumbrado con los puños de “Mano de Piedra”. A partir de ese momento lo adoptó como su ídolo favorito, sirviéndole de inspiración para incursionar en el mundo del boxeo.
El 25 de noviembre del año 1980, en el Superdome de New Orleans, Durán le concedió la revancha a Sugar Ray Leonard por el cinturón del peso welter del Consejo Mundial de Boxeo CMB. Durante ese combate a la altura del round 8 de una pelea pautada a 15 asaltos, Durán decide no continuar peleando, abandona y a partir de ese momento surgen numerosas versiones en torno a ese episodio. Una versión del mismo Durán, es que tenía calambres estomacales, ya que se encontraba deshidratado por haber bajado de peso abruptamente para esa pelea. El cronista deportivo estadounidense Howard Cossell, bautizó ese combate como “NO MÁS”.
Otra versión afirma que Durán había asistido a numerosas parrandas, bebiendo y comiendo alegremente en exceso, sobrepasando su peso y haciendo sacrificio para ajustarse a la balanza. Durante el combate Durán se percibía lento a diferencia de Leonard que demostraba rapidez en sus manos y desplazamientos en el ring. Durante el combate Leonard bajaba la guardia, le exponía la mandíbula para que Durán le pegara, hacia movimientos incesantes, alzando, rotando la muñeca de su puño, esquivando hasta doce golpes consecutivos de Durán y pegando con la otra mano, burlándose de su rival. A la altura del octavo asalto, después de un “clinch”, se colmó la paciencia de Durán, quien expresó, “con este payaso no peleo más”. El réferi de ese combate no hablaba español y solo recuerda de ese episodio, la célebre frase boxística “NO MAS”. Importante destacar que posterior a la pelea, durante varias ruedas de prensa y hasta la actualidad, Durán deja bien claro afirmando que él jamás expresó ese comentario.
Una tercera versión esta vez apegada a rumores del ring, afirma que la pelea fue arreglada y que Durán se vendió. Una cuarta versión dice que la mafia estaba de por medio. Una quinta interpretación destaca que Durán andaba metido en drogas, la sexta versión recalca que se había comido dos bistecs antes de subir al ring, una séptima opinión salida de boca del propio Durán, relata que durante la noche anterior estuvo con una chica, mermando su desempeño, y la última versión apunta que Durán estaba cagado del susto, cosa increíble, porque al canaleño se le puede endilgar cualquier cosa, menos falto de testosterona. Lo cierto es que nadie ha podido sacarle la verdad a Durán durante las entrevistas.
El cronista deportivo panameño Ernesto Cherquis Bialo, hombre versado en el tema “Manos de Piedra”, afirma que «Durán hizo eso para no verse humillado con un nocaut, que lo llevaría a perder el control total del cuerpo y haría que todo el mundo viera al gran ´Manos de Piedra´en la lona. Pero no midió las terribles consecuencias que tendría esa decisión, por la que quedó muy marcado y fue repudiado por la gente del boxeo y sus propios compatriotas».
Algunos fanáticos en Panamá inmediatamente después de transcurrida la pelea, apedrearon la casa de su madre, otros se burlaban del boxeador en el ring durante una velada boxística y en la calle, echándole en cara la vergonzosa derrota. Freddy Brown, uno de sus entrenadores, observó que durante el combate, sin haber recibido castigo, solo unas burlas, “el macho latino” se bajó del ring dándole la espalda a la pelea. Prosigue Brown, “este chico me rompió el corazón. Yo entrené a Marciano, vi a los grandes y Durán fue uno de ellos. No puedo creer lo que hizo. El boxeo se terminó para mí”. A partir de ese momento, Brown, jamás regresó al gimnasio.
El periodista Oswaldo Principi, también relata su versión de este evento, alegando que «aquel fracaso se debió a que el cuerpo de Durán no aguantó la pérdida de tantos kilos para llegar a una revancha para la cual no estaba preparado. La mala manera de perder kilos fue letal, el físico no tuvo respuestas y él no quiso inmolarse en un papelón ante un Leonard que esa noche estaba brillante».
Lo único cierto es que; ni los libros, ni los artículos de revistas y diarios, ni las entrevistas de radio y televisión, ni la película basada en su autobiografía, ni los documentales han sabido responder a las intrigantes preguntas ¿Cómo así Durán decidió abandonar el combate de la sensacional revancha contra Sugar Ray Leonard? ¿Qué pasó esa noche en el Superdome? ¿Por qué tanto hermetismo en Durán, quien se caracteriza por ser un tipo abierto y bonachón? ¿Qué dice su sonrisa expresiva y qué pasa por su mente ante esta repetida pregunta de la prensa deportiva? El mismísimo Sugar Ray Leonard, viajó hasta Panamá, buscó a Durán para que le comentara el motivo de su retiro del combate durante aquella noche de la revancha en New Orleans, obteniendo la misma respuesta de siempre. Posteriormente, lo abrazó y lo dejó en paz.
El 7 de diciembre de 1989, se produjo la tercera pelea de Durán contra Leonard, la cual tuvo como propósito principal pagar las deudas que había heredado de su manager Carlos Eleta, la justicia de los Estados Unidos lo solicitaba, lo quería meter preso por evasión de impuestos. Este combate resultó favorable a Leonard, quien triunfó por decisión dividida en 12 asaltos, en Las Vegas, Nevada.
Por lo que se refiere a la vida sentimental del campeón, Duran dice haber tenido muchas parejas a lo largo de toda su existencia, sin embargo, Fula es el amor de su vida. Con ella procreó 5 hijos; 3 varones y 2 hembras.
OPINIÓN DE SU MANAGER CARLOS ELETA
Por lo que se refiere al accidentado y polémico segundo combate de “Mano de Piedra” contra Leonard, su manager considera que Durán era un hombre capaz de cargar a cuestas con una derrota, pero en esa ocasión abandonó porque fue incapaz de tolerar que le tomaran el pelo y hacer el ridículo en público.
También la afición boxística, tiene su propia versión de esa polémica derrota, esta vez para expiar de su culpa al campeón panameño, considerando que la pelea la pierde su manager Carlos Eleta fuera del ring, en su propio escritorio, quien lo traiciona al haber firmado la revancha mientras Durán estaba parrandeando. Sin embargo, Eleta se defiende aseverando que todos estaban conscientes que en medio de ese escenario el propósito era hacer dinero. Consiguió para Durán la mayor bolsa de la historia. Eleta asevera que llegó un tiempo en que Durán se descontroló, “siempre era sí entre peleas”, pero esta vez su conducta era exagerada y para poder tener dominio sobre él, había que firmar compromisos para hacerlo entrar en razón. La única manera de dominarlo, era “firmarle peleas, ponerle desafíos por delante”. Regresaba al gimnasio obligado, pero regresaba.
UNA ESTATUA PARA UN GRAN CAMPEÓN
“Manos de Piedra”, tiene en Panamá su propia estatua, situada en la vanidosa vía Argentina. A pocos metros está situado un restaurante de su propiedad llamado “La Tasca de Durán”. Por las noches el campeón se la pasa bebiendo ron y cantando salsa con un grupo estable. Hasta ese sitio llegan fanáticos del boxeo de todo el mundo para visitarlo, conversar y tomarse un selfie con el campeón, quien atiende a todos por igual.
RETIRO
Duran se retira el 14 de julio del año 2001, perdiendo su última pelea por decisión ante Héctor “Macho” Camacho. Decidió retirarse, a causa de un accidente automovilístico que casi le cuesta la vida. Una de sus costillas le perforó el pulmón. Dejó un impresionante record de 119´combates realizados, de los cuales 70 los ganó por la vía rápida del nocaut, 33 victorias por decisión. Perdió en 16 ocasiones, con 4 nocauts a cuestas y nunca empató pelea.
Aún la afición boxística cuestiona sus derrotas discutidas ante Héctor “Macho” Camacho, Winnie Pazienza y Robbie Sims, peleas que ganó abiertamente y que de manera inconcebible, el triunfo le fue arrebatado de sus manos. En 1999 fue considerado como uno de los más grandes púgiles del siglo XX, junto a Joe Louis, Muhammad Ali y Rocky Marciano.
El 14 de octubre del año 2006 fue exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Mundial, en Riverside, California. El 10 de junio del año 2007, ingresó al Salón Internacional de la Fama del Boxeo en Canastota, New York. Fue rankeado por la revista Ring Magazine como el quinto boxeador más importante en los últimos ochenta años. Los analistas internacionales especialistas en la materia, lo catalogan como el más grande boxeador latinoamericano de todos los tiempos, teniendo el record después de Jack Johnson y Kid Azteca, como el único boxeador que ha combatido en cinco décadas diferentes, proeza alcanzada también en el año 2008 por el boxeador Saoul Mamby, años 60’s, 70’s, 80’s, 90’s y 00’s.
EL LADO HUMANO DE LA LEYENDA
Durán, no solo representó puños en el ring. Se mencionó anteriormente que fuera del cuadrilátero participó activamente junto con el general Torrijos para recuperar el Canal de Panamá. La leyenda, posee un gran corazón altruista. En una oportunidad estuvo al lado de Esteban de Jesús en su lecho de enfermo terminal, visita que fue catalogada por la prensa internacional como “el cuarto encuentro” entre ambos púgiles, ya que previamente habían peleado en tres ocasiones.
Después de su retiro, Durán ha sido un embajador deportivo, dedicándose a realizar giras de exhibición por todo el mundo. Recientemente asistió a la 96 convención anual de la Asociación Mundial de Boxeo AMB, realizada en Medellín, Colombia. Ahí departió con numerosas leyendas del boxeo profesional, entre los que se encontraban el venezolano Betulio González, tricampeón del mundo en la división mosca.
Gracias a su desempeño en el ring y a sus últimas presentaciones en las que agregó dos títulos mundiales más a su carrera deportiva, Durán logró recuperar el amor incondicional que el pueblo panameño le había profesado. Se retiró a los 50 años de edad cuando algunos lo llamaban viejo y él les respondió con una frase célebre; “viejo es el viento y sigue soplando”.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Luis Guillen
Hola buenas noches, soy el entrenador Luis Guillén, venezolano actualmente vivo en Chile, hay un ex boxeador de nombre Martín Vargas que quiere comunicarse vía telefónica con Betulio, por favor, si me puede facilitar el número de contacto o wasap le sabríamos agradecer, quisiéramos hablar con él y ver que podemos ayudarle, gracias y que dios les bendiga saludos
Estimado Luis Guillén.Saludos extensivos al gran campeón chileno, de grata recordación en Venezuela, Martín Vargas, cumplo con enviarle el número del teléfono de la hija de Betulio González, Lisset González, con ella se pueden comunicar con Betulio. Muchas gracias por su atención.
Atentamente José Camejo Suárez, editor del periódico digital Jabeando
Luis, muy agradecido por tu interés. Ya los campeones están en contacto. Saludos.