La historia del boxeo: poder y pugilato

PARTE 10/10

Por: Dr. Arnoldo J. Loaiza G. PhD

Maracaibo/Jabeando/27-08-2019.- Prosiguiendo con la saga titulada “La historia del boxeo: poder y pugilato”, la cual tiene como propósito analizar el acercamiento que algunos líderes y gobernantes tuvieron hacia ciertos boxeadores famosos, con el fin de aprovechar su popularidad, para arrastrar a las masas y mejorar su posicionamiento político. Hasta el momento se han realizado nueve entregas, entre las que cuentan; la cercanía que tuvo Adolfo Hitler con Max Schmeling en Alemania, Benito Mussolini hacia Primo Carnera en Italia, Juan Domingo Perón con Pascual Pérez en Argentina, La Nación Islámica, Robert Kennedy, Jimmy Carter y Ronald Reagan con Cassius Clay. Muhammad Ali en los Estados Unidos, Omar Torrijos con Roberto “Mano de Piedra” Durán en Panamá, Fidel Castro con Teófilo Stevenson en Cuba, Anastasio Somoza, Edén Pastora y Daniel Ortega con Alexis Argüello en Nicaragua, Misael Pastrana Borrero y Andrés Pastrana con Antonio Cervantes Reyes, “Kid Pambelé” en Colombia, Carlos Salinas de Gortari, Francisco Labastida y Enrique Peña Nieto con Julio César Chávez en México, correspondiéndole el turno esta vez a Hugo Chávez Frías con Edwin “El Inca” Valero en Venezuela.

NACIMIENTO, INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Edwin Antonio Valero Vivas, nació en una humilde vivienda familiar el 3 de diciembre de 1981 en Bolero Alto, Estado Mérida, Venezuela, en manos de la partera que lo recibió, la Sra. Lina Flores. Hijo de Eloísa Vivas, dedicada a los quehaceres de su casa y de Domingo Valero, un chofer de camiones, que lo abandonó cuando apenas tenía 7 años de edad. Mientras sus padres estuvieron unidos, ocupó el tercer lugar entre sus 5 hermanos hasta ese entonces; Edward, Yaurima, (Edwin), Yineth y Luis. Creció en el seno de una familia pobre y desestructurada. Posterior a la separación, su madre sostuvo otra relación de pareja, naciendo de esa unión; Zaira, Jordán y Andreina. 8 hijos en total para ella y para Edwin serian 7 hermanos.

Su madre tuvo que echar para adelante con los muchachos a cuesta. Decidió mudarse con su prole para un pueblito llamado La Palmita, siempre en el Estado Mérida, con el propósito de evitar la familia paterna que vivía en el mismo sector y le traía malos recuerdos. A los 11 años Edwin sentía rechazo por la escuela, la cual abandonó, para ayudar a su madre vendiendo frutas en una carretilla y repartiendo ajo en bolsitas, a domicilio.

A esa edad practicaba y destacaba en el taekwondo, pero la responsabilidad de la frutería no le permitía entrenar a fondo. Siempre le pidió al Niño Jesús una bicicleta, pero dada la precaria situación económica familiar, éste nunca pasó por su casa. En una oportunidad se ganó un balón de básquetbol llenando un álbum de barajitas, y como muchacho astuto de la calle, lo cambió por una bicicleta, con la cual vendía helados, mientras que en los tiempos libres paseaba a sus hermanos.

Por necesidad aprendió a reparar su bicicleta con tal de mantenerla rodando. Llegó a nivel; mecánico experto, esto le valió la oportunidad que le encontró su madre de trabajar por las tardes arreglando bicicletas, en un taller del Sr. Dimas García.

Por azares del destino, el Sr. Dimas había sido boxeador y durante la faena de reparación, entre horquillas, cadenas, pedales, catalinas y rines, se la pasaba contando historias de sus entrenamientos y actividad boxística en el ring. Aunque Edwin apenas era un muchacho de 11 años, se deslumbraba con los relatos de su patrón cuenta cuentos, prestaba mucha atención y desarrollo tal curiosidad, que a las pocas historias, surgió la necesidad de que sus ojos vieran personalmente un ring con actividad boxística. Le solicitó a su jefe la dirección de un gimnasio de boxeo para ir a entrenar. La respuesta del Sr. Dimas fue un silencio sepulcral, ya que no quería enviarlo a un lugar donde los hombres reciben golpes hasta llegar a la demencia.

Siendo mucho más grande, practicó el ciclismo y el maratón, donde compitió obteniendo medallas. Tenía mucha energía.

SUS PRIMERAS PELEAS
Sus primeras peleas fueron con su hermano mayor llamado Edward, a quien no le gustaba trabajar, recayendo toda la carga sobre Edwin, quien constantemente le reprochaba su escasa y nula colaboración en el sustento familiar. Por ese motivo eran las disputas. Para sobrevivir, en la calle desarrolló su talento para manejar el miedo y la agresividad, instrumentos para solucionar las peleas callejeras, energía que sublimó en el ring de boxeo.

TROPEZAR CON EL GIMNASIO DE COMBATE
Una tarde, mientras Edwin recorría las calles de El Vigía tocando puertas para vender el ajo, se topó con el gimnasio deportivo Morochito Rodríguez, entró y ahí conoció a Oscar Ortega, su primer entrenador y acompañante de por vida, quien de inmediato lo invitó a subir al ring. Edwin respondió que si quería, pero temía le robaran la bolsa con ajos. El entrenador con su ojo de quien caza talentos ocultos, le replanteó que acudiera al día siguiente a las 2 de la tarde, con un pantalón corto y calzado deportivo.

Ese día, Edwin llegó puntualmente a la cita siendo las 2 pm. Se puso los guantes y su entrenador observó en él cualidades como; la determinación y la disciplina. En ocasiones se fugaba del puesto de frutas para ir al gimnasio. Su madre no estuvo de acuerdo por un tiempo con esa actividad, porque temía que se lo malograran con un golpe, hasta la insistencia de Edwin, quien le dijo que si ella no lo autorizaba, él se fugaría para ir a entrenar. Después de estas palabras, no le quedó más remedio que apoyarlo. Su hijo tenía la intención de llegar lejos en el boxeo para sacar a su familia de abajo y evitar el sacrificio de su madre en el sustento familiar. Por ese motivo, diariamente se entrenaba con dureza.

A los 13 años de edad descubrió que era mucho trajinar ir y venir desde La Palmita hasta El Vigía, por lo que solicitó permiso al profesor Ortega para dormir en el gimnasio. El entrenador sabia de las condiciones de pobreza del aspirante a campeón y accedió a su petición. Por una temporada Edwin durmió en las solitarias, frías y duras banquetas del gimnasio. Durante las noches desérticas tenía como compañía un ring, sacos, guantes, entre otras pocas cosas. Ahí soñaba despierto con ser campeón algún día.

Luego se unió al gimnasio Edward su hermano mayor. Por una temporada, el profesor se los llevó a los dos bajo su techo familiar para que comieran y luego regresaran a dormir en el gimnasio. Edwin entrenaba más de la cuenta, hasta con el vigilante se fajaba cuando le pedía el favor para hacer el papel de sparring.

BOXEO AFICIONADO
Edwin Valero, comenzó a boxear como amateur cuando apenas contaba con 12 años de edad. Bajo ese estatus realizó 92 combates, ganó 86, 45 por nocaut y perdió en 6 ocasiones. Durante tres años seguidos fue campeón nacional.

En el año 1998 fue campeón Centroamericano y del Caribe derrotando al Mexicano Francisco “Pachito” Bojado. También fue campeón suramericano.

Cuando aún militaba en el boxeo amateur, el 5 de febrero del año 2001, Valero tuvo un grave accidente motociclistico, fracturándose el cráneo por no llevar el casco protector. Presentó una lesión cerebral. Posteriormente fue operado y se le removió un coágulo de sangre en el cerebro. Este evento trajo severas consecuencias más tarde, al dar su salto al boxeo rentado y aspirar competir con los mejores en los Estados Unidos.

A continuación aparece un link donde se podrá apreciar una pelea sostenida durante un torneo amateur en la ciudad de Buenos Aires, contra Waldemir Dos Santos, la cual perdió por puntos en 4 asaltos:
http://www.gacetadeportes.com/boxeo/boxeo/2017/12/04/edwin-valero-el-boxeador.html

DEBUT EN EL BOXEO PROFESIONAL
Valero, obtuvo el permiso de un médico venezolano que le autorizó a boxear. Debutó en el mundo del ensogado bajo el patrocinio de su apoderado para ese entonces, Ramón Cotúa, un 9 de julio del año 2002 en el Parque Naciones Unidas, en Caracas, Venezuela, frente a su paisano el también novato, Eduardo Fernández, quien apenas había peleado y perdido en su única oportunidad. Ese combate lo ganó por la vía del nocaut.

Su promotor Cotúa, no tenía muchas aspiraciones con Valero, porque consideraba que el accidente motociclistico lo había limitado. Por su parte, Valero no le tenía confianza, porque aunque era poco estudiado, era muy astuto para negociar y descubrió que su apodado había hecho trampas en su contrato.

Posteriormente se buscó a otro promotor llamado Segundo Lujano, quien compartió la mitad de las acciones por un tiempo con Cotúa, hasta quedarse con la totalidad accionaria del contrato de éste púgil, luego de serias disputas, donde Cotúa alegaba que Valero y Lujano confabularon a sus espaldas para dejarlo fuera del juego, mientras negociaban su contrato con la chicana familia promotora De la Hoya.

Su primer entrenador en el campo profesional fue Manuel Sayago, luego que el profesor Ortega lo recomendara para encargarse de su rutina de entrenamientos a nivel profesional.

Posterior a 8 combates todos en su país natal, se estrenó en los Estados Unidos, en el Activities Center, Maywood, contra el norteamericano Emmanuel Ford, un boxeador nada retador, que más bien sirvió de sparring, pues traía una pobre foja de 27 combates, 5 ganados, 20 perdidos y 2 empates. Ese encuentro lo ganó por nocaut.

ESTILO DE BOXEO
Boxeo salvaje. Guardia zurda; mano derecha a la altura de su cintura, mientras que la izquierda la colocaba a la altura de su pecho. No pensaba en defenderse, pues no lo necesitaba. Peleaba desordenado. Cuando lanzaba su mano izquierda quedaba abiertamente expuesto para recibir golpes. Lanzaba sus manos sin mucha técnica, más bien mantuvo el estilo callejero con el que creció desde muy joven. Sin embargo poseía una contundente pegada. Constantemente usaba una estrategia ilegal en el ring, se trataba de amarrar con su mano derecha la nuca de su oponente con el propósito de retenerlo para golpear con su mano izquierda. Varias veces recibió amonestaciones del réferi por esta conducta. Predilección por lanzar golpes a la cara de su rival, por ese motivo desde su esquina constantemente le gritaban de golpear por los costados. Demasiado guapo a la hora de enfrentar a sus rivales.

Cuando trabajaba como sparring si lucía un boxeo más decantado y se cuidaba. Tenía dos estilos diferentes mientras boxeaba y hacía de sparring.

¿DE DÓNDE SALIERON SUS SEUDÓNIMOS?
Muchos aficionados piensan que se le llamó “El Inca”, por los rasgos de sus ojos achinados indígenas y cabello liso. Pero no es cierto. A él se le comenzó a llamar así, porque cuando dio sus primeros pasos en el boxeo, lo patrocinó una peña hípica llamada “El Inca” y se encaramó en el cuadrilátero con ese nombre inscrito en su pantalón. A partir de ese momento, el público procedió a llamarlo de esa manara.

Por su contundente pegada y sus consecutivos nocauts, también se le conoció como Edwin “Dinamita” Valero.

Pocos aficionados al boxeo supieron que Valero recibía otro calificativo titulado “El Loco”. Para algunos conocidos era “El Loquito”, con un tono dulce, amigable, pero en doble sentido. Para otros era un “Loco” cada vez que consumía alcohol o droga, porque acababa con todo.

TRES TÍTULOS
El primero: Disputó el título de la Fedelatín, Asociación Mundial de Boxeo AMB, en la categoría Super Pluma, en febrero del año 2006, contra el panameño Whiber García, quien traía un palmarés de 20 combates, 17 victorias y 3 derrotas, mientras que Valero traía una seguidilla de 17 nocauts al hilo. La pelea se celebró en el Centro Recreacional Yesterday, en Turmero, Venezuela. El resultado fue a favor del venezolano por nocaut en el primer round, sumando además record Guinness en peleas despachando a su oponente por la vía rápida.

El segundo: Con una marca de 19 combates realizados, “El Inca” obtuvo la oportunidad para optar por la corona mundial Super Pluma de la Asociación Mundial de Boxeo AMB, contra el panameño Vicente “Loco” Mosquera, quien traía un record de 26 peleas, 24 triunfos, 1 derrota y 1 empate. El evento se realizó en el Centro de Convenciones Figali, en Panamá City.

Para ésta pelea había dos percepciones que se contrabalanceaban desde ambas esquinas. Por un lado, Valero, tenía a su favor un palmarés que metía miedo, ya que los 19 combates anteriores los había ganado por nocaut. De todas las 19 peleas realizadas, apenas había combatido 20 rounds, despachando a sus oponentes en tiempo record, 18 en la primera vuelta y la última, hasta el segundo asalto. El otro lado de la balanza se inclinaba hacia el punto de la duda, debido a que la esquina de Mosquera veía conveniente ese récord, ya que si la pelea se prolongaba, el cansancio del retador seria aprovechado para que el título se quedara en Panamá.

Para ese combate, el canaleño lució en su pantaloneta los colores de la bandera panameña, con predominio del azul, mientras que la cintura y los extremos de los muslos mostraban los colores blanco y rojo. Por su lado, el venezolano vistió un pantalón blanco satinado, con rayas azules en la cintura y los laterales. En el lado izquierdo destacaba estampada en su muslo, la imagen del comandante Chávez vestido de uniforme militar y boina roja. Su protector bucal exhibía el tricolor venezolano.

La prensa panameña daba como favorito al “Loco”, quien acumulaba mayor cantidad de peleas y buen estilo de boxeo. Ésta cualidad la ponderaban orgullosamente de su pupilo, sobre el estilo poco refinado de boxeo del venezolano. Los comentaristas deportivos de la televisión local, expresaron que esa noche Panamá daría cátedra de buen boxeo a los venezolanos.

El réferi de la pelea fue el boricua Luis Pabón. Desde el sonar de la campana del primer round, hasta el final del combate, ambos púgiles salieron a ganar. Mosquera, indudablemente lucía un estilo de boxeo más técnico y depurado, mientras que Valero, aunque no demostraba gran técnica, constantemente lanzaba las manos, su estilo característico de combate.

Durante el primer round, Mosquera tocó la lona en dos oportunidades y recibió conteo de protección por parte del juez principal.

Pasado el segundo round, Valero acusó cansancio, A partir de ese momento, transcurrió la pelea respirando frecuentemente por la boca. Durante las acciones del tercer round, Mosquera logró conectar a Valero enviándolo al piso por primera vez en su carrera deportiva, recibiendo conteo de protección por parte del réferi. A partir de ese instante, durante ese asalto, el público panameño comenzó a lanzar todo lo que tenía en su mano hacia el cuadrilátero, teniendo que intervenir la comisión de boxeo, para solicitar por los parlantes, cordura en la arena. Cada vez que “Loco” pagaba un buen golpe, el público panameño deliraba de la emoción y parecía que el coliseo se iba a caer. En ese round, “El Inca”, con su mano derecha, le ocasionó una cortadura profunda en el pómulo izquierdo a Mosquera.

Durante el cuarto round, Mosquera le produjo una cortadura leve a la altura de la ceja izquierda al venezolano. Más adelante, en dos ocasiones, el juez le llamó la atención al canaleño por conducta antideportiva al conectar golpes bajos, llegando al extremo de parar la pelea para que el llanero tomara aire y se recuperara. Las acciones continuaron en los rounds sucesivos, con ambos púgiles fajados por lograr el triunfo. Uno y otro lucían cansados.

Entre round y round, Mosquera de vez en cuando metía sus manos, sin embargo Valero marcaba el ritmo de la pelea, en varias oportunidades lo puso tambaleante y le llevaba ventaja en las papeletas hasta la vuelta 10, donde el venezolano aceleró el castigo, provocando que la esquina de Mosquera subiera al ring para tirar la toalla, declarando ganador por nocaut técnico a “El Inca” Valero. Este evento catapultó al criollo a aumentar su record de invicto en 20 peleas de por vida, todas ganadas por nocaut.

A continuación se ofrecen varios links donde se muestra una cronología con todos los detalles del combate por partes:




El tercero: Posterior a 4 defensas exitosas del cinturón, Valero decidió abandonarlo al no poder continuar haciendo el peso reglamentario exigido, e incursionó en otra categoría. El 4 de abril del año 2009, “El Inca”, con 27 años de edad disputó el título vacante del peso Ligero del Consejo Mundial de Boxeo CMB, contra el colombiano Antonio Pitalúa, en un programa patrocinado por Oscar De la Hoya “El Golden Boy”. El paisa de 39 años, 12 años mayor que su oponente. Boxeador de guardia derecha, aventajaba a Valero en todo; tenía una experiencia de 50 combates realizados, 47 triunfos y apenas 3 derrotas. Mayor altura, 5’,7” vs 5’,6”, más peso; 135 libras vs 143 y medio, superior alcance de brazos 70” vs 69”. El evento se realizó en el Frank Erwin Center, en Austin, Estados Unidos.

Para ese evento, el primero en subir al ring fue Pitalúa, al son del ritmo musical currambero colombiano. El neogranadino lució para esa noche una bata blanca satinada brillante con bordes en azul. En su espalda decía en grande “Pitalúa” y en el centro de la espalda “Colombia”, usando los colores nacionales de su país. Por su parte, “El Inca” Valero, subió al ring vistiendo una bata que representaba la bandera venezolana, en su espalda decía en la parte amarilla “Valero” y en el borde inferior rojo, decía “Venezuela”. Su pantalón tenía el diseño tricolor venezolano y por primera vez en su carrera mostraba con orgullo en el centro de su pecho el tatuaje de la bandera nacional y la figura del comandante Chávez con el escrito; “Venezuela de verdad”. El réferi principal de esa noche fue el norteamericano Laurence Cole. Para ponerle piquete a la pelea y despertar el ánimo de la fanaticada asistente, el anunciador Lupe Contreras, dijo ante los parlantes mientras describía los pormenores de la pelea, “ésta noche veremos quién es más macho”.

Luego de sonar la campana, durante el primer round, ambos púgiles intercambiaron algunos golpes, sin embargo parecía que la estrategia de ambos consistía en observar lo que el otro traía como arsenal boxístico. Ese round transcurrió muy parejo entre lances de jabs que permitían mantener la distancia. Para el descanso de ese asalto, el colombiano llegó muy confiado a su esquina y lo expresó mostrando su puño derecho, diciendo “tranquilito”.

Sentado en el banco, les repitió de nuevo “tranquilo”, parecía tenerlo todo controlado. La esquina del colombiano le indicó que la izquierda de Valero la tiraba muy de frente y no llegaba, que cuando la lanzara, lo cruzara con su gancho de derecha. Por su parte la esquina de Valero, encabezada por su entrenador, Roberto Alcázar y Rafael García, el asistente, le indicaron que no se fajara, que mantuviera la distancia y no intercambiara golpes para llevar la pelea despacio. “El Inca” Valero, lucía atento a las indicaciones, mientras tomaba respiraciones profundas para oxigenarse y aprobaba el estilo de pelea programado, asentando la cabeza con un sí gestual.

Para el segundo round, apenas transcurrían 6 segundos, cuando “El Inca” conectó al colombiano con una mano de izquierda a la cara que lo preparó y seguidamente lo cruzó con un gancho de derecha a la mandíbula, que le hizo doblar las rodillas, enviándolo a la lona. Seguidamente el referí llevó a Valero a una esquina neutral iniciando el conteo reglamentario de protección. Pitalúa se levantó con la mirada perdida y fue a buscar las cuerdas trastabillando, con unas piernas que no le respondían. Seguidamente se renovaron las acciones con un Valero al ataque. Llevó al neogranadino contra las cuerdas lanzándole una seguidilla de aproximadamente 16 combinaciones de ganchos con ambas manos, las cuales casi todas impactaron en su oponente, arrojándolo de nuevo al cuadrilátero. Pitalúa yacía en cuatro patas sobre el ring, en apenas 28 segundos del segundo round. De nuevo el árbitro hizo su trabajo de mandar a la esquina a Valero, para recontar nuevamente hasta 8, a un paisa que lucía ido. Seguidamente se retomó la acción con Valero al ataque lanzando golpes de metralla, mientras que el colombiano se dedicaba a defenderse levantando el codo de su mano izquierda, refugiándose contra las cuerdas. El venezolano siguió castigándolo, llevándolo hasta su propia esquina propinándole un centelleante y severo castigo apenas transcurridos 58 segundos del segundo asalto, el referí intervino entre ambos púgiles para parar la pelea, ya que el colombiano no estaba en condiciones de continuar de pie. “El Inca”, ganaría esa corona por nocaut técnico y posteriormente la defendería invicto en dos ocasiones más en La Guaira y Monterrey.
Para más detalles del combate se sugiere ver el siguiente link:

ÚLTIMO COMBATE DE SU CARRERA PROFESIONAL
La última pelea de su corta, increíble y meteórica trayectoria la realizó frente al azteca Antonio DeMarco, quien traía una foja de 25 combates realizados; 23 ganados (con 17 nocauts), 1 derrota y empate. Durante ese careo estuvo en juego el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo CMB, en la categoría de los pesos Ligeros. Para el momento de esa disputa, Valero lucia la categoría de invicto, 26 combates, todos ganados por nocaut, contaba con 28 años de edad vs 24 de DeMarco. El mexicano lo superaba en altura; 5’ 10’’ vs 5’ 6’’ del venezolano. Ambos pesaron 135 libras. En alcance lo aventajaba el azteca con 71’’ vs 69’’ del llanero. La lucha se realizó en la Arena Monterrey, en Monterrey, México. El réferi de ese combate fue el norteamericano Laurence Cole.

Lo más notorio de esa pelea, fue que el mexicano trató de desprestigiar al criollo diciéndole que boxeaba tan mal, que no le ganaba ni siquiera a ninguno de sus sparrings. Durante el pleito, el manito, pasada la mitad del segundo round le propino al venezolano un codazo que le abrió una severa herida a la altura de la parte derecha de la frente que ameritaba unos 6 puntos de sutura aproximadamente. Mientras que Valero le reclamaba al árbitro con su rostro bañado en sangre, la conducta anti deportiva de su rival, éste quiso aprovechar para tomar ventaja y no cesó de lanzar sus manos, hasta que el referí muy sensatamente detuvo las acciones para prestarle los primeros auxilios y solicitar la reglamentaria revisión del médico de la Comisión de Boxeo. Una vez examinado, el árbitro amonestó al azteca delante de la terna arbitral que se encontraba debajo del ring, dejando bien claro que había sido un golpe ilegal, solicitando su consideración al momento de llenar sus respectivas papeletas.

La pelea desde un primer momento se fue por un solo camino, en un incesante intercambio de golpes donde Valero siempre llevó la mejor parte y estaba adelantado en los puntos. Para el round 10 el mexicano decidió no salir, extenuado por la paliza recibida, abandonó el combate, siendo declarado ganador por nocaut técnico “El Inca” Valero.

Posterior a la pelea, DeMarco se acercó y se disculpó con Valero por aquellas palabras descalificadoras proferidas en la previa del combate. Disculpas sinceras que el campeón aceptó.

Para ver más detalles del combate:

HUGO CHÁVEZ Y EDWIN “EL INCA” VALERO
Hugo Chávez, también posó y sacó provecho de la imagen campeonil de “El Inca” Valero. En un programa de TV le entregó la Orden Libertador en su Tercera Clase, por ser un joven luchador y triunfador. Astutamente lo manipuló y a través de su figura hizo conexión de su discurso en mucha gente que tenía el perfil de éste púgil, encontrando de alguna manera su identidad al decir que eran chavistas.

Por medio de su desempeño en el cuadrilátero, durante cada pelea, éste boxeador criollo tuvo el mérito de amalgamar a una población venezolana políticamente dividida. Este púgil estuvo muy cerca del mandatario Hugo Chávez, demostrándole lealtad absoluta a la revolución Bolivariana. Valero tenía su teléfono directo y solía detener los entrenamientos para sostener llamadas telefónicas de hasta una hora con el presidente. Cuando combatía en ocasiones usaba la cara del comandante Chávez pegado a un lado de su pantaloneta junto a la palabra “forever”.

En una oportunidad el comandante Chávez visitó personalmente al campeón en su vivienda y le preguntó a la madre de Valero que si ella quería casarse con él, porque él quería tener un hijo como “El Inca”. Para esa ocasión el presidente le obsequió a la Sra. Eloísa una vajilla y a partir de ese momento permaneció colgado un pendón con la fotografía histórica de estos personajes que casi ocupaba el tamaño de la sala familiar.

Por una temporada “El Inca”, pasó largo tiempo fuera de Venezuela y durante una entrevista televisiva manifestó que no veía el momento de regresar a su patria donde la gente es tan feliz y libre. En Venezuela “lo tenemos todo”. Es el país más bello que haya visto en el mundo. El presidente Chávez, lo colocaba de ejemplo como buen venezolano amante de su patria. Estos personajes tuvieron numerosos encuentros, los cuales eran aprovechados por Chávez para bromear apretando sus puños, colocarse en guardia protegiendo su mentón y lanzando golpes que nunca alcanzaban al boxeador. Durante mucho tiempo “El Inca” Valero fue el deportista de cabecera de Hugo Chávez, era considerado como “el tótem dorado del chavismo”.

Esta actitud de “El Inca” Valero, le costaría el reproche de parte de la fanaticada boxística venezolana que adversaba al presidente Chávez. Hay quienes opinan que este evento de incondicional adhesión al régimen chavista le valió el rechazo del gobierno de los Estados Unidos y la negación del permiso para combatir en territorio norteamericano. La relación de amor y admiración entre Hugo Chávez y “El Inca” Valero, le dio piso político al chavismo para incrementar su imagen de gobierno popular y el “no” de los Estados Unidos formó parte de la batalla contra el capitalismo. Gracias a estos eventos, el comandante Hugo Chávez le entregó el premio Héroe Nacional en el año 2006 y le reconoció como parte de “la generación de oro” del deporte nacional en Venezuela.
Más allá de su controversial figura, “El Inca” Valero fue un boxeador capitalizado por la revolución chavista venezolana.

Regalo de bodas: “El Inca” Valero asistió varias veces como invitado al programa “Aló presidente”, dirigido por el mismo Hugo Chávez. Durante la entrevista, el boxeador le dijo al comandante que su mejor regalo de bodas había sido el estar como invitado en ese programa, mientras que a su mano derecha estaba el amor de su vida, Jennifer Carolina Viera.

FIN DE LA LUNA DE MIEL CON EL COMANDANTE CHÁVEZ
Valero era un despilfarrador de dinero. Durante la previa de la pelea contra DeMarco en Monterrey, se encontraba entrenando en La Guaira, sin embargo, el dinero que le habían adelantado no le alcanzaba. Decidió visitar al comandante Chávez en la casona con el propósito de quitarle dinero producto del patrocinio que le hacía a la revolución. Estuvo aproximadamente desde tempranas horas de la mañana hasta las 7.00 pm y no fue atendido. Se regresó enojado y criticando la falta de cordialidad del presidente.

Hasta él mismo se reprochó haberse tatuado la imagen del comandante en su pecho porque se sintió abandonado y engañado. Usado como un condón. Durante esos momentos dudó en continuar mostrándolo y pensó en la manera de borrárselo. Serio arrepentimiento.

SIEMPRE HAY UN VIVO QUE QUIERE APROVECHAR AL BOXEADOR QUE CREE IGNORANTE
Relata el propio Valero en su diario, que durante los días que permaneció en California haciendo campaña con los De la Hoya, aunque propuso el espectáculo e hizo sonar la caja registradora de la empresa, muchas veces, después de los entrenamientos tuvo que salir a la calle a taxiar, porque el dinero no le llegaba. Algunas veces la familia pasaba hambre. Resultó que sus apoderados, los De la Hoya, le enviaban puntualmente las ganancias con su entrenador Joe Hernández y éste sujeto se quedaba con la plata.

CONDUCTA SOCIOPÁTICA Y PSICOPÁTICA
Es importante aclarar para el entendimiento de lo que está por venir, que la sociopatía es una desviación de la conducta caracterizada por hacerle daño a los demás, mientras que la psicopatía tiene que ver con dirigir la propia agresividad hacia sí mismo.

SOCIOPATÍA DE LA FIGURA DEPORTIVA
Delitos durante su carrera amateur: Edwin, durante su trayectoria por el boxeo aficionado, en algunas ocasiones andaba en malos pasos. Su entrenador, el profesor Ortega siempre lo aconsejaba y protegía. Cierto día tenían que salir de viaje para unos juegos nacionales en el estado Aragua. A Edwin se le veía nervioso y sudando incesantemente como si hubiera terminado de boxear. Se negaba a salir del gimnasio para abordar el transporte que esperaba, hasta que fue descubierto por el profesor, quien se enteró que se había robado una moto, la había escondido en el gimnasio y afuera lo estaba esperando la policía para detenerlo. Esa vez el profesor le sacó las patas del barro como otras tantas veces.

Actitud pre delictual: Algunas fuentes afirman que “El Inca» Valero, era drogadicto y alcohólico desde los 11 años de edad, conducta que expresaba abiertamente y conocida por algunos personajes de su entorno. Tenía antecedentes, algunas estadísticas mencionan que estuvo detenido por la justicia más de 40 veces, incluyendo cuando era menor de edad. Afirma su propia hermana Zaira, que éste boxeador, no solo le daba palizas a su mujer, sino también a su madre y hermanas. Durante el mes de septiembre del año 2007 y octubre del 2009, Valero fue denunciado por su propia madre y su hermana de maltrato doméstico ante la policía de El Vigía de haberlas golpeado a ambas durante una disputa familiar. Fue presentado ante un tribunal de protección a la mujer por agredir a su esposa, sin embargo la pena no fue la adecuada. Posteriormente ellas mismas retiraron la denuncia.

Valero, estuvo involucrado en varios y serios accidentes de vehículos que tapo a fuerza de dinero y fama. Uno de los espectáculos más sensacionales lo dio en la ciudad de El Vigía, cuando durante una persecución policial llegó a chocar hasta 17 vehículos en un instante. Ese percance lo resolvió a realazos. La cuenta la pagó en dólares. A todos los dueños de vehículos les indemnizó, incluyendo a la policía, a quienes gratificó “pa´ los frescos”. También en los Estados Unidos tuvo antecedentes por conducir en estado de embriaguez. Coleccionaba un sin número de incidentes silenciados por el propio gobierno venezolano con la finalidad de no dañar la imagen de ambos y de esta manera darle el vuelto por los favores recibidos.

Un crimen que casi le cuesta su carrera deportiva: Cuenta Quiroz (2016), que apenas Edwin se había hecho boxeador profesional, “El Negro Ortiz”, delincuente peligroso de El Vigía, con 5 muertos encima, le había robado la moto al deportista. No sabía que se había metido con el sujeto equivocado. Edwin que no le temía a nada, ni a nadie, le reclamó y pidió que se la pagara, a lo que el malandro se negó, recibiendo de parte de Edwin un certero disparo que lo fulminó en el acto, huyendo inmediatamente a Caracas. La policía buscaba al boxeador, sabía que el profesor Ortega conocía donde estaba enconchado, pero éste les respondió que debían agradecer por haber hecho el trabajo de ellos, limpiar la zona de ratas.

Finalmente el percance se solucionó de varias maneras, en primer lugar, con una fianza que pagó el Sr. Joaquín Muñoz, un acaudalado propietario de fincas y presidente de la Asociación de Boxeo del Estado Mérida. Este personaje hizo las veces de su padre, regalándole implementos deportivos para practicar el boxeo. Por otro lado, más tarde, un funcionario de alto rango en el gobierno borró el expediente a cambio de dinero.

Le pegaba a su esposa y amenazó al personal médico: El 25 de marzo del año 2010 amenazó al personal médico de hospital Universitario de Los Andes, en la ciudad de Mérida, que atendía a su esposa, quien había ingresado al hospital con evidentes signos de violencia domestica; presentaba “hematomas en el cuerpo y un neumotórax, así como la perforación en un pulmón producto de una costilla rota”. Ante la excusa de la mujer, quien alegaba haber rodado accidentalmente en su casa, los galenos dudaron de ésta versión, le pidieron contara la verdad para orientarla y ella accedió, confrontando al boxeador, quien posteriormente entró a la sala de cuidados, amenazando con golpear al personal médico si la noticia se filtraba hasta los medios de comunicación. Luego de esta amenaza, se produjo su arresto.

INTENTO DE SUICIDIO DE JENNIFER
Por una temporada la familia vivió en Montalbán, Caracas. Eran tales las palizas que le daba a su pareja, que ella una vez se subió a la azotea y caminó por la cornisa con la intención de acabar con su vida lanzándose al vacío. Los vecinos desde abajo contemplaron el espectáculo. Luego lo repensó, decidió cambiar de opinión y bajar.

Asesinato de su esposa: El día 17 de abril del año 2010, estando el boxeador bajo fianza y en libertad condicional, bajo régimen de presentación ante un tribunal cada 90 días por haber agredido a su propia pareja y a otros familiares cercanos, cuando aproximadamente a las 11.30 de la noche, “El Inca” solicitó una habitación matrimonial en compañía de su esposa en el Hotel Intercontinental de Valencia. Los esposos permanecieron en el lobby del albergue conversando durante unas dos horas, luego subieron hasta la estancia asignada. Dicen testigos que aproximadamente a las 5.30 am el boxeador se dirigió descalzo hasta la recepción para explicar a los encargados acerca del hecho de violencia cometido en la habitación.

El personal del hotel llamó a la policía, la cual se presentó y escuchó la tranquila confesión del crimen. Durante los interrogatorios, el boxeador se contradijo afirmando que unos sicarios entraron a la habitación asesinando a su esposa, también confesó haber perpetrado el crimen y luego se despertó al lado del cadáver. Nunca se encontró el objeto cortante usado, el cual según su declaración, arrojó por la poceta del baño del hotel. Para el momento de su arresto, se encontraba bajo los efectos del alcohol y las drogas. Los criminólogos apreciaron la escena del crimen alterada, como quien trata de ocultar las evidencias.

PSICOPATÍA DEL CAMPEÓN
Alcohol, drogas y velocidad sin la debida precaució: El hecho de que “El Inca” Valero fuera adicto al alcohol y a las drogas, lo cataloga dentro de los cánones de la psicología y la psiquiatría como un ser psicopático, capaz de hacerse daño a sí mismo. Algunas fuentes afirman que esta actitud la tenía desde temprana edad y mucho antes de dedicarse a boxear. Familiares y su primer entrenador Ortega, aclaran que durante su relación, jamás observaron algún indicio asociado con alcohol y droga.

Años más tarde, producto de una denuncia familiar realizada por su propia madre y su esposa ante un tribunal, se declaró alcohólico y fue internado durante 5 días en el hospital San Juan de Dios en la ciudad de Caracas para desintoxicarlo. Posteriormente en un examen de laboratorio dio positivo con rastros de metabolitos de cocaína en su sangre. Por ese motivo, apenas estuvo recluido durante 5 días, tratamiento simbólico para una adicción compleja de eliminar.

Estos antecedentes incidieron en la idea de llevarlo hasta Cuba para someterlo a un tratamiento de desintoxicación. Su propia madre relata que ella cree que las adicciones aparecieron desde el mismo momento en que su hijo se trasladó a Caracas para participar en los Juegos Deportivos Nacionales. Varias veces, figuras ligadas al deporte venezolano y de su entorno cercano hicieron los arreglos para trasladarlos a Cuba con el propósito de desintoxicarlo, sin embargo Valero nunca se apareció para abordar el vuelo que le llevaría a destino.

Entre otros eventos, asociados a la psicopatía, también se describe el sonado accidente en moto sin el uso debido del casco protector y los múltiples accidentes vehiculares por conducir a alta velocidad bajo los efectos del alcohol y las drogas.

Respaldo del Consejo Mundial de Boxeo CMB: Apenas el Consejo Mundial de Boxeo CMB, encabezado por su presidente Mauricio Sulaiman se enteró que Valero había dado positivo en unas pruebas toxicológicas realizadas y de la orden emitida por un juez de su país para cumplir rehabilitación, emitió un comunicado de apoyo al púgil, donde lo declaraba campeón en receso, estimulándolo para que cumpliera su rehabilitación, convirtiéndose en ejemplo para la juventud a nivel mundial, demostrando determinación y coraje para darle un nocaut a las drogas.

Aparente suicidio, el final de una conducta psicopática: El 19 de abril del año 2010, a la 1.30 de la madrugada, el campeón fue encontrado colgado en su propia celda que le albergaba en calidad de detención preventiva. Con su propio pantalón había enrollado su cuello y lo amarró de una viga para hacerse descolgar posteriormente. En su boca introdujo su bóxer para no emitir ruido alguno. La necropsia reveló; muerte por asfixia mecánica. Eso fue lo que alegaron las autoridades.

OTRAS VERSIONES ENCONTRADAS
Existen otras versiones en torno a este suceso; se dice que “El Inca” Valero, tenía como destino La Guaira, desde donde partiría para recibir tratamiento contra las adicciones. Esa mañana previa a los hechos, delante de su madre preparó una maleta con 92.000 dólares en efectivo. Fue hasta Mérida, compró una camioneta Toyota usada a unos sujetos. Pagó 60.000 bolívares fuertes con un cheque y el resto lo canceló en dólares en efectivo. De inmediato, en el mismo vehículo, emprendió camino hasta el centro del país. A la altura de Valencia, en una alcabala solicitó escolta de la Guardia Nacional, alegando que unos sicarios le seguían. Por lo tarde y oscuro, la Guardia le recomendó hospedarse en Valencia y al día siguiente emprender el viaje. La pareja fue escoltada hasta el hotel Valencia Intercontinental, donde sucedieron los hechos anteriormente narrados.

Algunas versiones de sus familiares apuntan a que los responsables de su muerte guardan relación con quienes estaban en torno al negoció de la camioneta, ya que estos se pudieron percatar de la cantidad de dólares que llevaba consigo, sin embargo no hay indicios de que tuvieron participación directa en los hechos.
Luis, su hermano menor, da cuatro versiones del suceso; la primera, que lo mató la policía para robarle los 92.000 dólares que llevaba consigo y nunca aparecieron. La segunda, que lo mandó a matar el padre de Jennifer al enterarse de lo sucedido con su hija. La tercera, que lo mandó a matar el propio gobierno por la mala fama que le ocasionaría y la cuarta, se mató él mismo.

Luego de conocer el fatal desenlace, su hermana Yineth, se trasladó hasta Valencia para reconocer su cadáver, afirma que permaneció con Edwin en la morgue, observando dos cosas muy contradictorias con el acta de defunción: un golpe en su cabeza en la parte occipital y no tenía marcas en el cuello como para afirmar que se había ahorcado.

LA VERDAD VERDADERA
Por todos los antecedentes presentados de este atleta, todo apunta a que “El Inca” Valero se suicidó luego de haber asesinado a su mujer, sin embargo hay otros argumentos que apuntan a que lo asesinaron e hicieron creer que atentó contra su vida. Dentro de estos argumentos aparecen los siguientes: Este deportista estaba en la cúspide de la autorrealización, esperando una pelea contra Pacquiao que le generaría no solo más fama mundial, sino dinero. En teoría, no tenía motivos para tomar esa decisión. Por otro lado, luego de su muerte, no aparecieron signos de ahorcamiento en su cuello, pero si un golpe en la región occipital como relata su hermana que acompañó su cadáver. En los bolsillos de su pantalón aparecieron su cédula de identidad y la de su esposa, elementos que según el protocolo policial no debieron estar con él para cuando fue recluido en su celda como detención preventiva. La maleta con los 92.000 dólares no apareció nunca, cuando la policía entregó sus pertenencias, solo devolvió 100 dólares. La pregunta es ¿Quién fue o quiénes fueron sus asesinos? ¿A dónde fue a parar la maleta con el dinero? Alguien que todavía no ha cantado sabe de eso.

Es más, hasta se piensa que él no mató a su esposa, ya que la escena del crimen apareció alterada para no dejar rastro y el arma incriminada jamás apareció. Recuérdese que él dijo estar durmiendo al lado de ella y había aparecido muerta. La pregunta es ¿Quién mató a Jennifer fue el mismo que acabó con la vida de “El Inca”?

COMO DE COSTUMBRE, PARA EL GOBIERNO, LA CULPA ES DE LOS DEMÁS
El gobierno de Hugo Chávez y la familia sostuvieron que el caso de Valero fue politizado. La tragedia la desembocó la canalla mediática, quien le habría tendido un acoso al púgil por presentarse abiertamente partidario del gobierno socialista. Apoyar a Hugo Chave fue cavar su propia tumba. Jamás le perdonarán el respaldo a la revolución bolivariana y había que destruirlo a como diera lugar por ser un símbolo de la revolución, expresó Chávez.

SUS CÓMPLICES NEGLIGENTES
Son muchos los cómplices silentes protagonistas de éste drama con trágico desenlace. En primer lugar su familia, encabezada por su madre, hermanos y su esposa, quienes en oportunidades fueron sus propias víctimas, lo denunciaron y terminaron retirando la acusación con la finalidad de no dañar su imagen pública de campeón, ni perturbar el seno familiar. Los padres de Jennifer tenían razón en desaprobar esa unión.

Por otro lado, algunos de sus entrenadores y estrechos colaboradores en oportunidades taparon sus acciones cuando andaba “en malos pasos”, y le ayudaron “para no dejarlo morir”, evitándole enfrentar la responsabilidad por aquellos actos. Hasta sus mandaderos acudían bajo sus órdenes para adquirir en su nombre alcohol y droga.

Finalmente el gobierno bolivariano, desde la cabeza principal del comandante Chávez, quien con su amistad le brindó una patente de corso para la impunidad, ministros, gobernadores y todos los tentáculos del poder que estuvieron involucrados; responsables de recibir las denuncias, omitir la inmediata intervención, borrar expedientes que lo clasificaban como un sujeto peligroso, negarle ayuda para sacarlo del foso donde se encontraba, entre otras cosas.

Realmente el gobierno no ayudó a “El Inca”, no le dio el apoyo como Estado, al contrario, lo abandonó como todo está abandonado en Venezuela. El mismo Estado perjudicó al boxeador al permitir que se cambiara el sentido de las denuncias interpuestas por su agresividad física y le dio la libertad a un sujeto que debería estar recluido, tanto para pagar con condena sus actos, como para recibir el debido tratamiento.

ANÉCDOTAS Y MITOS
Polémico accidente: Edwin Valero tuvo un accidente de motocicleta que casi le cuesta la vida. A raíz de ese percance fue diagnosticado con una lesión cerebral. Por este motivo, cuando solicitó la licencia para boxear en los Estados Unidos, lo examinó Barry Jordan, medico perteneciente a la Comisión Atlética de New York, quien no lo encontró apto para pelear. Para el especialista, el accidente previo le había dejado severas secuelas con riesgo de morir en el ring, por lo tanto se le privó combatir en las mejores plazas de los Estados Unidos. Sin embargo existe la creencia que la negativa del gobierno norteamericano para otorgarle el permiso de trabajo consistía en la simpatía que el boxeador expresaba por la figura de Hugo Chávez Frías y su abierto respaldo a la dictadura del gobierno venezolano.

No obstante el rechazo de la Comisión Atlética de New York, Valero no se quedó de brazos cruzados, realizó varias peleas despachando por nocaut a sus rivales, hasta que fue visto y firmado por el japonés Akihiko Honda, presidente de Teiken Promotions, bajo la tutela del entrenador Jorge Zerpa, destacando como noqueador en Japón, Francia, México y Panamá, entre otros.

Vale mencionar que para ese entonces, “El Inca” también recibió la recomendación de Gilberto Mendoza, Presidente de la Asociación Mundial de Boxeo AMB, para que se le reabrieran las puertas en el mundo del ensogado.

Más tarde Valero estuvo bajo la tutela del promotor Bob Arum, quien hizo gestiones medico legales para reconsiderar su caso y su idoneidad física para boxear, logrando con sus influencias que algunas plazas de los Estados Unidos le permitieran mostrarse como campeón. Seguramente la cercanía al peso pesado de los promotores, Arum, le abriría poco a poco el resto de los mejores escenarios deportivos norteamericanos.

Algunos opinan: Valero se destacaba por ser muy familiar, alegre, bromista. Le gustaban las fiestas, bailar y compartir el dinero con su familia y amigos. Era muy bondadoso, tenía un lado altruista en su personalidad. Manejaba una fundación deportiva con su nombre y durante la época decembrina se juntaba con varios atletas andinos, entre los que se encontraban José Rujano, Carlos Maya, Johan Santana, entre otros, para alegrar con regalos a los niños pobres de la zona. De su bolsillo sacaba dinero para regalar prótesis, bastones, sillas de ruedas y dinero a los más necesitados.

Despilfarrador: “El Inca” se ganó neto 150.000 dólares en su última pelea contra DeMarco en Monterrey. Para el momento de la tragedia, apenas contaba en su maleta con 92.000 en moneda de los verdes. Lo que significa que en menos de dos meses derrochó aproximadamente la diferencia de 58.000 dólares.

Buen caballo: Valero solía visitar en compañía de Jennifer un restaurante conocido en El Vigía llamado Hotel “El Gran Sasso”. Cuando terminaba de ser asistido por el mesonero, un cliente presenció que de propina le dejó 10.000 bolívares, que en aquellos tiempos era dinero. El muchacho no se lo podía creer y no sabía qué hacer con tanta plata pensando que era una equivocación del campeón.

Amante de las mujeres: Valero era muy enamoradizo. Aparte de eso le ayudaba mucho la fama de campeón mundial. Cuando una chica la agradaba, la enamoraba enviándole costosos ramos de flores. Cuando fue a Monterrey a boxear contra DeMarco, en el mismo hotel compartía con Jennifer su esposa y en la habitación de enfrente estaba su amante. Jennifer debía permanecer callada porque de lo contrario recibiría su acostumbrada dosis de paliza. Ambas mujeres presenciaron ese combate.

Siempre amable con los fanáticos: Donde quiera que Valero acudía llamaba la atención. Jamás ponía reproches así estuviera comiendo, se levantaba y posaba amigablemente para una fotografía o firmar un autógrafo solicitado. Era muy humilde en ese aspecto.

Pegar vs boxear: Cierto día le preguntaron ¿Por qué no subía al ring para demostrar que sabía boxear y no solo pegar? A lo que respondió, porque ese que está allá arriba esperándome en el cuadrilátero para combatir, le quiere quitar el pan de la boca a mis hijos y por eso subo a matar.
El propio Valero en una entrevista decía; “A mí me gusta puño. A mí me gusta partirme la cara con un hombre que está frente a mí”.

Cuentan sus amigos y allegados: Sus más estrechos amigos y allegados alegan que nunca vieron a Valero fumando, o con una cerveza en la mano, ni mucho menos con droga. Lo que veían era a un deportista que se tomaba muy en serio sus entrenamientos con la meta fija de ser campeón mundial. Era muy disciplinado y un caballero en el ring, no cuestionaba ninguna decisión arbitral. Por supuesto, sus andanzas las hacia a espaldas de ellos.

Dicen que el contrato con el empresario japonés Honda, dueño de Teiken Productions se acabó, porque en Japón cada vez que tomaba y se drogaba se volvía loco, llegando a destrozar toda una discoteca con un escándalo que armó. En virtud de esa conducta, su promotor le pidió que recogiera sus maletas y saliera del Japón inmediatamente.

Mal vecino: Cuando vivía en el apartamento alquilado en Montalbán, Caracas, los vecinos interpusieron una queja ante el dueño del inmueble para que lo desalojara, alegando que era un desquiciado y constantemente le daba de palizas a su mujer. Valero accedió a la petición, pero antes de irse destrozó toda la porcelana del baño, grifos, cristales, ventanas, puertas, piso y hasta excremento y orine regó por las paredes del apartamento. Prácticamente lo dejó arruinado. Esa fue su manera de protestar ante lo que consideraba una medida injusta.

La historia del tatuaje: Gracias a sus records de nocauts y a su trayectoria deportiva, el comandante Chávez se acercó hasta Valero y la admiración fue mutua, llegando a tal punto, que Valero subió al ring por una temporada con la imagen del comandante estampada en la parte izquierda de su pantaloneta y el escrito “Forever” (Para siempre). Algunos afirman que para la pelea por el título contra el colombiano Pitalua a realizarse en Austin, no le permitirían usar esa prenda mostrando a Chávez, por lo que en una actitud contra pelo, decidió tatuarse en la ciudad de los Ángeles. Mostrar el tatuaje del comandante en los Estados Unidos fue un acto irreverente que decidió llevar a cabo, considerándolo una gran conquista ideológica.

“El Inca” Valero Sparring: A finales del año 2008, el chicano Oscar De la Hoya se enfrentaría al zurdo filipino Manny Pacquiao. Valero fue contratado como sparring de la Hoya, pero duró muy poco tiempo, ya que durante los entrenamientos, “El Golden Boy” no pudo con Valero, quien lo noqueó en 8 asaltos y le dejó morado un ojo. Fue despedido por ser un sparring demasiado severo y por no dejarse pegar.

Nacho Beristáin, encargado de los entrenamientos de la Hoya, aclara que “corrí a Valero del campamento deportivo, porque el golpe del ojo morado lo lanzó después de acabado el tiempo reglamentario y porque una vez que finalizaban las sesiones de entrenamiento, se quedaba a jugar billar y a tomar licor. Era un loco”.

Valero antes de ese combate opinó lo siguiente durante una entrevista: A Oscar no le gusta correr, no sale a trotar argumentando que se puede pasar de entrenamiento. Si no corre, no puede ganar esa pelea y hasta puede perder por nocaut. El resultado final fue que “El Golden Boy”, abandonó el combate a la altura del octavo round y luego pasó a retiro.

¿Paranoia o realidad?: “El Inca”, tenía continuos y severos conflictos familiares, entre otras cosas, porque sospechaba que su esposa Jennifer lo traicionaba con Luís, su hermano menor. Era un celópata, se dice que en California, la dejaba encerrada en su casa bajo llave para que no saliera. Algunas veces solicitó a su hermano la devolución de regalos y hasta le partió el vidrio de su auto durante una de tantas disputas sostenidas. Por otro lado, la sospecha de que su esposa le era infiel pudo haber sido el detonante para acabar con su vida. En caso de no ser cierto, la duda que mantenía, ¿Hasta qué punto la adicción al alcohol y la cocaína lo volvieron paranoico?

En varias ocasiones Jennifer confesó y solicitó ayuda a la Sra. Eloísa, madre de Valero, ya que éste se encerraba con ella en el cuarto y la obligaba a drogarse junto con él. Quería salir de esa trampa de la que no pudo escapar con vida.

Los babalaos cubanos aconsejaron a Chávez: Por la afición boxística seguidora del campeón, es sabido el tatuaje que se mandó a colocar en su pecho como un respaldo a Chávez y a la revolución bolivariana. Pues, resulta que una vez que “El Inca” murió, los babalaos cubanos aconsejaron al dictador venezolano deshacerse de ese símbolo, ya que sería portador de mala suerte al régimen, por lo que a espaldas de su familia, el gobierno exhumó el cadáver de la leyenda y retiró de su pecho la parte del cuero que contenía dicho símbolo pintado en tinta. Cuestión de superstición.

Hay gente que cree que Valero está en Cuba: Después de la muerte de Valero, corroborada por su propia hermana que le acompañó en la morgue, su funeral se llevó a cabo en el Estado Mérida, su terruño. Antes de la sepultura, para darle el último adiós, su féretro paseó por su propia casa en La Palmita, luego lo trasladaron hasta la casa donde nació en Bolero Alto y finalmente al gimnasio Morochito Rodríguez en El Vigía. No cabía la gente en esa arena deportiva para despedir al campeón. Algunos dicen que velaron a un muñeco de cera, pues Valero había sido trasladado a Cuba por el gobierno socialista para protegerlo de la justicia.

Hombre récord Guinness: Valero impuso un record difícil de igualar con sus 27 combates todos ganados por la vía del nocaut, con una seguidilla de 18 peleas terminadas en el propio primer asalto. El único boxeador en el mundo con una efectividad del 100% durante su trayectoria deportiva boxística. Por este motivo queda en el aire la interrogante: ¿Cómo así un deportista profesional es capaz de quitarse la vida justo cuando se encuentra en la cúspide de la autorrealización?

Cfr. Documental de sus memorables nocauts

ACERCA DE LA PELÍCULA PROHIBIDA
El 25 de Noviembre del año 2016 se estrenó en Venezuela una película en su nombre titulada “El Inca”, dirigida por el cineasta venezolano Ignacio Castillo Cottin. La obra fue censurada en dos ocasiones por orden de un tribunal, cuando apenas tenía cinco días en las carteleras del cine venezolano y por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. Ésta decisión fue tomada a raíz de una causa interpuesta por la madre y los hermanos del boxeador, quienes sustentan su decisión en las posibles consecuencias que las escenas dantescas pudieran ocasionar a los dos hijos dejados en la orfandad.
Existe otra versión que apunta a que la causa real del disgusto y pleito se debió a que la familia quiso imponer como protagonista de la historia a su hermano y la conducción del film no aceptó esta condición.

Por su parte, el director de cine defiende la puesta en escena del film, alegando que el mismo relata la historia de América Latina, mostrando la violencia doméstica, frustraciones, adicciones y obsesiones. El film sobre la vida de “El Inca” Valero se trata de una ficción que no es más cruda que la misma realidad.
El cineasta afirma que la censura presentará un precedente muy peligroso, mostrando el sesgo de un gobierno dictatorial. El mismo precitado director se extiende en su comentario y afirma que el estado tiene miedo a ser visto como cómplice de la descomposición social que arropa a Venezuela, dando signos de incompetencia al momento de frenar la violencia e impartir justicia, como debe ser. La censura del film se debe a que el mismo podría haber causado un daño letal a la figura del comandante Chávez y ahora al gobierno de su sucesor Nicolás Maduro.

Cfr. Tráiler de la película “El Inca” (2016)

INCÓGNITA DE UNA PELEA QUE NUNCA SE DIO
“El Inca” Valero, siempre anheló pelear contra Manny Pacquiao, era casi una obsesión razonable. Algunos fanáticos pensaron que Pacquiao ganaría porque sabía boxear y tenía mejor técnica. Otros estaban a favor de ”El Inca”, quien confiaba en derrotarlo por la agresividad de sus puños.

DUDAS

A varios años de haber ocurrido la lamentable tragedia, quedan muchas incógnitas acerca de un boxeador con una inestabilidad emocional que lo llevó al ring y éste a su vez le sirvió para canalizar su agresividad. Fue capaz de reabrir las páginas deportivas venezolanas que se encontraban inmersas en un profundo letargo. Con su 100% de efectividad durante su actividad deportiva y el final de su leyenda, logró atrapar a la prensa deportiva nacional e internacional. En su época brillante emanaba luz propia de campeón y oscuridad cuando sus golpes los trasladaba hasta su vida personal y familiar. Gracias al boxeo subió en la escala del ascenso social, para posteriormente tener una caída estrepitosa. Un personaje glorioso, aceptado, aclamado por su público, que posteriormente lo rechazó en su propio país por sus ideas políticas y lo lanzó al foso del vacío, cuando la justicia dictamina y los noticieros afirman que asesinó a su propia esposa y termina quitándose la vida, usando su propia fuerza para suicidarse. La única pelea que “El Inca” perdió fue contra sí mismo.

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