Prensa/CMB/Jabeando/12-08-2019.- El mexicano Salvador Sánchez Narváez, nació en Santiago Tianguistenco el 26 de enero de 1959, hijo de Felipe Sánchez y María Luisa Narváez, tuvo tres hermanos y dos hermanas.
A los 13 años descubrió su verdadera pasión y comenzó a entrenar boxeo haciendo sólo nueve peleas como aficionado para posteriormente convertirse en profesional a los 16 años.
Desde el comienzo de su carrera demostró su calidad derrotando a peleadores más experimentados y de mayor edad. Cuando contaba con 18 triunfos, 17 por nocaut, sin conocer la derrota, disputó el título nacional gallo vacante contra Antonio Becerra. Y aunque paran muchos expertos, Salvador dominó el encuentro, una decisión le dio a Becerra el triunfo, manchando su record con el único tropiezo que registró.
El 15 de abril de 1978 realizó su primera pelea en el extranjero, precisamente en Los Ángeles, California, contra el zurdo Juan Escobar, quien resultó un incómodo oponente que lo mandó a la lona en el quinto round pero que finalmente rescató un merecido empate.
En 1979 Sánchez subió a la división pluma y mostró que era su peso ideal, derrotando a rivales de mayor categoría como: Carlos Mimila, Jesse Martínez, Salvador Torres, Fel Clemente, Rosalio Muro, Rafael Gandarilla y Félix Trinidad, padre del entonces futuro campeón mundial Félix “Tito” Trinidad. Estos éxitos le abrieron la puerta, gracias a la visión de Don José Sulaimán, la oportunidad para disputar el título pluma del Consejo Mundial de Boxeo, que poseía Danny “Coloradito” López.
Aunque Salvador tenía todos los pronósticos en contra, realizó un intenso entrenamiento que le permitió llegar a la pelea con gran condición física y mental. El 2 de febrero de 1980 fue la cita de su graduación en Phoenix, Arizona. El campeón, quien realizaba la novena defensa de su corona, llegó con un registro de 42 triunfos y 3 derrotas, entre sus víctimas figuraban Rubén Olivares y Octavio “Famoso” Gómez, a quienes noqueó brutalmente. Esa noche Salvador sorprendió al mundo del boxeo al propinarle a López una paliza, mostrando gran seguridad y condición física que le permitieron mantener un gran ritmo de pelea. En el round 13, Sánchez castigó de tal manera a López que obligó al réferi Waldemar Schmidt a detener la pelea.
“Sal” inició su reinado defendiendo su título contra Rubén Castillo, posteriormente concedió la revancha al “Coloradito” López, noqueándolo en 14 rounds; derrotó también a Patrick Ford y al boricua Juan Laporte.
El puertorriqueño Wilfredo Gómez, campeón supergallo del Consejo Mundial de Boxeo, crecido por una serie de triunfos contra mexicanos, lanzó el reto a Salvador Sánchez asegurando que lo destronaría. Wilfredo en supergallo parecía ser invencible, destruía a sus víctimas por nocaut, pero primero los castigaba mostrando su fortaleza y el poder de sus golpes. Llegó la hora de la verdad el 21 de agosto de 1981, Salvador propinó una golpiza a Wilfredo Gómez, consagrándose como el mejor libra por libra de aquel momento. Después de esa pelea, Wilfredo no volvió a ser el mismo.
Salvador realizó 3 defensas más, contra Pat Cowdell, Rocky García y la leyenda de Ghana, Azumah Nelson.
El 12 de agosto de 1982 falleció en un accidente automovilístico. A su sepelio acudieron más de 50 mil personas y anualmente desde 1983, en cada aniversario en la catedral de Santiago Tianguistenco ofician una misa en su honor.
Desafortunadamente no se pudieron realizar atractivas peleas como las revanchas contra Juan Laporte y Wilfredo Gómez; y la aún más atractiva batalla contra el astro nicaragüense Alexis Argüello.