Prensa/CMB/Jabeando/13-04-2021.- El mexicano Arturo “Cuyo” Hernández, fue mánager, guía, entrenador, consejero, administrador y maestro de una gran cantidad de campeones mundiales mexicanos del pasado, casi todos convertidos en ídolos y taquilleros.
De la gran legión que pasó por sus manos, destaca por encima de todo, boxísticamente hablando, uno de los más grandes peleadores mexicanos de la historia, Ricardo López Nava, quien tuvo la virtud de adquirir conocimientos y sabiduría del “Cuyo”, hasta implantar una marca mundial de imbatibilidad.
El “Finito” lo hizo en la división paja, pero eso no le quita la grandeza que mostró durante 16 años de carrera, mostrando ser un artista del boxeo, muy por encima del salvajismo e intercambio de golpes que por naturaleza es el boxeo, destacando la inteligencia, la estética y la efectividad.
En diversas entrevistas, Ricardo ha comentado que nunca fue un buscapleitos y que su afición al pugilismo le llegó por ver las funciones sabatinas por televisión con su padre Maleno, como una tradición familiar.
Ricardo nació en Cuernavaca, Morelos, el 25 de julio de 1966, avecindado en el barrio de Tacubaya su ingreso natural se dio en el gimnasio “Lupita” en donde Arturo Hernández impartía sus enseñanzas y preparaba a sus campeones, Antes, López contaba con siete años cuando se calzó por vez primera unos guantes y a los quince años ganó el primero de los cuatro Guantes de Oro de manera consecutiva.
Debutó profesionalmente el 18 de enero de 1985 ante Rogelio Hernández en Cuernavaca y ese año de su presentación ligó seis nocauts. Cinco victorias más encadenaron en 1986, aunque solamente noqueó en dos oportunidades. En 1987, bajo el mando del “Cuyo”, peleó en tres oportunidades, probándose contra peleadores experimentados y duros como Eduardo Ramírez y Javier Alonso, derrotando a ambos por decisión en peleas a diez rounds.
En 1989, el “Finito” dio muestras de lo que iba a ser en el futuro, primero entre sus diez victimas acumuladas entre 1988 y 1989, venció al José Luis Zepeda, ese triunfo le dio la oportunidad de disputar el título Continental de las Américas del Consejo Mundial de Boxeo el 7 de noviembre de 1989 ante Rey Hernández, derrotándolo por nocaut en doce rounds.
Ya colocado en la antesala de un campeonato mundial, López debutó en Estados Unidos contra Jorge Rivera derrotándolo por nocaut. Después venció a Francisco Montiel por decisión, quedando listo para buscar el titulo mundial.
El 25 de octubre de 1990 en Tokyo, Japón, López derrotó al entonces campeón mundial Hideyuki Ohashi, a los dos minutos del quinto round, mostrándole al mundo su gran calidad. Desde entonces no volvió a subir a un ring a ofrecer exhibiciones que no fueran titulares, lo que habla aún más en favor de su grandeza.
López es el único campeón que expuso siempre su corona en todos sus combates, destacando que seis de ellos fueron en Asia, lo que conlleva más riesgo y dificultad.
El 7 de marzo de 1998 con los títulos del Consejo Mundial y de La Asociación Mundial de Boxeo en juego, encaró a uno de sus más aguerridos rivales, el invicto nicaragüense Rosendo Álvarez, con quien empató técnicamente en el octavo round en una pelea muy disputada.
La pelea resulta histórica, porque se trata de la única ocasión en que no le levantaron la mano al final del combate al “Finito”.
Por supuesto la revancha no se hizo esperar y 8 meses más tarde se enfrentaron nuevamente en Las Vegas, Nevada. Ricardo ganó por decisión dividida en una pelea brutal, de las más difíciles que quizá haya tenido que encarar.
Posteriormente, el 12 de noviembre de 1994 peleó en la Plaza de Toros México de la Ciudad de México ante Javier Várguez, la pelea mientras duro fue memorable por la batalla presentada por Várguez que al final fue derrotado por nocaut técnico en el octavo asalto.
El 23 de agosto de 1997 fue su consagración frente al boricua Alex “Nene” Sánchez en el Madison Square Garden de Nueva York, brindando una de sus mejores exhibiciones de fuerza, poder e inteligencia.
Mandó en dos ocasiones a la lona al puertorriqueño en los rounds segundo y quinto y finalmente lo derrotó por nocaut técnico en el quinto episodio.
El 2 de octubre de 1999, López se hace de un segundo título mundial en división diferente con 33 años, el minimosca de la FIB, derrotando al estadounidense Will Grisby, mostrando una gran cantidad de recursos para llevarse una amplia decisión.
Finalmente, el 29 de septiembre de 2001 dijo adiós al boxeo uno de los peleadores más técnicos y habilidosos que ha tenido México, noqueando al sudafricano Zolani Petelo.
Actualmente es comentarista deportivo en Televisa, una de las televisoras más importantes de México, además de impartir conferencias motivacionales.