Sentimos el fallecimiento del profesor César Augusto Villarroel

Por José Camejo Suárez

Prensa/Jabeando/10-11-2020.- Esta mañana, en el hospital “José María Benítez” de La Victoria, estado Aragua, a los 81 años de edad dejó de existir el glorioso profesor César Augusto Villarroel, quien venía padeciendo una larga enfermedad.

Según información suministrada por el profesor Yorsys Rivero, el velatorio tendrá lugar en su residencia ubicada en Sabaneta y mañana sus restos serán inhumados en el Cementerio de El Consejo, estado Aragua.

En la redacción de Jabeando sentimos el fallecimiento de esta gran amigo, nuestro corresponsal en el estado Aragua, en estos ingratos momentos nos unimos al duelo que aflige a su distinguida familia.

¡Que descanse en paz!

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Para recordar algunas de las vivencias del profesor Villarrroel, vamos a reproducir la entrevista, producto de una amena y larga conversación sostenida con él, publicada en noviembre 2015, página 10, edición Nro. 13 del periódico impreso Jabeando.

César Augusto Villarroel / El retiro del boxeo de una leyenda viviente

Por José Camejo Suárez

El Consejo/Aragua.- Debo reconocer que jamás imaginé que podría entrevistar para el periódico Jabeando a nuestro corresponsal en el estado Aragua, profesor César Villarroel, quien además es un experimentado entrenador de boxeo que desarrolló su carrera en los estados Miranda, Distrito Federal y Aragua. Ahora decidió retirarse del boxeo, a los 75 años de edad, pero ¿Por qué, una leyenda de su calidad decide abandonar lo que hasta la fecha ha venido haciendo con pasión, amor y transparencia indiscutible? Para lograr la respuesta más aproximada a la realidad, visitamos al profe Villarroel, en su casa ubicada en Sabaneta de El Consejo, donde lo conseguimos con su señora esposa profesora Maximiliana de Villarroel, quien nos dice ¡Por fin…! Me causó risa la expresión, y, seguidamente, Villarroel me aclara que es por la decisión que he tomado de no dar más clases de boxeo. Le informé sobre el objeto de mi visita y exclamó ¡Al fin podré desahogarme¡ Ja, ja, ja…

¿Profesor Villarroel, usted nació en Cariaco, estado Sucre pero allá mismo se crio?

-No, me trajeron para Venezuela a los 6 años de edad.

¿Pero Cariaco no es Venezuela?

-Bueno lo que pasó es que el barco donde nos vinimos llamado “Vapor” se tardó como 15 días para llegar a la Guaira, vomité más que un borracho.

¿César nos puede decir cómo fue su niñez y adolescencia?

-Mira, durante mi niñez recuerdo este viaje, puesto que yo venía más asustado que gato en el Nuevo Circo, puesto que nunca había salido de Cariaco y no había visto tantos carros juntos, en Cariaco, solamente observaba unos 2 o 3 carros. El caso es que llegamos a la avenida Bolívar de Pérez Bonalde, en Catia, donde nos recibe, a mi abuelita Juana Mayz que medía como 2 metros de estatura y a mí, una “negrota” muy buenamoza, que era mi tía Flor Mayz, su hermana. Mi abuela Juana fue la que me crio. Pero mi primera sorpresa fue cuando observé que mi tía Flor manipulaba un aparato grande que estaba en la sala y oigo la voz de una persona, seguidamente le pregunto a mi tía si era un niño muy pequeño el que hablaba a lo que me respondió, cuajada de la risa, que eso era un radio R.C.V. Bueno, allí no duramos mucho tiempo, ya que mi papá, a quien no recordaba, también era un “negrote” muy parecido a mi abuela, trabajaba en los edificios de lo que hoy es Ciudad Tablita, te estoy hablando del año 1947. El resto de esta etapa de mi vida te lo contaré más adelante.

¿Cómo es que usted llega al boxeo?

-Mi papá compró un rancho en el callejón El Cañón del sector “18 de octubre” de Caracas, ya tendría 11 años y todos los días veía a un tipo que corría por las calles, entonces le pregunté que por qué corría tanto y me respondió con una leve sonrisa “es que soy boxeador, me llamo Raúl Tovar y soy campeón nacional welter”. Eso para mí era como decir “papa”, pues no sabía nada de lo que me dijo. Pero no dejaba de llamarme la atención que Tovar, todos los días, bajaba corriendo hasta los Almacenes Caracas, al lado del cine Los Flores de Catia y subía hasta El Cañón, donde vivíamos, de donde se veía las carreras de caballo que se daban en el hipódromo de El Paraíso. Figúrate que desde allí observamos cuando el río Guaire arrasó al hipódromo, después nos enteramos que se había llevado un caballo llamado “Caimán”.

¿Usted no ha respondido cómo llegó al boxeo?

-Ya va, que estoy recordando que tendría 11 años de edad cuando mi papá me dio un correazo, no sé por qué, y hui de mi rancho sin conocer nada de Caracas, me fui por El Calvario hasta llegar a las escaleras de El Silencio, allí fue cuando me asusté, pensé que si resbalaba sería el primer cariaqueño muerto en unas escaleras. Serían las cuatro de la tarde cuando llegué abajo y me preguntaba, ahora ¿Qué hago? Pero Dios sabe lo que hace con sus inocentes hijos. En el bloque uno de El Silencio estaba un niño como yo limpiando zapatos y me quedo viendo como lo hacía y me agradó. Cuando le pagaron un bolívar me quedé loco, en ese tiempo un bolívar es equivalente a mil de ahora. Entonces me preguntó, el morenito limpiabotas, ¿Qué, te gusta? Le respondo con la cabeza afirmativamente, “si te gusta te enseño, pero ¿Dónde vives?” Me escapé de la casa, me dice “bueno vamos a donde yo vivo, hablamos con el padre Alfonzo para que te quedes allá”.

Llegamos hasta La Pastora, cerca de “Últimas Noticias”, allí conocí al ser más humilde y decente que sería mi guía durante muchos años. A las 3:30 am, Erasmo Ramos, así se llama o llamaba mi gran y recordado amigo, me despierta y me dice “párate que vamos a trabajar”, pensé, ese negro se volvió loco, pero no estaba loco, llegamos a los depósitos de “Ultimas Noticias”, compró unos periódicos, me dio seis y me dijo, “toma aquella calle y te vas hasta donde nos vimos ayer y gritas ¡Noticia…, ´Últimas Noticias…´, si las vendes antes que yo, me esperas allá, te ganas seis lochas y las compartimos con El Hogar”. Todavía recuerdo que estas fueron las palabras más bellas con las que comenzó mi verdadera vida. El padre Alfonzo me preparó una cajita para limpiar zapatos, me dijo “esta caja no es regalada, tendrás que pagar por ella cuatro bolívares”. Fue mi primer instrumento de trabajo.

Pero, ¿Cuándo empieza en el boxeo?

-Para allá vamos, -Hace un paréntesis y le dice a su esposa, mami, por favor, prepara un cafecito, si no hay café lo haces con Harina Pan tostada- Bueno el caso es que recorría toda la avenida Sucre con mi cajita y gritaba ¡Limpio…! ¡Pulío…! A las 12:30 pm estaba en el refugio y entregaba mi aporte. A la 1:30 estaba en el liceo “Fermín Toro” donde, el padre Alfonzo me había inscrito para estudiar el 2do. Año. En un recorrido por la avenida San Martín, Plaza Capuchinos, atisbo un portón donde estaba un aviso que decía gimnasio de boxeo Oscar Calles. Eso estaba al lado del cine Diana, allí conocí al que fue mi primer entrenador, buen boxeador “El Zurdo” Armando Mendoza. Mi sorpresa es que cuando entro al gimnasio, estaban dos tipos cayéndose a puños y reconozco a Raúl Tovar, me entusiasmé y decidí entrenar boxeo.

¿Qué pasó con los estudios?

-Terminé el bachillerato en el liceo Fermín Toro cuando cumplí los 17 años de edad. Pero recuerdo tantas anécdotas que no terminaría de contar en una semana; y te voy a decir algo, yo limpié zapatos hasta los 16 años de edad en el Bloque 1 de El Silencio frente al Instituto de Crédito Popular, donde le limpié los zapatos a Juan Pablo Pérez Alfonzo fundador de la OPEP y a su hijo que era el director. Trabajé como mensajero y limpiabotas en la esquina de Padre Sierra, en el Pasaje Miranda, en la tasca “La Españoleta”, al frente tenía una pequeña oficina el Dr. Arturo Uslar Pietri, a quien también le hacía servicio y me pagaba Bs. 2. Pero una de mis anécdotas que recuerdo con más agrado se dio cuando me cambié para la Torre Sur de El Silencio, frente a la Oficina de Identificación, donde habían dos muchachos un poco mayores que yo de 15-16 años de edad, Guillermo González y “El Gocho” Chacón, ellos me ayudaron poner mi cajita y un cajón de manzanas donde se sentaban los clientes. Te estoy hablando del año 1954. Un año después veo en la televisión a una persona limpiando zapatos en una silla alta y dos pisa pie, pregunto que dónde era eso y me respondieron “En USA”, hablo con Guillermo y con otra persona que creo que fue el primer limpiabotas del “Centro Simón Bolívar” que era muy bien conocido como “Negro Lindo” un negro azabache que siempre sonreía y le planteamos hablar con el gerente del edificio en torno a la silla que había visto en la televisión. 15 días después logramos la audiencia con el gerente del edificio, que era un hombre imponente por su personalidad, era el Dr. Enrique Belutini, le planteamos el asunto, fue muy receptivo y ordenó la construcción de las primeras 10 sillas para los que realizábamos este trabajo, incluso fuimos conocidos como la primera organización de limpiabotas del Centro Simón Bolívar.

¿Podemos continuar con el boxeo?

-Sí, claro, volviendo al boxeo, mi segundo entrenador fue el profesor Armando Camacho, no obstante a quien le reconozco y agradezco mi formación como entrenador es al profesor Eleazar Castillo, cuando le dije que quería ser como ellos, puesto que no había nacido para ser una luminaria como boxeador. Tenía 23 años de edad cuando me enviaron a realizar el curso “Principios y Novedades del Boxeo” impartido por tres grandes del boxeo nacional e internacional: Juan Rivas, Pedro Honorio Cuggia y Ulises Rodríguez, tuvo una duración de seis meses. A la vez, es cuando comienza para mi hermano Isaac y yo algo que se nos metió en la sangre para toda la vida, como fue enseñar boxeo.

De todas maneras, sería bueno dar a conocer ¿Cuántos combates realizó usted como boxeador amateur?

-Totalicé 86 combates, de los cuales perdí 15 en las categorías C,B,A y AA, entonces el boxeo se daba los lunes y los viernes, no se utilizaba franelillas ni caretas, el vendaje era igual que el boxeo profesional y para ganar una pelea había que ocasionar heridas muy notables al contrario o propinar el Ko. Me enfrenté dos veces con José Luis Vallejo, con Ricardito Salas y en el Nuevo Circo guanteaba con Carlos “Morocho” Hernández y Carlitos Rodríguez. A la vez aprendía a dar masajes deportivos a los boxeadores que atendía el viejo Magdaleno, custodio de este histórico recinto.

¿Representó al país en competencias internacionales?

-En calidad de atleta, en 1960 participé en la copa del torneo “Julio Gerlein Comelín” en Colombia, Invitacional en Costa Rica y en 1961 en el Playa Girón de Cuba.

Una vez dejado el boxeo activo, usted decidió continuar, pero como entrenador ¿Qué nos puede contar al respecto?

-Como siempre he dicho, nuestro primer club de boxeo fue el “Macarao Boxing Club” ubicado en la casa del partido Acción Democrática de Las Adjuntas en 1963. De allí salió Oscar Vargas, entrenó con nosotros mucho tiempo, Francisco “Pajarito” Escalona hasta nuestra permanencia en Las Adjuntas. Oscar Vargas fue campeón nacional Welter Jr. en el profesional y Escalona se enfrentó a lo más granado de la época. En 1967 llegué a Los Teques y empecé a trabajar como policía, fundé mi segundo club de boxeo en el distrito Guaicaipuro y con el legendario Ovidio Almeida logramos preparar una gran cantidad de buenos boxeadores, allí conocí a un hombre que no le han brindado el honor que merece: Asunción Urbina de Río Chico estado Miranda. Vale decir que en Los Teques inicié a muchos alumnos en representación del cuerpo policial local, entre ellos recuerdo a Pedro Pablo Torres, tercer boxeador venezolano en combatir en el Madison Square Garden de Nueva york, cuando en 1986 se enfrentó a Esteban de Jesús, entrené a Luis Primera, Ramón Castillo, a los hermanos Troconis y Piñeros, a José Gregorio García primer venezolano en ganar una medalla de oro en el torneo “Córdova Cardín” de Cuba en 1978. De Los Teques guardo muy gratos recuerdos de entrenadores y atletas como Ángel Pacheco, Asunción Urbina, Efraín Chiquito y de los exatletas: José Medina, David Grimán, Luis Primera, César Alberto Esculpi, quien era el rival más engorroso que tenía Ángel Pacheco y muchos otros que ahora no recuerdo sus nombres.

¿Entonces cuándo y por qué dejó Los Teques?

-Mira, el boxeo y mi trabajo en la Policía me abrió tantas puertas que a lo mejor me ganaba el puesto de gobernador ja, ja, ja, pero en 1974 mi hijo César Augusto sufría una enfermedad respiratoria por el frío que hacía en Los Teques, cuando hasta las 4:00 pm había que usar chaqueta. Por recomendación de los médicos había que trasladarlo para un clima normal, fue cuando compramos un ranchito en Sabaneta del Consejo estado Aragua y allí fabricamos lo que hoy es nuestra casa. A principio de noviembre ya establecido en mi hogar con mi familia, me dirigí al Comando policial de La Victoria, en ese tiempo Distrito Ricaurte y pregunto por el comandante, me recibió el mayor, muy simpático, Dávila Flores, hablo con él y presento mis documentos de la Policía del estado Miranda de la cual fui fundador en 1972, con el grado de oficial, de inmediato llamó al jefe de personal Carlos Guinand y ordenó mi ingreso como agente. Mi ex alumno José del Carmen Vegas, de chismoso, le dijo al Mayor que yo era entrenador de boxeo y me comunica, por escrito, que formara un equipo de boxeo para representar a la institución.

Profesor César nosotros tenemos recortes de prensa donde aparece su biografía, tanto en el ámbito nacional como internacional, en Los Teques y en Aragua ¿De dónde guarda sus mejores recuerdos?

-De estos dos estados guardo muy gratos recuerdos, haber sido fundador de cuatro escuelas de boxeo en tres estados de Venezuela, desde que me gradué como entrenador y haber sido miembro del Colegio Nacional de Entrenadores Deportivos, haber iniciado, a los 23 años de edad, unos 2.500 niños, jóvenes y adultos, hoy a los 75 años de edad puedo decir ¡Misión cumplida como entrenador y dirigente!

Además, tuve el gusto de entrenar a varios jóvenes sobresalientes en La Victoria desde la inauguración del gimnasio “Julio Ravelo Machado” como a: Ramón Velásquez, según mi criterio, uno de los mejores boxeadores de esta localidad, hoy con 25 años en Los Testigos de Jehová, Jesús “Chucho” Castillo, el boxeador amateur que comparé con Luis “Lumumba” Estaba por sus argucias en el ring, la gente le iba a ver lo nuevo que inventaba el día del combate. Rafael Zamora procedente del estado Guárico a decirle a sus rivales que “aquí hay un varón”. José Mosqueda, el que se fue en busca de fortuna al extranjero, no le importaba el rival, siempre que le pagaran con dólares. En Sabaneta calle El Carmen Nº 8 “19 de abril” es uno de mis mayores logros como entrenador. En 1975 fundé mi cuarto club de boxeo con el nombre “Raúl Varela” de Sabaneta, hasta la fecha que he decidido no continuar dando clases a una cantidad de niños y jóvenes en la calle, me da una gran tristeza, pues de esta calle han salido atletas para alta competencia como Arlin Villarroel, Junior Villarroel, Fernando Colmenares, Rafael Sarmiento, Carlos Rodríguez, Juan Carlos Campos, Domny Montilla, Douglas Quiaro y muchos otros atletas que le brindaron al estado Aragua y al país varias medallas nacionales e internacionales. Desde 1976 he venido pidiéndole a todos los gobiernos de turno que nos construyan un gimnasio en el municipio José Rafael Revenga que bien se lo merece, pero los políticos aseguran que el deporte no da votos. Bueno allá ellos, lo que más me incomoda es que hasta el presidente Chávez debió recibir mi petición con el proyecto 2008.

¿Qué papel ha jugado su familia durante tantos años de lucha, ha habido algún beneficio?

-Aquí es donde “la burra torció el rabo”, Nuestro beneficio ha sido por los trabajos que he realizado, 20 años en la policía, 6 años en el Club Cumbre Azul en Los Teques y 3 años como director de deportes en el municipio Revenga. 29 años de intenso trabajo que me dieron opción para la pensión del Seguro Social, recibía un bono por la Federación Venezolana de Boxeo (FEVEBOX) durante los años que estuve en la Selección Nacional y cuando tenía que viajar, gracias a los presidentes de este organismo para esos años: Orlando Ponte, Amador Burguillos, León Hidalgo y mi maestro de siempre Ángel Edecio Escobar. Hoy gozo de mi pensión y un incentivo que recibo de la Fundación Glorias Deportivas de Venezuela, sub sede Aragua. Gracias también al comandante Chávez que, junto con los entrenadores Ely Montes, Jesús Duque y otros luchadores del deporte nacional se logró crear esta Fundación, que agrupa a unos 15 mil miembros a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

¿Es decir, que usted trabajó casi gratis durante toda su vida al estado venezolano?

-La palabra gratis no me suena muy bien, puesto que gracias al boxeo conocí varios países y muchas personas que me ayudaron a surgir en este medio tan emblemático. Por ejemplo, haber conocido en Cuba -1978- a una eminencia del boxeo y en 1990 en México al primer Dr., del boxeo Alcides Sagarra, es un honor lo que aprendí de él. Haber estado al lado de entrenadores como Ely Montes, Ángel Edecio Escobar, Eleazar Castillo, Ángel Salavarría, Armando Camacho, Pedro Honorio Cuggia, Ulises Rodríguez. Para mí fue una ganancia haber rescatado a muchos niños, jóvenes y adultos de la drogadicción y del mal camino, para mí fue ganancia haber recibido junto con mis hijos y mi adorada esposa tantos reconocimientos que hacen recordar bellos momentos y sé que al morir aunque sea uno de ellos vendrá a despedirme y dirá gracias profesor por haberme ayudado. Para mi es ganancia haber conocido a una persona tan humilde, pero tan humilde con un conocimiento del boxeo como es Régulo Bastardo que me dejó como entrenador en el “Ravelo Machado” en 1975. Es ganancia haber realizado los cursos de aprendizaje del boxeo, atletismo y educación inicial, lo que me permite darle clases a 60 niños de pre escolar en acondicionamiento físico y deportes. Para mi es ganancia haberlos conocidos a ustedes, aunque a ti te conozco desde El Palacio de Los Deportes, pero estar colaborando con la directiva del periódico Jabeando es ganancia, ya que ayuda a buscar atletas del boxeo olvidados como si nunca arriesgaron sus vidas por sus municipios, estado y país.

¿Pero usted con todo eso que ha relatado no puede ir a comprar en el mercado?

-Sí es verdad, pero me llena el alma, cultiva el amor, alimenta el ego y la autoestima. No hay dinero en el mundo para comprar todo esto. No sólo con dinero se vive feliz.

¿Qué más desearía para sentir que ha cumplido un anhelo en su vida?

-Mira, Camejo Suárez, mi mayor satisfacción y alegría sería, si Dios me lo permite, ver a mi país en armonía, que los políticos piensen en la proclama de nuestro libertador Simón Bolívar en su último aliento, “Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. Todo aquel que ha tenido o tiene la oportunidad de conocer otros países se ha dado cuenta que no hay un mejor país que Venezuela. Como deportista te diré, lo que más deseo es que construyan un gimnasio o un local para boxeo y otras disciplinas como tenis de mesa, ajedrez, gimnasia y pesas en el municipio “José Rafael Revenga” que lo necesita para detener la delincuencia y la drogadicción que hace mucho daño en los niños, jóvenes y adultos de nuestras comunidades. Aquí hago otra acotación, cuando los muchachos llegan a la Selección Nacional de Boxeo ya vienen con un buen record iniciado por los que yo llamo “entrenadores desconocidos”, quienes son ignorados por los entes gubernamentales y los atletas que ellos forman son los que defienden los colores patrios. En alta competencia no inician a los atletas, los perfilan hacia la actualización.

¿En qué va a dedicar su tiempo de reposo?

-Decirte que no tendré más contacto con el boxeo es mentira. Yo trabajo en los programas de boxeo profesional como juez con la empresa de Richard Peña, cuando las carteleras se dan en Aragua. Si me necesitan para orientaciones, estoy siempre a la orden, por ejemplo, lo que hago para este periódico me entretiene tanto que si dejo de escribir me va a pegar mucho, además tengo los programas de radio que evitan que sea un sedentario.

¿Profesor Villarroel, Cómo aprecia el deporte en el país y más el boxeo?

-Por muchos años nuestro país ha trabajado para constituirse en una potencia en el sur, considero que se debe incursionar más en los intercambios internacionales con países europeos y asiáticos. Antes el atleta ni el técnico no contaban con el aporte económico que tiene ahora, pero es necesario más amor al deporte. Estoy muy satisfecho con las actuaciones de los paraolímpicos venezolanos en Brasil, le pusieron mucho amor a la competencia. Del boxeo te puedo decir que es preciso renovar la plantilla con jóvenes de 19-23 años de edad y foguearlos con exigencia de la estatura de la competencia.

Haber realizado esta amena entrevista con el profesor César Augusto Villarroel en su casa, con su familia, ha sido un verdadero placer, pues conocer y dar a conocer algunos rasgos del perfil bibliográfico de un ejemplar ciudadano que le dedicó un 90% de su vida al deporte y a la educación deportiva sin obtener una recompensa no es fácil de encontrar. Gracias por estar con nosotros hasta que el gran Dios lo permita

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