Prensa/Jabeando/30–01-2022.- El boricua Wilfredo Benítez cumplió aquella noche del 30 de enero de 1982 en el Caesars Palace de Las Vegas, lo que podría ser la mejor exhibición de su carrera cuando dominó al explosivo panameño Roberto Durán, en la mayoría de los 15 asaltos del combate. El puertorriqueño se valió de su constante Jab, de su contragolpe oportuno, preciso y de su gran habilidad para manejar los tiempos de la pelea. Era un combate entre dos históricos del boxeo latinoamericano, Roberto Durán, ya había ostentado los títulos Ligeros y Welter en tanto que Benítez era el Monarca de los Medianos Junior y en oportunidades anteriores conquistó las Coronas Welter Junior y Welter.
Durán había protagonizado combates polémicos en los últimos años; el 25 de noviembre de 1980, en el Superdome de New Orleans, en una actitud insólita, decidió abandonar el combate ante Sugar Ray Leonard en el 8vo. asalto disgustado porque el peleador norteamericano le hacía burla y lo ridiculizaba. Posteriormente reapareció con par de triunfos por decisión sobre Nino González y Luigi Minchillo, para luego enfrentar a Benítez. Los que esperábamos ver ante Wilfredo, el Durán agresivo y arrollador que enfrentó a Leonard la primera vez en Montreal, Canadá el 20 de junio de 1980, quedamos insatisfecho porque este no fue el hombre que enfrentó al Campeón boricua el 30 de enero de 1982.
No le vimos la acometividad, instinto matador ni la estamina de aquella pelea en Montreal. Vimos más bien, un “Mano E Piedra” que no fue tal, que dejó las piedras en la casa y se plantó a tratar de boxearle a Benítez; pero en esta materia el boricua es un hombre calificado y se ha especializado en este estilo desde que comenzó en el boxeo cuando era niño; también vimos al panameño un poco cachetón, medio gordito y con menos velocidad que en sus grandes noches. Por otra parte, Wilfredo estuvo lúcido bien rehidratado, al punto que en muchos pasajes lució más fuerte que Durán. Manejó los tiempos en forma magistral; a ratos se desempeñaba en la línea media, otras veces lo mantenía a distancia y en ocasiones se adelantaba y conectaba rápidas combinaciones que desconcertaban al panameño.
Así fueron pasando los rounds y el dominio del boricua se mantenía, a la vez que Durán se veía desesperado e impotente. En los 15 asaltos del combate Benítez logró lastimar a Durán en 2 o 3 oportunidades en tanto que el panameño nunca se sintió cómodo y en ningún momento pudo alcanzar la distancia y el tiempo preciso para lanzar sus puños con potencia, fue una sorpresa debido a que la pelea se presagiaba entre un hombre fuerte y agresivo como Durán y un estilista muy bueno pero vulnerable como Wilfredo; pero en la refriega Benítez llegó a verse más fuerte que Durán. Al final la decisión fue la siguiente; Hall Miller 143-142, Dave Moretty 144-141 y Lou Tabat 145-141, todos a favor de Benítez.
Después de este combate ambos continuaron sus carreras; Durán, con altas y bajas, alcanzó todavía los títulos Mediano Junior y Mediano, para luego completar una extensa campaña hasta los 50 años de edad. Wilfredo perdió este título con Thomas Hearns, y luego tuvo problemas de conducta, alejamiento del gimnasio y decayó cuando parecía que todavía podía alcanzar muchos éxitos. Esta fue un clásico entre dos grandes peleadores latinos del cual se cumplen 40 años.