Por Yesica Palmetta
Foto: Cortesía
Prensa/AMB/Jabeando/25-11-2020.- Los Juegos Olímpicos de Tokio tendrán sin dudas una mística especial para el mundo entero y por sobre todo para cada deportista que formará parte.
Algunas de las competencias clasificatorias lograron cumplirse con éxito al comienzo de 2020 como por ejemplo el caso de Asia-Oceanía que se completó en Amán, Jordania de igual manera sucedió en Dakar, África. Ambos certámenes han sido de gran impacto debido a algunos de los logros que se alcanzaron por ejemplo en el boxeo femenino. A continuación presentaremos dos historias de gran orgullo.
Un año de espera debido a la inesperada situación de sanidad mundial que puso en pausa compromisos como la cita deportiva más soñada por atletas y sociedades. Sin embargo, este retraso de un año resultó ser visto como una nueva oportunidad de fortalecer el trabajo para llegar aún mejor preparados. Un aspecto para destacar de Tokio es que será el tercer Juego Olímpico donde habrá boxeo femenino, el cual tuvo su debut en Londres 2012 con solo tres divisiones y actualmente ha pasado a cinco lo que permitirá la participación de 100 mujeres.
En este contexto destacaremos a dos chicas que han alcanzado la clasificación y que dan muestra del poder de los sueños y el orgullo que una Nación ostenta de poder contar con historias inspiradoras como estas con la bandera en alto: la boxeadora de la división pluma IM Ae-ji de 21 años, se ha convertido en la primera púgil de Corea del Sur en ganar una medalla de oro en un mundial cuando lo hizo en el juvenil de 2017. Y, en marzo 2020 en Jordania, pasó a ser también pionera en llegar a obtener un lugar dentro de los Juegos Olímpicos. En el mismo mes, pero en África, en la división mosca, Christine Ongare de 26 años cumplió con la misma proeza convirtiéndose en inspiración para sus compatriotas de Kenia donde el 40 por ciento de las chicas tienen un hijo antes de cumplir los 18.
La representante surcoreana IM Ae-ji comenzó en el boxeo durante la adolescencia logrando rápidamente destacar en el deporte de los puños cuando con tan solo 3 años de entrenamiento alcanzó a convertirse en campeona nacional juvenil en tres divisiones de peso distintas con tan solo 17 años. Su talento ha deslumbrado desde entonces así como la gran actuación que allí por el 2017 tuvo en el mundial donde obtuvo la primera medalla de oro para el país y luego de ello se supo que compitió con una importante lesión que la llevó a contener dolores sobre el ring pero que no la detuvieron para cumplir con el propósito de ser la mejor. Ahora tendrá un nuevo desafío para el cual se prepara con grandes ilusiones de sumar otra huella para los libros de la historia del deporte de Corea del Sur.
Por otro lado, Christine Ongare vive un gran sueño al llegar a poder ser parte de Tokio después de haber atravesado una vida complicada: a los 12 años se convirtió en madre y puso a un costado los botines de fútbol para buscar una oportunidad con los guantes sobre los ensogados. Al demostrar excelente rendimiento deportivo fue subiendo cada escalón del camino amateur hasta llegar al clasificatorio que le permite estar ahora enfocada en lo que serán sus primeros Juegos Olímpicos.
Dos historias que se convierten en un mensaje de superación e inspiración para todas las mujeres de sus países y del mundo.