Prensa/CMB/Jabeando/13-01-2020.- Hace unas semanas, el campeón de peso completo del Consejo Mundial de Boxeo, Deontay Wilder, acudió al Vaticano a una audiencia privada de la fundación no religiosa del Papa Francisco, Scholas Ocurrentes, en compañía del Presidente del CMB, Mauricio Sulaimán, para ser nombrado embajador de la paz por medio del boxeo dentro del programa BoxVal de dicha fundación.
Wilder, además de ser un gran campeón, es un gran ser humano. Él inició en el boxeo para poder atender los enormes gastos médicos de su hija Naieya, que tiene un padecimiento denominado “espina bífida”, y ha luchado para proveer a su familia con mucha dedicación y amor.
Fuera del ring es un gran hombre. En Roma, Deontay visitó el hospital de niños y dio grandes momentos de felicidad, ilusión y esperanza a muchos pequeños, que luchan por su vida y de la misma forma abrazó y dio fuerza a los padres de los pacientes, quienes sufren así como él padeció durante años con el propio caso de su hija mayor.