Por el Dr. Phillip Goglia
Prensa/CMB/Jabeando/10-04-2021.- El estudio de prueba realizado por investigadores de la UCLA, encontró que los probióticos (bacterias beneficiosas) en realidad alteraron la función cerebral de los participantes. El estudio alistó a 36 mujeres entre las edades de 18 y 55 años que se dividieron en tres grupos:
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El grupo de tratamiento comió yogur que contenía varios probióticos que se cree que tienen un impacto beneficioso en la salud intestinal, dos veces al día durante un mes.
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Otro grupo comió un producto “falso” que parecía y sabía a yogur pero que no contenía probióticos
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El grupo de control no comió ningún producto
Antes y después del estudio de cuatro semanas, los participantes se sometieron a exploraciones de resonancia magnética funcional (fMRI), tanto en estado de reposo como en respuesta a una “tarea de reconocimiento de emociones”.
Para este último, a las mujeres se les mostró una serie de imágenes de personas con rostros enojados o asustados, que tuvieron que combinar con otros rostros que mostraban las mismas emociones.
“Esta tarea, diseñada para medir el compromiso de las regiones cerebrales afectivas y cognitivas en respuesta a un estímulo visual, fue elegida porque la investigación previa en animales había vinculado los cambios en la flora intestinal a los cambios en los comportamientos afectivos”, explicaron los investigadores.
En comparación con los controles, las mujeres que consumieron yogur probiótico habían disminuido la actividad en dos regiones del cerebro que controlan el procesamiento central de la emoción y la sensación:
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La corteza insular (Ínsula), que desempeña un papel en funciones típicamente vinculadas a la emoción (Incluida la percepción, el control motor, la autoconciencia, el funcionamiento cognitivo y la experiencia interpersonal) y la regulación de la homeostasis de su cuerpo, y
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La corteza somatosensorial, que desempeña un papel en la capacidad del cuerpo para interpretar una amplia variedad de sensaciones.
Durante la exploración del cerebro en reposo, el grupo de tratamiento también mostró una mayor conectividad entre una región conocida como ‘gris periacueductal’ y las áreas de la corteza prefrontal asociadas con la cognición. Por el contrario, el grupo de control mostró una mayor conectividad del gris periacueductal a las regiones relacionadas con las emociones y las sensaciones.
El hecho de que este estudio mostró alguna mejora en absoluto es notable, considerando que usaron preparaciones comerciales de yogurt que son notoriamente insalubres; cargado de edulcorantes artificiales, colores, saborizantes y azúcar. Lo más importante, la gran mayoría de los yogures comerciales tienen niveles clínicamente insignificantes de bacterias beneficiosas. Claramente, sería mucho mejor que hicieras tu propio yogur a partir de leche cruda, especialmente si buscas abordar la depresión a través de intervenciones dietéticas.