Luego de doce competitivos asaltos, la votación de los jueces fue la siguiente: 114-112; 115-111; 116-111.
En papel se vaticinaba un combate bastante intenso y en efecto así fue, digna de una pelea de campeonato mundial.
A pesar de que Barrios le llevaba 17 peleas demás a su Akhmedov, el púgil de Uzbekistan no se guardó nada y salió a buscar la pelea como si su vida dependiera de ello.
Los primeros asaltos del combate fueron dominados por Barrios a base de combinaciones largas, golpes al estómago y buena movilidad, además de sumar una caída a su favor (4to), que hasta ese momento indicaba que las cosas serían más fáciles.
Llegando a la segunda mitad de la pelea, las cosas empezaron a cambiar radicalmente, ya que Akhmedov continúo peleando como una fiera hambrienta, aterrizando su izquierda y derecha a la mandíbula de Barrios, que cada vez lucia más desgastado y encorralado, hasta que sorpresivamente conectó una mano al rostro de Batyr para mandarle a la lona en el último asalto, inclinando así las tarjetas a su favor.
Con este triunfo Barrios mejoró su palmarés a 25 triunfos, 0 derrotas y 16 nocauts. Akhmedov dejó su hoja de vida en 7 victorias, 1 derrota y 6 por la vía rápida.