Prensa/CMB/Jabeando/29-10-2019.- Cuando le preguntas a Arthif Daniel sobre su trabajo, él sonríe y responde: “Depende de a qué hora del día me preguntes”. De día soy dentista, mientras que de noche soy boxeador”.
Siempre ha sido muy deportivo y la influencia inicial y duradera provino de su padre y abuelo, que eran grandes admiradores de Muhammad Ali. Su abuelo conoció a The Greatest que vino a Londres en la década de 1960.
Arthif, el “Dr. Hitman”, Daniel, de treinta y cinco años, que mide seis pies y es un peso súper welter, ha logrado un récord decente de 16-3 con cuatro nocauts. Pero los académicos también fueron muy importantes, con su formación en odontología en el King’s College de Londres. Pero a la vez; “Estaba entrenando con profesionales y aficionados y defendiéndome. Después de graduarme, era mi propio hombre y quería seguir con esto un poco más”.
Equilibrando su trabajo como cirujano dental en Manchester y Londres, Arthif actualmente se está entrenando en el norte de Tijuana, pero viajó al sur a la 57ª Convención anual del Consejo Mundial de Boxeo en Cancún.
Anteriormente dio una conferencia en el CMB, sobre los boxeadores que mantienen sus sonrisas, y no descartan los dientes zafados porque con el método de preservación adecuado y un viaje rápido al dentista, se pueden salvar y volver a colocar en, tan bueno como nuevo.
Naturalmente, Arthif ha desarrollado su propio protector bucal especialmente diseñado que ha adaptado para otros boxeadores, explicando: “Hay mucha ciencia involucrada en cómo se unen la mandíbula, los dientes y la respiración”. Y cumpliendo con los estándares diurnos de buena odontología.
Con la suerte de haber participado en los campos de entrenamiento de Floyd Mayweather Jr, Andre Berto, Marcos Maidana y haber conocido a Deontay Wilder, a Arthif le encanta el boxeo porque: “Está el aspecto físico. Te pruebas en el boxeo, que es uno de los deportes más difíciles. Pasando tres minutos en el ring, sabes lo que has hecho … cuando saliste”.
“También existe el enorme aspecto mental cerebral que la mayoría de la gente no aprecia. Puedes tener dos boxeadores fuertes y sólidos. Pero al final del día, el inteligente ganará, porque va a encontrar los defectos del oponente y entrará allí tácticamente. Ese es un aspecto que disfruto enormemente. Veo el boxeo como una partida física de ajedrez”.