Prensa/Jabeando/19-08-2021.- Luego de casi ocho trepidantes asaltos el mexicano Salvador Sánchez logró vencer la heroica resistencia del valiente boricua Wilfredo Gómez, para derribarlo contra las cuerdas y provocar la detención del combate por parte del calificado arbitro filipino Carlos Padilla Jr., ambos contendores habían librado siete asaltos salvajes en los cuales habían puesto en juego todas sus energías sus artes y su ferocidad en pos de la victoria. El boricua Gómez subió de Súper Gallo a Pluma con el fin de disputarle esa corona al excelso mexicano que la defendió como una fiera herida. Aun cuando Salvador retuvo su título por Ko, gracias al reglamento, Wilfredo Gómez continuaba en posesión de la corona Súper Gallo del CMB.
Eran dos colosos cada uno en su división, Salvador había ganado el título el 2 de febrero de 1980, noqueando en 13 rounds a quien se había convertido en un sólido campeón: Danny “Coloradito” López. Después defendió su título con peligrosos retadores como su paisano Rubén Castillo, del propio Danny López a quien noqueó otra vez, al norteamericano Patrit Ford, al duro boricua Juan Laporte y al sorprendente español Roberto Castañón. Wilfredo había ganado la medalla de oro del peso Gallo en el Primer Mundial de Boxeo Aficionado en la Habana 74. Allí ganó sus cuatro peleas por Ko, resultando el peleador más impresionante, el mismo año saltó al profesional y había coleccionado 32 triunfos y 1 empate, las 32 victorias habían sido por Ko, el empate fue en su primera pelea ante el panameño Jacinto Fuentes. Ganó el Titulo Súper Gallo CMB el 21 de mayo de 1977, noqueando en 12 rounds al coreano Dong Kyum Yum, De allí en adelante defendió su título 14 veces ganando todas por Ko, hasta que decidió subir a Pluma para retar a Salvador Sánchez.
PELEA INOLVIDABLE
El morbo y la rivalidad en este combate fueron increíbles, cuando ambos boxeadores subieron al ring, cada uno contó con un ruidoso respaldo musical. Salvador fue seguido por un mariachi mientras que a Wilfredo lo respaldaba una orquesta de salsa, los dos conjuntos musicales se subieron al ring y se enfrentaron trompetistas, violinistas y hasta los cantantes. Pero la campana sonó y los boxeadores se cuadraron frente a frente. No hubo estudio, desde el principio montaron su cacería y trataban de hacerle daño, al contrario. Pasado el primer minuto Wilfredo, impaciente, se acercó a Salvador y buscó el cambio de golpe; en algo se retrasó o en algo se adelantó el boricua que dejó su guardia abierta ante un rival tan peligroso como el mexicano. Un recto de derecha seguido de un gancho de izquierda derribó a Gómez quien, desde la lona, agrandó sus ojos y miró asombrado la figura de Salvador Sánchez que lo observaba amenazante parado frente a él.
Todavía faltaba algo más de un minuto para finalizar el asalto y Gómez se levantó de la lona con las piernas vacilantes, de allí hasta el final del 1er episodio, Salvador le dio una paliza al boricua, lo zarandeó por todo el ring y estuvo a punto de noquearlo. Pero para el segundo round, Wilfredo salió con el orgullo herido y decidido a tomar desquite. Salvador no se dejaba, pero en estos tres minutos el boricua fue mejor. El tercer round tuvo un desarrollo similar; Gómez ataca con combinaciones de golpes mientras Salvador ripostaba el castigo, aunque en menor grado. 4to, 5to y 6to, Gómez se vio un poquito cansado, Salvador boxeó y a rato se para a cambiar de tú a tú. En el 7mo. Hubo interesantes cambios de golpes y aunque el cansancio pasaba factura a ambos peleadores se trenzaron en violentos intercambios a quemarropa.
Hasta este 7mo round Wilfredo ya casi emparejaba la pelea, pero la remontada le gastó energía y Salvador también había soltado su artillería pesada. El boricua tenía los dos ojos muy inflamados y ya casi no veía y pesaba sobre él la presión de lograr un nocaut antes de que el réferi filipino Carlos Padilla Jr. le parara la pelea. Salió Gómez a arriesgarlo todo en el 8vo asalto; Salvador estaba consciente de las ventajas que había acumulado, esperaría su momento. Gómez salió a buscarlo y a tratar de definir la pelea, pero Salvador, más entero, calculaba el momento de dar el zarpazo. Hubo bonito cambios de golpe en los dos primeros minutos de ese asalto, pero hacia el final el esfuerzo por lograr la remontada, después de aquel primer round catastrófico le iba a pasar factura al bravo boricua.
Fue cuando Salvador llevó a las cuerdas a Gómez y lo conmovió con dos potentes derechazos que lo hicieron caer enredado en las cuerdas, se levantó el boricua, pero el árbitro Padilla Jr, detuvo aquella gran pelea. Para el momento del desenlace los jueces llevaban así las tarjetas: Duane Ford y Chon Minkert las tenían 67-65, mientras Henry Elespuro 67-66, solo un punto a favor de Salvador. Las votaciones del jurado indican que el mexicano estaba arriba por lo ocurrido en el primer round, si quitáramos ese episodio Ford y Minker, la habrían llevado empate mientras que el Espuro habría tenido a Gómez un punto arriba. Sorprendente, ¿No?
Después de esta pelea Salvador, subió al ring dos veces más y su último combate lo hizo el 21 de julio de 1982 en el Madison Square Garden de Nueva York, noqueando en el asalto 15 al ghanés Azumah Nelson. Luego adquirió un lujoso auto deportivo en el cual sufrió un fatal accidente el 12 de agosto del mismo año 1982, en una carretera que va hacia Querétaro. La revancha con Wilfredo nunca se dio y nunca sabremos que habría pasado si se hubieran enfrentado de nuevo. De aquella gran pelea se cumplen este sábado 21, cuarenta años.