Tomando el control (Videos)

Prensa/CMB/Jabeando/01-11-2020.- Desde hace un par de años, su nombre empezó a sonar más y más. Los fans del boxeo comenzamos a seguir a este gran prospecto; vimos su determinación y pegada, nos asombraron sus nocauts, nos fascinó su energía y sus celebraciones al conseguir una victoria…un autentico Showman.

La pregunta que salía a flote siempre era la misma, ¿Tendrá lo necesario para enfrentar a la élite del boxeo?

A pesar de lo anormal y complicado que ha sido este 2020, “Fimo” sé las arregló para demostrar que ya es una realidad derrotando al astro ucraniano, Vasiliy Lomachenko.

Con este importante triunfo, el escenario se ha reconfigurado completamente para ofrecernos grandes combinaciones y así poder determinar de una vez por todas quién es el mejor libra por libra del momento. Teófimo se dice listo para enfrentar y vencer a los grandes nombres en su división y en las categorías próximas.

A menudo considerado presumido y arrogante por sus declaraciones, la realidad dista bastante de estas aseveraciones, pues Teo es uno de los tipos más humildes, generosos y agradables en el mundo del boxeo.

Teofimo llegó al boxeo de una forma poco común, después de vivir en Nueva York, su familia de origen hondureño se mudó a Florida. Su padre intentaba reconstruir su vida, era chofer de limosinas y Teo iba con él a todas partes. Teofimo Sr. se enlistó en un gimnasio de boxeo para entrenar, en una ocasión, el salió del establecimiento y el pequeño Teo de 6 años comenzó su historia en la disciplina al golpear el costal y sorprender al gimnasio.

A partir de ahí, el boxeo se convirtió en prioridad para ambos. A pesar de no tener experiencia, Teofimo Sr. e hijo, aprendieron juntos, vieron videos y estudiaron a peleadores cómo Andre Ward, Mike Tyson, Pernell Whitaker, Alexis Argüello, Roy Jones Jr., Floyd Mayweather y Roberto Durán.

No todo fue sencillo, sin embargo, el boxeo sería el elemento que los entrelazaría en forma especial y que los haría trascender cualquier problema que enfrentaran, permitiéndoles transformar su vida en algo especial.

Resulta complicado para muchos encontrar nuestra vocación, nuestro camino; no obstante, Teofimo lo encontró a la edad de 6 años. Ahora con 23 años, Teófimo lleva toda una vida entrenando, practicando, perfeccionando sus habilidades, pero, sobre todo, divirtiéndose haciendo lo que le gusta y apasiona. A veces resulta diferenciar la seguridad y confianza con la arrogancia, no obstante, el ha respaldado cada una de sus palabras con sus actuaciones dentro del ring.

Se ha convertido en una persona que conoce sus alcances, que disfruta lo que hace y qué está dispuesto a hacer lo necesario para conquistar sus metas. Él sabe también que el boxeo es sólo una parte de su vida y su profesión, que la persona que se sube al ring es muy distinta a la persona deslumbra a sus fans con su amabilidad y humildad en las calles.

A pesar de parecer impulsivo, es una persona sumamente brillante que no malgasta sus ganancias, a la cual los lujos les parecen innecesarios, pues sabe que lo que vive ahora no será eterno y que su comodidad económica y familiar, dependen de lo que haga en el presente.

Incluso, antes de derrotar a Vasiliy comentó estar consiente de que dicho triunfo no lo posicionaría como el mejor libra por libra. Teófimo tiene un respeto profundo por el deporte y sus colegas, el reconoce que hay peleadores como Terence Crawford o Saúl Álvarez, que llevan años haciendo las cosas en forma extraordinaria, el reconoce que para alcanzar esos niveles, debe “hacer más”, debe enfrentar y derrotar a los grandes nombres allá fuera.

Los mejores vs. los mejores. ¿Acaso no es lo que siempre queremos ver?, ¿Acaso no es la esencia más profunda de nuestro deporte?

En una época donde el destino nos ha plagado de talentosos peleadores como Vasiliy Lomachenko, Regis Prograis, Luke Campbell, José Carlos Ramírez, Gervonta Davis, Ryan García, Devin Haney, Josh Taylor, Errol Spence Jr., Terence Crawford, Danny García, entre otros la irrupción de Teófimo llega en forma oportuna y precisa, pues cómo en los años dorados del boxeo, el quiere enfrentar a todos y hacer historia.

Motivado por el amor a su familia, el hambre de trascender y enorgullecer a su gente, luce como una fuerza imparable dispuesta a escribir su nombre con letras doradas en la historia del pugilismo.

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