El precio de la gloria

Prensa/CMB/Jabeando/10-08-2021.- El escritor francés Honoré de Balzac, escribió: la gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosisy es que, la línea entre el bien y el mal, resulta tan delgada que esa ponzoña entra en nuestro sistema, a veces poco a poco; en otras, de manera súbita, pero siempre hasta llevarnos al abismo más profundo.

Es conocido por todos que un porcentaje no definido de boxeadores sufre alguna adicción a las drogas o al alcohol en algún momento de su carrera, y es que tan solo imaginemos que muchos de ellos vienen de una vida llena de carencias, de días en que había que aguantar el hambre y salir a trabajar desde antes que se pusieran los primeros rayos del sol hasta que la madrugada anunciaba su llegada con el inclemente frío.

Cientos de boxeadores desfilan por los gimnasios con una pequeña y muy sencilla maleta que sólo carga un par de vendas y un rústico equipo para entrenar; sin embargo, en aquella sencilla valija, se guarda algo más valioso, los sueños y la determinación de un joven que apenas tiene para comer, pero que anhela una vida mejor.

El origen humilde del que proviene la inmensa mayoría de los púgiles resulta un detonante, que en muchos de los casos se suma a una rápida y fugaz popularidad que los provee de todo lo imaginable.

De pronto ese muchachito que no tenía nada, lo tiene todo. De un momento a otro aparecen los billetes verdes, las fiestas, los “amigos”, las mujeres, la fama, la gloria y de entre todo esto el enemigo que acecha con sigilo, que espera el momento en que el boxeador se siente invencible, hablamos del alcohol y las drogas.

Ahora, lo inaccesible se vuelve accesible, todo lo que jamás imaginó ahora se encuentra a sus pies… y es aquí, cuando el sabor de la gloria viene también con esa delgada línea de la que hablamos, el momento de discernir entre el bien y el mal, entre equilibrar tu entorno y regresar a los orígenes o perderte viviendo al límite  para después perderlo todo.

En general, el consumo de drogas se inicia por varias razones, la mayoría es que casi todo ese tipo de substancias produce sensaciones intensas de placer. Este efecto inicial de euforia es seguido por otros, que varían según el tipo de droga que se consume.

Por ejemplo, con estimulantes como la cocaína, la sensación de euforia viene acompañada casi siempre por sentimientos de poder, confianza en uno mismo y mayor energía. En contraste, la euforia causada por opiáceos como la heroína es seguida por sentimientos de relajación y satisfacción.

Algunos otros que sufren de ansiedad o trastornos relacionados con el estrés y depresión, comienzan a abusar de las drogas en un intento por disminuir los sentimientos de angustia.

Y claro, en algunos casos para desempeñarse mejor, aumentando químicamente sus capacidades cognitivas o su rendimiento físico.

Casos conocidos como el del gran Julio César Chávez, Carlos Zárate, Mike Tyson, Wilfredo Gómez, Alfonso Zamora, son algunos ejemplos de estrellas que llegaron a la cima y por diversas razones se dejaron influenciar de manera errónea, comprando una falsa felicidad.

Casos y razones distintos con un factor en común, el “infierno” y es que todos quienes han caminado por este oscuro pasaje de las adicciones coinciden en que es como transitar en el abismo, perdiendo todo sentido de identidad.

Por fortuna, muchos boxeadores han rectificado el camino, y se han enfundando los guantes para librar una de las batallas más importantes donde no está en juego un campeonato o ser considerado el mejor, sino la vida misma.

Deja una respuesta