Sube el cubano Guillermo Rigondeaux de primero al enlonado del majestuoso Madison Square Garden de Nueva York. El antillano luce acerado, con una amplia sonrisa. Luce confiando, sabe que no tiene nada que perder y sí, mucho que ganar e intentar cerrarle la boca a quienes desconocen su trayectoria de campeón olímpico, así como otros que le perdonan haber destronado al Pacquiao de bolsillo, para entonces: Nonito Donaire.
Ahora trepa al tinglado, el campeón, el ucraniano Vasyl Lomachenko, quien hoy (4) 9 diciembre defiende su campeonato mundial súper pluma (59 kilos, 130 libras), ante un “Chacal” Rigondeaux que viene de la categoría inferior, súper gallo (55.3 kg, 122 libras), y eso pudiera afectarlo en su mejor arma: su velocidad para desplazarse sobre el ring (son casi cuatro kilos de diferencia al momento del pesaje que fue ayer, y pueden ser más a esta hora cuando suben al ensogado).
El anunciador hace la presentación oficial, de nuevo El Chacal muestra su dentadura enchapada en oro y lanza una mirada sarcástica a los aficionados promotores cercanos al ring side. Se oyen abucheos para el cubano.
“….Rogondeaux, campeón olímpico y campeón mundial peso súper gallo de la Organización Internacional de Boxeo. Con récord de 17 triunfos, 11 por nocaut y cero derrota”.
Lomachenko, también campeón olímpico, campeón mundial de la Organización Mundial de Boxeo de 29 años de edad, tiene marca invicta profesional de 9-1-0 con siete nocauts.
Suena el campanazo, primer round: Son dos zurdos, aunque Lomachenko tiene punto de disparo desde cualquier ángulo. ¡Se cruzan y ambos van a la lona! Pero el referí dice que se pisaron y la caída no es válida.
Se reanudan las acciones. Ahora el ucraniano toma la ofensiva, mientras el cubano se da el lujo de bajar su mano derecha, la cual balancea con su brazo. Hace gestos. Abre los ojos desmesuradamente y provoca a su rival. El referí le llama la atención. Suena la campana.
De nuevo a la acción: Otra vez Lomachenko presiona. Ahora intenta punzar con su derecha en jab a la zona media del escurridizo cubano. Buen gancho de derecha del zurdo ucraniano al filo de la campana.
Tercero: Rigondeaux sigue marcha atrás. Pero ahora combate a la derecha, aunque a mitad de asalto, vuelve a ser zurdo. Abucheos del público. Concluye otro capítulo de bostezos.
El siguiente tramo: encuentra a un Lomachenko devolviéndose a su esquina pues salió sin protector bucal. Su entrenador aprovecha para recriminarle algo. Loma sale más decidido, logra enganchar al moreno antillano, quien se tabalea y se va a la lona.
El referí comienza el conteo, que Rigondeaux espera en cuclillas. Se ve algo mareado, pero no pierde la compostura. El ucraniano se lanza decidido acabar la refriega. Lo atrapa en un esquina neutral. Lanza combinaciones de ambas manos y desde todos los ángulos. Cae de nuevo el cubano. La pelea parece decidida en este cuarto asalto. El mejor de lo que va de combate…pero suena la campana.
Quinto tramo: Ringondeaux sale embadurnado de vaselina y empapado de agua. El referí pide la toalla, le seca y llama la atención a su entrenador por el abusivo uso de trucos. Reinicia el combate. Pero el árbitro, vuelve a detener las acciones. Ahora es la trenza de la bota izquierda de El Chacal lo que echa varilla. Llama a pelea otra vez. De nuevo detiene el combate. Lleva a Ringondeaux a su esquina para que le quiten un pedazo de adhesivo que cuelga de su guante derecho.
Lomachenko se impacienta. Más impaciente se muestra el público. A pelear, ahora sí, llama el tercer hombre del ring. El ex ruso presiona más, quiere terminar esto cuanto antes. Mientras que el antillano, no parece tener prisa, sino pasar los rounds a ver qué pasa. El tañido de la campana los sorprende en un clinch.
Para el sexto: sale un más espabilado Rigondeaux. Lomachenko igual presionando, pero más errático que al principio, más que todo por el desespero por atrapar a un hombre que está ahí, pero a veces se hace invisible e indescifrable por su estilo evasivo e incómodo.
Séptimo: Hay una cortadura en la ceja derecha del campeón mundial (¿Producto de un golpe?). Ahora el cubano usa la cabeza como un tercer puño, aunque se pelea más en el infight. Ringodeaux pisa, golpea, da cabezazos y el referí le descuenta un punto. (A pelea para enredada y poco vistosa).
Para el octavo: el cubano va más a la acción. Ahora es quien ataca. Lomachenko se tropieza al retroceder. No es su estilo de combatir. No luce cómodo en la contramarcha. Por primera vez lo vemos torpe, parece que ha caído en el estilo-si se puede llamar así-del Capablanca (léase ajedrecista) cubano.
El noveno y décimo: una reposición a cámara lenta de los dos “asaltos” (del robo hecho a los que pagaron la entrada) anteriores.
El once: concluye entre agarrones y empujones. Con un Lomachenko tratando de definir una telaraña que lo ha envuelto en la mayoría de los asaltos.
Round 12… Se fue la luz y no lo pudimos ver, cuando llegó el alumbrado el anunciador estaba recogiendo las boletas, termina de recogerlas, mientras el público luce molesto. Lomachenko apenado por su actuación y Rigondeaux…relajado.
“El vencedor por decisión unánime y todavía campeón mundial: Vasyl Lomachenko”…..pocos aplausos, más silbatinas….Para mí, lo jueces votaron por el futuro, que representa Lomachenko. Y eso se agradece como aficionado. ¿Y Ringondeaux?…!Bien Gracias!. Ya cobró su bolsa en dólares.