Prensa/CMB/Jabeando/25-03-2018.- El pasado 23 de marzo se cumplieron nueve años del fallecimiento de Raúl “Ratón” Macías, ícono del boxeo mexicano y uno de los peleadores más queridos en su país, que salido de barrio bravo de Tepito y con excelente técnica boxística, se colocó en la cima sin perder el piso.
Poseedor de una velocidad privilegiada para conectar combinaciones, permaneció invicto en sus primeras 19 contiendas, pero también de un carisma que lo acercaba a la gente. Un peso gallo natural con su 1.61 metros de altura, a quien le bastaron 10 años para deleitar a los amantes del boxeo, tiempo en el que cosechó récord de 41-2-0, con 25 nocauts.
El carisma era una de las características que derrochaba el “Ratón”, quien se ganaba el cariño de la gente tanto dentro como fuera del ring, pues en el encordado protagonizó batallas memorables que paralizaron el país.
Raúl se retiró a los 28 años del boxeo, pero habiendo alcanzado la gloria con importantes logros como representar a México en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, ganar el campeonato Nacional, el campeonato de Norteamérica y el campeonato Mundial, hazañas que lo colocaron en el gusto y el cariño del público.
Fiel creyente de la Virgen de Guadalupe, el boxeador le agradecía después de cada triunfo con una caminata desde la Glorieta de Peralvillo hasta la Basílica de Guadalupe, además de popularizar la frase: “Todo se lo debo a mi mánager y a la Virgencita de Guadalupe”.
El Consejo Mundial de Boxeo recuerda con mucho cariño al “Ratón” Macías, quien sostuvo una entrañable amistad con el eterno Presidente del organismo, Don José Sulaimán.
Poseedor de una velocidad privilegiada para conectar combinaciones, permaneció invicto en sus primeras 19 contiendas, pero también de un carisma que lo acercaba a la gente. Un peso gallo natural con su 1.61 metros de altura, a quien le bastaron 10 años para deleitar a los amantes del boxeo, tiempo en el que cosechó récord de 41-2-0, con 25 nocauts.
El carisma era una de las características que derrochaba el “Ratón”, quien se ganaba el cariño de la gente tanto dentro como fuera del ring, pues en el encordado protagonizó batallas memorables que paralizaron el país.
Raúl se retiró a los 28 años del boxeo, pero habiendo alcanzado la gloria con importantes logros como representar a México en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, ganar el campeonato Nacional, el campeonato de Norteamérica y el campeonato Mundial, hazañas que lo colocaron en el gusto y el cariño del público.
Fiel creyente de la Virgen de Guadalupe, el boxeador le agradecía después de cada triunfo con una caminata desde la Glorieta de Peralvillo hasta la Basílica de Guadalupe, además de popularizar la frase: “Todo se lo debo a mi mánager y a la Virgencita de Guadalupe”.
El Consejo Mundial de Boxeo recuerda con mucho cariño al “Ratón” Macías, quien sostuvo una entrañable amistad con el eterno Presidente del organismo, Don José Sulaimán.