*** Tony Oliva terminó con un promedio de .304 con 220 jonrones, 1,917 hits, 329 dobles y 947 carreras impulsadas en 15 temporadas para llegar al Salón de la Fama
Por Roberto Colón/Unanimo Deportes
Foto: AP/Gene Herrick
Prensa/DLA/Jabeando/Deportivas/05–02-2022.- Todos los años en el campo de entrenamiento de los Mellizos de Minnesota en Fort Myers, Florida, no puede faltar la presencia del cubano Tony Oliva que junto al panameño Rod Carew observan uniformados con bates en mano las prácticas del equipo en el Hammond Stadium.
Oliva ha sido un miembro de la organización de los Mellizos durante toda su vida como jugador, coach y embajador. Una verdadera leyenda del deporte que ahora cuando regrese a los entrenamientos primaverales y al Target Field en Minnesota a impartir sus sabios consejos a los jugadores, especialmente los más jóvenes, llevará consigo el título de “Salón de la Fama”.
El exjardinero cubano tuvo que esperar 45 años para finalmente recibir el llamado al Salón de la Fama del Béisbol por parte del Comité de la Era Dorada en diciembre de 2021, pero ante los ojos de muchos ya tenía el estatus ganado por su trayectoria en las Grandes Ligas.
Oliva, quien nació el 20 de julio del 1938 en Pinar del Río, Cuba, firmó con los Mellizos en 1961 y se estableció rápidamente como uno de los mejores prospectos de la organización al batear para .410 con 10 jonrones y 81 empujadas en su primer año en las Ligas Menores.
Después de otras dos campañas exitosas en las menores y breves ascensos al equipo grande, el jardinero llegó para quedarse en la Gran Carpa en 1964 al producir una de las mejores temporadas para un novato en la historia.
Ese año, Oliva ganó el primero de tres campeonatos de bateo con un promedio de .323 y bateó 32 jonrones, además de impulsar 94 carreras. Además, fue líder de la Liga Americana en carreras (109), hits (217) y dobles (43), y se llevó el premio de Novato del Año.
Oliva ganó otro título de bateo en 1965 con .321 de promedio para convertirse en el primer jugador en ganar coronas de bateo en sus dos primeras temporadas completas. En general, terminó segundo en la votación del Jugador Más Valioso de la Liga Americana siendo clave en la obtención del banderín de la Liga Americana con su aporte de 16 jonrones, 98 carreras impulsadas y 185 hits, la mejor marca de la liga.
Con esas primeras dos temporadas y las subsiguientes, Oliva se consolidó como una de las estrellas del diamante. En el periodo de ocho temporadas (1964 a 1971), fue nombrado a todos los Equipos de Estrellas, fue campeón de bateo tres veces, lideró la liga en hits en cinco ocasiones y en dobles en otras cuatro.
Una lesión de rodilla sufrida en 1971, le causó problemas en la siguiente campaña y sólo pudo ver acción en 10 encuentros. El cubano regresó por sus fueros en 1973 con promedio de .291 con 16 jonrones y 92 remolcadas, pero luego no fue el mismo y anunció su retiro al concluir la temporada de 1976.
Terminó con un promedio de por vida de .304 con 220 jonrones, 1,917 hits, 329 dobles y 947 carreras impulsadas en 15 temporadas. De no haber sido por la lesión, sus números finales hubiesen sido aún mejores, por eso es considerado uno de los mejores jardineros de su generación.
Oliva estuvo en la boleta del Salón de Fama durante 15 años desde 1982 a 1996 y su mejor porcentaje en la votación realizada por la Baseball Writers Association of America fue en 1988 cuando tuvo un 47.3%.
Luego se quedó corto en varias votaciones realizadas por el ahora extinto Comité de Veteranos, y en 2011 y 2014 tampoco fue seleccionado en la votación realizada por el Comité de la Era Dorada al recibir ocho y 11 votos, respectivamente. En esa votación de 2014 sólo le faltó un voto para ingresar al Salón de la Fama, por eso la votación de 2021 era muy esperada.
Por años muchos allegados al béisbol y fanáticos reclamaban que su placa debía estar en el Salón de la Fama, mientras Oliva no perdía la esperanza y mostrando su agradecimiento al béisbol por todo lo que le brindó.
“Nunca soñé que podría venir aquí y jugar béisbol”, contó Oliva al diario Pioneer Press de Minnesota a días de darse la votación de 2021. “Nunca soñé que podría hacer todas estas cosas que hice aquí. Nunca soñé que los Mellizos de Minnesota tendrían una estatua mía frente al estadio”.
Sin embargo, la espera llegó a su final el 5 de diciembre de 2021 cuando sonó el celular de Oliva, quien estaba en su casa rodeado por su familia, y recibió la noticia de que fue elegido para el Salón de la Fama junto a su compatriota Minnie Miñoso, Gil Hodges y Jim Kaat fueron elegidos por el Comité de la Era Dorada.
“Cuando recibí la llamada (Al salón de la Fama) me sentí muy satisfecho y agradecido”, mencionó Oliva durante el programa de MLB Network en que se anunciaron los resultados. “Ahora puedo decirle gracias a todas aquellas personas que me apoyaron durante todos estos años y trabajaron fuerte para yo estar en el Salón de la Fama. Muchas personas creían que debí haber ingresado hace 40 años, pero no había sucedido”.
“El poder recibir la llamada…, y poder decirle gracias a la gente significa mucho para mí”, agregó. El camino al Salón de la Fama en Cooperstown, New York, fue largo para el ex toletero de 83 años de edad que salió de una pequeña isla caribeña en busca de realizar sus sueños. Ahora Oliva comienza otro capítulo de su vida, la de un “Hall of Famer” con todas de la ley.