Por Jesús Milano
Prensa/AMB/Jabeando/11–10-2022.- El expúgil brasileño Eder Jofre, el mejor peso gallo de la historia para una considerable mayoría de los expertos de todo el mundo, bajó la guardia definitivamente a los 86 años de edad en la madrugada del domingo pasado en su natal Sao Paulo luego de permanecer durante por un buen tiempo hospitalizado aquejado de una pulmonía a la que no pudo vencer, como lo hizo con 72 de los 78 rivales que enfrentó, 50 de los cuales no llegaron al final de los rounds programados y solo superado dos veces a los puntos por el mismo adversario, el japonés Masahiko “Fighting” Harada.
La lamentable circunstancia de su muerte es propicia para intentar una semblanza de quien es el primer brasileño ganador da una faja mundial; el primero y único de ese país inmortalizado en el Salón de la Fama de Canastota, desde 1992; noveno para la revista The Ring entre los cien mejores boxeadores de la historia.
JOFRE VS ARIAS: UNA INCONGRUENCIA
Necesario es hacer una corta parada, antes de proseguir en el objetivo de “retratar” a Jofre en su caminar sobre el cuadrilátero, para rememorar la visita a Caracas del “Gallo “ o “Gallito de Oro”—como lo bautizó su paisano Sebastiao Rui Barbosa –en ocasión de su pelea contra el zuliano Ramón Arias, Ramoncito para sus seguidores, que se montó el 19 de agosto de 1961 (¡Ya 61 años atrás!, en el Estadio Universitario, a más de medio llenar, la segunda oportunidad en que Arias procuraba ganar una faja mundial luego de haber perdido una decisión unánime frente al legendario rey mosca, el argentino Pascual Pérez, el 18 de abril de 1958, primera vez en la que un venezolano pugnó por un cetro universal, en el Nuevo Circo caraqueño.
Un vasto sector de la prensa deportiva del país consideró entonces que la Jofre versus Arias era un desaguisado, una locura, porque el de Cabimas estaba en total desventaja y sin ningún chance ante un rival que le superaba en todos los aspectos (Peso, pegada, estatura y en el tope de condiciones) La diferencia fue también notable en la balanza: el campeón detuvo el fiel en 117.3/4 libras (53,210 kg) y el retador marcó 114.3/4 libras (51,850 kg)
Jofre no había perdido en 39 actuaciones de las que había ganado 26 por KO, diez a los puntos, con 3 tablas. El récord de Arias, en contraste, lucía pálido con sus 7 derrotas, 4 empates y decisiones favorables el resto, la mayoría por las tarjetas. Y para colmo de males venido a menos por su apego a la rumba y el desapego al gimnasio.
Recordamos que el periodista Heberto Castro Pimentel (Nuestro maestro y jefe en El Nacional varios años después de aquel 1961) desmenuzó en no menos diez ediciones de su leída columna Puntos de Sutura las desventajas de Arias, lo descabellado de la pelea y concluía con el consejo al apoderado y promotor de Arias, Rafito Cedeño, de desistir de la disparatada idea. Cedeño no le oyó. Confiaba a ciegas en la calidad de su boxeador y estaba absolutamente seguro, de buena fe aun cuando ilusamente, de que Arias pasaría la valla del campeón, un vegetariano (Vegano lo llaman ahora) de intachable vida profesional, abrumadoramente, reiteramos, por encima al venezolano.
Todas las predicciones en contra del zuliano se cumplieron la noche del pleito en el parque de Los Chaguaramos. Jofre dejó correr al aspirante, le permitió usar a placer su veloz pero inofensivo jab, y en el asalto 7 lo acorraló, lo castigó con potentes derechas e izquierdas y Arias cayó 2 veces, la segunda como un pesado saco, por los fatales 10 segundos.
CINCO AÑOS EN EL TRONO
Abreviaremos pues el cuento se alarga en esta intención de dibujar al gran peleador suramericano recientemente fallecido y quien dio sus primeros pasos en el boxeo llevado de la mano por su padre, el argentino Arístides Jofre, Kid Jofre como boxeador y su entrenador de siempre.
Cuando visitó Caracas, Eder lo hizo a fin de defender por primera vez la corona, entonces de la NBA, génesis de la AMB (Esta nació como tal en 1962, esto es 2 años luego de la pelea contada arriba), conquistada frente al mexicano Eloy Sánchez por KOT en seis tramos, el 18 de noviembre de 1960, en un combate celebrado en el Olympic Auditorium de Los Ángeles y que llenó la vacante dejada por el desconocimiento del azteca José (Joe) Becerra.
Luego de batir a Arias la defendió frente al británico Johnny Caldwell (18-1-62, GKOT10), el mexicano Herman Marques (4-5-62,KOT10), el también mexicano José “El Huitlacoche”Medel (11-9-62,KOT6), el nipón Katsutoshi Aoki (4-4-63, KOT3), el filipino Johnny Jamito (18-5-63, RTD11) y el colombiano Bernardo Caraballo (27-11-64), Cinco años más tarde de su consagración se quedó sin las fajas AMB-CMB frente a Harada, quien lo aventajó por decisión dividida y cuestionada el 31 de mayo ´65 en Nagoya y en la revancha, el 18 de mayo de 1966 en Tokio. al año siguiente.
Jofre se retiró por 3 años. Volvió y cosechó 13 victorias con 7 nocauts ante rivales de segundo nivel, como peso pluma, y el 5 de mayo de 1973 dominó al cubano-español José Legrá para ganar la faja pluma del CMB, que arriesgó frente a Vicente Saldívar, de México, exdueño de esa misma versión,. Luego de media docena de victorias irrelevantes, se fue definitivamente después de derrotar por DU10 al azteca Octavio “Famoso”Gómez tal día como el del sábado próximo de hará ya 46 años. La muerte de su padre, Arístides, en 1974 y de su hermano Dogalberto en el ´76 adelantaron su adiós del encordado.
Solo unas pocas líneas más, para una rectificación histórica. Erróneamente se ha dicho que Jofre jamás fue a la lona. Incierto. El 14 de noviembre de 1958, en sus comienzos como profesional, el argentino José Smecca lo tumbó en el segundo asalto. Jofre se recuperó y lo ametralló en el séptimo.
Aquel fue otro canto triunfal más, de decenas, del “Gallito de Oro”. Quien, definitivamente, acaba de bajar la guardia. Reposa en paz, campeón.