Serhii Bohachuk, la gran promesa ucraniana

Prensa/CMB/Jabeando/13-10-2020.- Serhii Bohachuk (18-0, 18 KO) es uno de los secretos mejor guardados del boxeo mundial. Ucraniano residente en California de devastadora pegada, a sus 25 años nunca ha escuchado las puntuaciones de los jueces. A punto de dar el paso hacia un probable estrellato, este superwélter recibe a Espabox para presentarse ante la afición española y contarnos su historia.

Hola, Serhii. Gracias por hablar con nosotros y compartir tu tiempo ante la afición española. Lo primero, aunque tu nombre es familiar para los grandes aficionados al boxeo, ¿Podrías presentarte para quienes no han oído hablar de Serhii Bohachuk?

– Hola, por supuesto. Soy un púgil ucraniano con una extensa carrera amateur, más de 150 combates. Ahora soy boxeador profesional, llevo cuatro años. Empecé a entrenar con Abel Sánchez en Big Bear, California. Hice diecisiete peleas con él, diecisiete asombrosas peleas que fueron culminadas por KO. Por ello, estoy muy satisfecho de mi relación con Abel Sánchez, porque me ha dado mucho en relación a mi habilidad como boxeador profesional; me enseñó mucho acerca de la escuela mexicana y, lo que es más importante, los valores acerca de la disciplina y esos valores. En mi opinión, la disciplina va antes que todo lo demás, y tenemos un dicho en Ucrania al respecto: “La disciplina machaca a la calidad”. Esto significa que un boxeador muy disciplinado vencerá a uno con más habilidad, pero menos trabajador. Y es lo mismo en la vida real, siendo sincero, por eso valoro tanto lo aprendido con Abel Sánchez.

Sánchez tiene además una extensa experiencia con boxeadores profesionales, que no voy a enumerar porque todo el mundo conoce. Ha trabajado mucho con gente muy buena y muy famosa, y su carrera habla por sí misma. Le agradezco muchísimo por todo lo que me dio, pero he tenido que abandonar su compañía; no es nada personal, pero hubo algunos problemas relacionados con el tema de mánager y tuve que dejar el equipo.

Ahora estoy entrenando con Manny Robles, aquí en Los Ángeles. Tengo un equipo buenísimo, muy fuerte, me encanta estar con ellos. Me gusta trabajar con Manny, su asistente Edgar y Matías, que es mi preparador físico. Mi desarrollo físico con él está siendo increíble, con su sistema de mantener toda la fuerza sin cansarse. Es una forma de ver el boxeo que me está ayudando y comparto. Por eso, ahora vivo y entreno en Los Ángeles. En general, la vida que llevo me llena, estoy feliz con el gran equipo que me acompaña y tengo todo lo que necesito.

Nos acabas de resumir gran parte de tu trayectoria deportiva reciente. Cuéntanos algo más de tus inicios. ¿Por qué elegiste el boxeo para dedicarte a él en lugar de otras disciplinas?

– No buscaba ningún objetivo concreto cuando me hice boxeador. Quería estudiar artes marciales, quería estar seguro de que sería capaz de defenderme. Crecí en un barrio bastante complicado, con peleas constantes y mucho bullying de los chicos mayores a los más pequeños. Entonces el motivo por el que empecé en el boxeo es simplemente por defensa propia.

Empecé a entrenar y entrenar, y competí. Una competición tras otra, hasta que llegó el momento en que me di cuenta de que podría hacer dinero con el boxeo, así que cumplí años y me puse con ello, metido de lleno. Siempre he tenido la voluntad y la necesidad de ganar. Al ser una persona que creció en un barrio pobre y sin muchas comodidades, quería convertirme en alguien importante, alcanzar algo para poder cuidar a mi familia y tener una vida más fácil juntos.

¿Podrías decirnos cómo fue tu carrera amateur, ya que antes nos has contado que tuviste más de 150 peleas? ¿Cuál es tu mejor momento en el boxeo aficionado?

– Creo que mi mejor momento como amateur fue cuando participé en las World Series of Boxing. Me tocó pelear con el campeón olímpico Roniel Iglesias, en el enfrentamiento de Ucrania contra Cuba y se disputaba en mi país, en Kharkiv. Nadie se esperaba que yo ganase de ninguna manera, nadie apostaba por mí y la gente se fijaba mucho más en los otros chicos. En realidad, solo me habían llamado porque daba ese peso y necesitaban a alguien, nadie en esa categoría quería hacer esa pelea, por lo que me dijeron. Yo era alguien de relleno porque nadie quería perder contra Roniel. Pero lo que pasó es que acabé con ese campeón olímpico, porque yo siempre subo al ring como si fuera la última vez: “Aunque la sangre me llegue a las rodillas, no hay marcha atrás”. Fui a esa pelea sabiendo que él era un campeón, buenísimo, pero no puedo decir que tuviera miedo, ni ansiedad, ni nada; para mí, era un combate más.

Ya en el primer asalto, me di cuenta de lo fuerte que era por el ruido que hacían sus golpes, y yo fallaba algunos de los míos. Pensé: “Pues esto es lo que hay, o él o yo”. Empecé a ir hacia delante, y él lo siguió, porque creería que yo era un don nadie. Fui igual de agresivo que él, así que nos enzarzamos en una batalla y él no pudo seguirme. Le destruí con mi resistencia, no me aguantaba en el cuarto asalto y solo se me abrazaba y se cogía a mí.

Creo que es el mejor momento de mi carrera antes del profesionalismo. Justo tras vencer ese combate, me dijeron que él lloró en el vestuario porque no esperaba perder así, no podía entender lo que había pasado: un ucraniano desconocido había privado de la victoria a todo un campeón olímpico. ¡¡Todo el Kharviv Sports Arena estaba rugiendo!!

https://youtu.be/Xc4Fy-6bdi8 Serhii Bohachuk contra Roniel Iglesias, en las WSB

Un momento decisivo en la carrera de todo boxeador es el momento de pasar al profesionalismo. ¿Qué nos puedes contar de ese proceso, tanto física como mentalmente? ¿Fue sencillo para ti superar las diferencias respecto al boxeo amateur?

– Sí, fue bastante fácil incluso, porque cuando estaba en la etapa de aficionado tres asaltos nunca eran suficientes para mí. A menudo, cuando subía al ring y perdía el primer asalto, compensaba en el segundo y dominaba en el tercero, por eso te digo que no eran suficientes. Por entonces, mi entrenador se reía de que siempre tenía que hacer tres asaltos antes de entrar en el combate de verdad, y por eso llevaba pensando en volverme profesional ya bastante tiempo. Simplemente, estaba esperando a la oferta adecuada, porque lo tenía muy claro. Soy un boxeador de larga distancia, así que necesito tiempo en el ring, más asaltos.

Prácticamente toda tu carrera, excepto el último combate, la has hecho en Estados Unidos. ¿Cómo llegaste allí? ¿Te gustaría pelear en tu Ucrania natal como profesional?

– Sí, también hice en Rusia mi décimo combate, en la cartelera del Usyk-Gassiev. Por supuesto que me gustaría combatir en Ucrania, me encantaría mostrar mis habilidades en mi país en vivo, no solamente por la televisión, que es lo que quiere la gente. Y es algo que tengo planeado para el futuro, seguro que algún día pelearé en Ucrania.

Sobre mi llegada a América, es una larga historia. Resumiendo un poco, me estaba preparando para los Juegos Olímpicos de 2016, y no me pude clasificar. Tengo un buen amigo que es presidente de la federación deportiva en mi ciudad, y ya habíamos hablado antes de mi futuro profesional. En cuando no fui a los Juegos, me llamó para ofrecerme ir a EEUU, y le dije que sí. Firmamos primero con Ural Boxing Promotion, y ellos trabajaban con Abel Sánchez, que ya tenía a sus órdenes a Shafikov, Ponomarev y Gassiev. Me llevaron a ese gimnasio sin tener ni siquiera un contrato, Abel tenía que decidir si yo era lo suficientemente bueno como para merecerlo. Hicimos dos peleas y decidió que sí, firmamos el contrato y también una copromoción con Tom Loeffler. Y Tom es el que ha ido llevando mi carrera y consiguiendo los combates, con precisión y éxito. Estoy muy satisfecho de su trabajo.

18 victorias, 18 KO, y sin ser un peso pesado.

¿Te preparas específicamente para noquear a tus rivales?

– Realmente, no. Simplemente, entro en el ring y hago mi trabajo, no es que persiga el KO. Sí que lo pude haber hecho al principio de mi carrera en algún combate; sin embargo, Abel Sánchez me dijo y me acabó inculcando, que le estoy muy agradecido por ello, que no debería buscar el KO: “Tú solo boxea y el golpe adecuado llegará por sí mismo. Si ganas por puntos, está bien; si ganas por nocaut, está incluso mejor. Pero no lo persigas nunca, solamente haz tu trabajo boxeando”. Y es lo que he estado haciendo. Claro que, si veo la ocasión, con mi oponente tocado o deambulando, voy a por ello, pero nunca lo hago desde el principio porque se puede volver en mi contra. Puedo ir demasiado a por ello y fallar golpes, lo que resulta peligroso, así que simplemente entro al ring a trabajar… y si veo que puedo acabar pronto, lo hago.

Tu último combate fue en México, un país hispano, con gente muy apasionada en el boxeo y en la vida. ¿Sentiste esta pasión?

– Ya había boxeado antes en México en las World Series of Boxing, así que no es mi primera vez allí. Y ya antaño había notado lo que dices. Para mí, esta vez lo que fue importante fue el clima, muy húmedo. Pero, en general, soy muy familiar con la cultura mexicana y me encanta su gente, hay muchos aquí en Los Ángeles. Conozco a bastantes y tengo muchos amigos mexicanos. Por eso, al pelear allí no fue muy diferente en ese sentido, y noté que la gente me recibió estupendamente.

También era tu rival más complicado, y lo noqueaste. ¿Qué planes tienes ahora? ¿Crees que estás a punto de dar el paso definitivo y enfrentarte a los mejores púgiles de tu división?

– Creo que sí. No me importa contra quién pelear, estoy abierto a enfrentarme a cualquier adversario, con quien sea. No temo a nadie y me veo preparado. Pero a eso se dedica mi promotor, yo pelearé con el que él escoja. Como entreno a tope y llevo una alimentación muy estricta, siempre estoy listo para cualquier combate.

Eres el Campeón de las Américas del CMB. ¿Vas a seguir la vía del Consejo para llegar al campeonato mundial.

– La verdad es que estoy abierto a pelear con cualquiera de los campeones, pero valoro mucho seguir el camino del CMB para llegar al título mundial.

Hemos leído que te gusta el boxeo de Gennadiy Golovkin, y además compartís promotor, Tom Loeffler. ¿Es GGG tu modelo a la hora de boxear?

– Me gustan muchos boxeadores, así que no hay ninguno en el que me fije totalmente. Hay púgiles de los que intento tomar algunas habilidades técnicas; por ejemplo, puede gustarme la técnica de uno y la fortaleza de otro. De Gennadiy me encanta lo bueno que es físicamente, es tremendamente poderoso y, cuando pega, lo hace con enorme fuerza. En ese sentido, me gustaría ser como él.

Pero también me gustan mucho otros, como Arturo Gatti, sobre todo por su carácter. Y los hermanos Klitschko. Hay un dicho en Ucrania: “El miedo es el amigo de un deportista inteligente”, y por ahí voy respecto a ellos. Eran muy listos en este sentido, no dejaban que nadie les golpease, con flexibilidad, con buena protección para evitar las manos de sus rivales. A mucha gente no les gustaba su estilo porque no eran boxeadores de atacar, de ir hacia delante como es el estilo mexicano; pero peleaban de tal manera que no les llegaban a pegar. Y hay otro dicho en el boxeo: “Tira diez puñetazos, falla nueve”, pero no estoy de acuerdo; es mucho mejor llegar con una mano y no fallar ninguna. Todo esto es lo que me gusta de Vitaly y Wladimir, muy elásticos, centrados en el boxeo. Pero veo a muchos deportistas y trato de ver lo mejor de cada uno de ellos para absorberlo.

¿Cómo es Serhii Bohachuk fuera del ring, en el día a día?

– No lo sé, es difícil para mí juzgarme así. Creo que soy un chaval normal, sin nada extraño. Esta pregunta deberías hacérsela a mi entrenador o la gente que está conmigo, que me vea desde fuera. Pero lo que te puedo decir es que soy como todo el mundo, una persona más.

Finalmente, ¿Qué mensaje le mandarías a la afición española, que te lee en Espabox en estos momentos?
Para todos los fans españoles, os pediría que vieseis mis combates y me estéis animando, que yo a cambio intentaré mostraros boxeo de alta calidad, y creo que os va a gustar. Muchas gracias.

Gracias a ti. Mucha suerte en tus próximas citas.

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