Por Jesús Milano
Foto: Cortesía
Prensa/AMB/Jabeando/10-09-2020.- El dominicano Jeison Rosario tiene en mente conseguir más triunfos. A pesar de haber ganado el Súper Campeonato de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en enero frente a Julian Williams, el monarca solo piensan en seguir ascendiendo y sabe que para eso necesita vencer a Jermell Charlo el próximo 26 de septiembre, en Connecticut.
El caribeño habló sobre su preparación y como ha sido este campamento desarrollado en Miami antes de la pelea.
“El mejor que he tenido. Estoy en excelentes condiciones, me siento súper bien. Estoy motivado, decidido, con mucha hambre y, realmente, con muchos deseos de verle la cara a mi oponente encima del cuadrilátero’’, dijo Rosario en su entrevista con el Miami Herald.
El discurso de Charlo ha estado centrado en que el campeón AMB no está a su nivel en lo que a boxeo se refiere y que por eso obtendrá una victoria en el combate que podrá títulos de tres organismos en juego. Sin embargo, Rosario desestima sus declaraciones.
“Pues el 26 vamos a saber si realmente no estoy al nivel de él o se trata de lo que yo digo. Yo digo que estoy al nivel de él y al nivel de cualquiera. Me preparo y voy para encima. Lo que él diga no me causa ningún efecto’’, aseguró en la entrevista al medio de Florida.
Rosario tiene una seguidilla de triunfos desde 2017 y ha cambiado notablemente gracias a su trabajo con el entrenador Chiro, pero más allá de sus ajustes boxísticos, destaca los que ha tenido a nivel personal como responsables de su evolución.
“Lo primero que se fue de mí fue el ego. Vino la humildad y realmente la fe en Dios. Cuando perdí me dije que tenía que confiar más en Dios y confiar menos en mí. Confiaba tanto en mí que me olvidaba de todo lo que me rodeaba. No me importaba nada’’, reflexionó.
Rosario tiene grandes metas y sueños, pero su objetivo principal ahora mismo es defender su corona negro y oro en un combate en el que las apuestas no le favorecen. A pesar de eso, su condición de campeón y su progreso lo hacen un peleador que nunca se puede subestimar.