*** El joven pugilista, de origen hondureño y nacido en Nueva York, conquista el primer título universal en la historia de su país y suma cuatro coronas del orbe
Por Luis F. Sánchez
Prensa/DLA/Jabeando/23-10-2020.- El backflip que dio Teófimo López, luego de convertirse en el hombre más joven en la historia del boxeo en poseer cuatro títulos mundiales, no era solo para celebrar la hazaña deportiva, sino para imbolizar que la fe mueve montañas y darle felicidad a un país que alcanzó con ello su momento deportivo más importante.
El sábado 17 de octubre, en la burbuja de Las Vegas, López derrotó en 12 asaltos al ucraniano Vasiliy Lomachenko, considerado hasta ese momento el mejor boxeador libra por libra, y sumó a su título de los pesos ligero de la Federación Internacional de Boxeo los tres que despojó a su enemigo: Asociación Mundial de Boxeo, Organización Mundial de Boxeo y The Ring.
A sus 23 años, López se consagra como el pugilista más joven en ser tetracampeón mundial, y es una de las figuras más atractivas en el deporte internacional y un caso único en su país de origen, Honduras.
“Aunque somos un país totalmente futbolero, lo que hizo Teófimo López el sábado en Las Vegas es el logro más grande hasta el momento de nuestro deporte”, escribió el diario deportivo Diez de Honduras. “No son muchos, pero por pocos que sean, estos triunfos, nos unen y nos hacen olvidar por un instante los problemas que vivimos”.
Cuando se publica una noticia acerca de Honduras en EEUU, por lo general, es algo desastroso, como la Guerra del Fútbol, que se desató contra El Salvador en 1969; o que “Tony”, el hermano del presidente, Juan Orlando Hernández, que fue encontrado culpable de tráfico de cocaína en Nueva York; o las peleas entre pandilleros; o la multitud de migrantes en caravana de esperanza hacia EEUU. Teófimo López, en cambio, ha sido la buena noticia.
AUTÉNTICO CATRACHO
Nacido en Brooklyn, Nueva York, el 30 de julio de 1997, hijo de un padre que lleva el mismo nombre y que antes de concentrarse en la preparación de su hijo conducía una limosina para ganarse la vida, y de una madre bartender, Teófimo representa a cerca de un millón de hondureños –de los ocho millones que habitan ese país–, que han emigrado a Estados Unidos en busca de oportunidades que no tienen en su propia tierra.
“La historia de Teófimo tiene todas las similitudes de cientos de miles de hondureños que emigraron”, afirma José Armando Rodríguez, editor de Deporte Total USA. “He tenido la oportunidad de conversar con Teófimo y puedo atestiguar que, pese a que nació en Estados Unidos, es un muchacho muy a la hondureña, muy humilde y con muchos elementos, además del idioma, que lo configuran como un auténtico catracho”.
Su éxito se suma al de otros hondureños como el entrenador de los Dolphins, Brian Flores, tetracampeón del Super Bowl con los Patriots de Nueva Inglaterra; Mauricio Dubón, de los Gigantes de San Francisco, el primer hondureño en llegar a Grandes Ligas; el luchador Kevin Mejía, medalla de plata y bronce en los Juegos Panamericanos; y lógicamente las selecciones de fútbol que se clasificaron a los mundiales de España 1982, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014; medalla de plata en este deporte en los Juegos Panamericanos de Lima 2019; tercer puesto en la Copa América 2001 y cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
LAS RAÍCES
Cuando tenía cinco años, Teófimo y su familia –papá, mamá y dos hermanas mayores que él– se mudaron a Davie, al norte de Miami, y un año después el pequeño comenzó a practicar boxeo en el gimnasio al que iba con su padre, un entusiasta del deporte de los puños.
“Mi padre solía disputar muchas peleas callejeras y noqueaba a todos y por ello se animó a probar suerte en el ring”, comenta Teófimo. “Le fue bien e incluso participó en los Guantes de Oro en Nueva York”. Y Teófimo bebió de esa escuela.
“Tuve 170 peleas como amateur y gané unas 150 veces, incluyendo los Guantes de Oro de Estados Unidos en el 2015”, recuerda. “Obtuve la clasificación para Río 2016 por EEUU, pero por unos reglamentos extraños me dejaron fuera y entonces, como hijo de hondureño, participé en la clasificatoria en Buenos Aires y logré entrar”.
En Río perdió en la primera pelea contra el francés Sofiane Oumiha, quien luego conquistaría la medalla de plata. En Honduras esperaban la primera presea olímpica de su historia, pero no se pudo. Ahora Teófimo les compensado con creces y entrega un poker de gloria a su pueblo.
Con sus cuatro coronas mundiales, Teófimo y su padre prometieron viajar a Honduras a compartir esta hazaña y también para construir escuelas de boxeo, y encaminar a los jóvenes.
Con 23 años de edad, este es solo el comienzo. Vendrán muchas buenas noticias más.